Image: A fuerza de movimiento

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Teatro

A fuerza de movimiento

20 marzo, 2002 01:00

La compañía en un momento de El que espera

En la danza de Chevi Muraday se mezcla la música tecno con el ballet contemporáneo de movimientos casi acrobáticos y de gran fuerza. El resultado: "una danza muy física". El bailarín y coreógrafo presenta mañana en Madrid con su compañía Losdedae dos coreografías, Días durmiendo en el olvido y El que espera, dentro del Festival 3D que organiza la sala Mirador de Madrid y que finaliza el 31 de marzo.

Su concepción abierta de la danza convierte a Muraday en un creador que no desdeña en sus montajes la música tecno servida por algunos de los DJ’s más famosos de nuestro país, ni silencia con los movimientos del cuerpo los acontecimientos más actuales. Para Muraday "la danza debe romper la cuarta pared y hablar de temas cotidianos y actuales como las experiencias sexuales, la deshumanización y la falta de comunicación". Y eso es lo que lleva haciendo desde hace más de una década este artista formado en la escuela de Carmen Senra y que ha bailado con compañías internacionales como las alemanas Nower Tanz y Dance Theatre. Desde 1997 tiene compañía propia, Losdedae, con la que han estrenado Espacio para dos, De tripas corazón, Light off, De 9 a 3, Vergine y El cementerio crió hierba. Con esta formación ha desarrollado una "estética moderna, a veces expresionista, que responde a estímulos cotidianos", aunque el bailarín no quiere caer en la danza conceptual carente de sentido, sino que todas sus obras buscan un porqué.

Días durmiendo en el olvido y El que espera, las dos piezas que presenta en Madrid, son una muestra de ese distinguible estilo de Muraday que tensa los músculos al máximo hasta convertir cualquier movimiento en un ejercicio acrobático. "Es una danza muy física y en la que se recupera la palabra. A pesar de que ha sido desterrado de la danza durante mucho tiempo, para mí el texto también importa porque te acerca al público". El que espera es una nueva pieza que se estrena dentro del certamen y en la que que cinco bailarines interpretan "movimientos creados a partir de la sensación de espera".

Situaciones límite
La obra es muy sensitiva y desmenuza con ironía "las consecuencias de vivir esperando algo que no ha llegado y que nos hace olvidar el ahora". En el caso de Días durmiendo en el olvido, la coreografía se inspira en las sensaciones que producen las situaciones límite y desesperantes.

En ella, el dúo formado por Mercedes del Castillo y Muraday baila a la decadencia de la pareja mientras interpretan fragmentos de texto firmados por Guillermo Pisani. Es "una pieza triste sobre el desamor, y más narrativa, menos abstracta".

La música es otra herramienta de la que se sirve el artista, que utiliza en estos montajes desde músicas árabes hasta composiciones tecno. Muraday confiesa que ahora se siente mucho más coreógrafo que bailarín.Y asegura que cualquier artista que tenga una compañía es ya "un auténtico superviviente en el desértico panorama cultural de España en el que no se arriesga y donde las funciones de grande formato fagocitan a las compañías pequeñas".