Teatro

La reserva de los autores vivos

17 octubre, 2002 02:00

Algunos y pocos datos para empezar a situarnos. En el año 1999 se editaron en España 61.246 títulos, de los cuales 530 fueron de teatro, es decir el 0,86 % del total. Literatura dramática 458 (o el 0,74 %), ciencia del teatro 65 (0,10 %) y teoría teatral 17 (0,2 %).El número de ejemplares de media fue de 4.048, bajando en teatro a 3.354.Estos datos pueden ayudar a eliminar algunos prejuicios. Uno es que no se lee teatro. Pensemos en Shakespeare, García Lorca, Calderón, Jardiel Poncela o Brecht. Por eso, y siguiendo esta lógica, y la del mercado, hay editoriales grandes que publican teatro. Espasa-Calpe, Alianza, Cátedra, Planeta, Plaza-Janes, Círculo de Lectores y Anagrama se dedican a autores consagrados. Son operaciones claras y bastante seguras. En el citado año se publicaron 30 libros de Shakespeare.

Primeras conclusiones: Se lee teatro y se publica, pero menos que de otros temas. Las grandes editoriales publican sobre todo clásicos y autores consagrados, dejando para las pequeñas las nuevas obras y los nuevos autores. Creo que debemos publicar a nuestros autores dramáticos actuales, ofrecen una visión de nuestro tiempo que nos enriquece. Parafraseando a Ortega, y según mi modo de ver, "somos nuestras circunstancias nosotros". A través de la obra de nuestros autores dramáticos nos comprendemos mejor, sus perspectivas subjetivas e ideológicas nos ayudan a ello. Muchos gobiernos, de una manera o de otra, conceden subvenciones para que los autores puedan llegar al público. España, después de la etapa "viva la muerte, muera la inteligencia" de la dictadura franquista, no está acostumbrada a los grandes gastos-gestos por la cultura que nos ayuda a conocernos-reconocernos.

Los niños españoles que habían salido durante nuestra guerra y que, por tanto, volvieron a España de la URSS con otros patrones culturales no podían entender que la gente viera la televisión, coincidían que era aburrida. Igual que nos venden la "ideología" TV, nos podrían vender a nuestros pensadores y dramaturgos, enriquecerían al país (no en dinero), seríamos más civilizados. Y por último, es importante que hable de la coedición que aplicamos en Fundamentos. Es una forma de aprovechar el conocimiento de los que los tienen. Partimos de que muchos saben sobre muchas cosas, más que nosotros.