Teatro

Terror y miseria en Euskadi

por Koldo Barrena

28 noviembre, 2002 01:00
Iglesia. San Sebastián. Mañana. Monseñor está sentado en una silla y confiesa al cura joven que ha escrito "ETA Mátalos" en la pancarta, arrodillado en un reclinatorio.
-Monseñor: Razón... pensamiento... El ideal de perfección es inalcanzable incluso para la razón...
-Cura2: Mi fe me dice no matarás, mi razón..
-Monseñor: Hijo mío, las ideas se tienen y en las creencias se está.
-Cura2: Padre, yo me acuso de incitar al asesinato, de formar parte de... una acción asesina...
-Monseñor: ...Hay muchos de nosotros que han sufrido la crisis de la fe religiosa, pero han encontrado el camino de la salvación del pueblo a través de su reconstrucción nacionalista.
-Cura2: ...mis actos desembocan en muerte.
-Monseñor: Es preferible romper con el hermano que pensar como el enemigo (Reflexiona, se pregunta). Aunque el enfrentamiento entre hermanos sería peor que la solución del terrorismo.
-Cura2: No entiendo, padre.
-Monseñor: ¿Acaso no somos culpables, no estamos en deuda con la idea de Euskal Herria?
-Cura 2: La culpa que siento es por no ser capaz de alcanzar esa pureza que me propone Jesús, y claro, también por el pecado original...
-Monseñor: Por supuesto. ¿Acaso no somos culpables de todo lo que pasa en el mundo, de todos los males de la tierra? Sientes en tu interior la llama reconfortante de la fe pero no eres suficientemente bueno ni cristiano.
-Cura 2: Eso sí lo siento de verdad, padre.
-Monseñor: ¿Por tanto, no somos todos culpables de la violencia? También somos culpables por la patria, por haber sido tan poco vascos que hemos obligado a ETA a castigarnos.
-Cura 2: ¿Es como el Dios de la Ira de la Biblia?
-Monseñor: ETA no desaparece porque no eres lo suficientemente bueno, lo bastante cristiano, para merecerlo. Lucha, es una necesidad ineludible; ahí encontrarás la salvación. Otros lo han hecho sin tener delante el objeto de su lucha, tú lo ves cada día. Es el privilegio de una raza que ve lo que otros no verán nunca.
-Cura 2: Pero... Monseñor, mis padres son de Zaragoza.
-Monseñor: ¿Recuerdas cuando Jesús echó del Templo a los mercaderes?
-Cura 2: Si, es emocionante ver a Jesús defendiendo la casa de Dios.
-Monseñor: ¿Dime, de dónde era Jesús cuando lo hacía?... él encarna la pureza del espíritu. No lo hizo sólo con palabras, usó la violencia, ¡golpeó con el látigo a aquellos que corrompen el templo, el lugar donde se renueva el alma!
-Cura 2: Es cierto.
-Monseñor: Euskal Herria es nuestro templo. La Virgen de Arántzazu nuestra madre, ¿lo entiendes?
-Cura 2: Gracias, Monseñor. ¿Y la Virgen del Pilar?

Cocina. San Sebastián. Mañana.
-[...]Niño: Amá, esto, donde vivimos es San Sebastián, Donosti, Euskal Herria, es que yo no sé... a veces...
-Madre: Esto es Euskadi, potxolo.
-Niño: A veces me armo un lío, porque en el mapa del colegio, están ... todas juntas...
-Madre: Pues ale, a leer.
-Niño: ¿Francia está muy lejos? es que no sale.
-Madre: ¿No te acuerdas que fuimos a por leche la semana pasada?
-Niño: España, no se puede decir, ¿no amá? ¿Aquí en casa puedo decirlo?
-Madre: ¿A qué me preguntas eso? ¡Qué gracioso!
-Niño: Es que en la tele sale, pero en el colegio no dicen nada.
-Madre: Claro que sale.
-Niño: En el mapa del tiempo, cuando hablan euskera, no sale España, amá.
Madre: ¡Qué crío éste, qué cosas pregunta! Anda, sigue. Luego te doy la cena.