Image: Los amantes vuelven al balcón

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Teatro

Los amantes vuelven al balcón

Josep Maria Mestres estrena Romeo y Julieta el 19 de marzo en el teatro Lliure

13 marzo, 2003 01:00

Marta Carrasco y Quim Gutiérrez ensayan la escena del balcón

La más popular de las tragedias de Shakespeare vuelve a estrenarse, esta vez dirigida por Josep Maria Mestres y producida por el Lliure de Barcelona, donde se exhibirá a partir del 19 de marzo. Los jóvenes Marta Carrasco y Quim Gutiérrez protagonizan esta versión de estética contemporánea y cuidadísima dicción del verso.

Es un director eficaz y curtido en la comedia, terreno en el que se mueve rápido y seguro. En Madrid, Josep María Mestres está triunfando con No es tan fácil de Paco Mir, después del éxito que tuvo el montaje en Barcelona. No es la primera vez que el director catalán se enfrenta a Shakespeare, ya que hace nueve años intervino como actor en Las alegres comadres de Windsor, dirigido por Carme Portacelli. Pero sí es su primera dirección de una obra del dramaturgo inglés, algo inusual en una trayectoria plagada de textos contemporáneos firmados por Joan Brossa, Paco Mir o Carles Alberola, entre otros muchos.

Sin embargo, Shakespeare es una deuda pendiente para todo director y Mestres ha decidido saldar cuentas con el autor clásico afrontando su obra más popular, Romeo y Julieta. Después de esta experiencia "me han entrado ganas de montar todos sus textos. Es como una Biblia, un pozo sin fondo" confiesa entusiasmado Mestres, quien asegura que ha elegido esta obra "porque tenía dos actores perfectos para esos papeles, Marta Marco y Quim Gutiérrez, con los que trabajé en Unas polaroids explícitas y además me apetecía reflexionar sobre el amor". El director ha hecho hincapié en el texto "dándole alas al verso, no ocultándolo sino subrayándolo, no disimulando su poesía". El responsable de la versión catalana del libreto es Miquel Desclot.

A pesar del respeto al verbo Mestres no quiere caer en la puesta en escena "arqueológica". Por eso propone "una versión actual, con una estética contemporánea en la que sus actores no visten mallas sino que tienen un aspecto moderno. Me interesaba hacer una obra con conexiones con nuestra época, ya que lo que cuenta Shakespeare es muy actual, aunque yo no la voy a situar en un contexto concreto". En esa brecha entre palabra y estética, entre verso y look casual radica uno de los atractivos de esta propuesta que sitúa a sus protagonistas en la clase alta de la sociedad.

Estereotipos sociales
A pesar de la estilización del montaje el principal propósito de la dirección es realizar un viaje a la intimidad de dos personajes que se han convertido en estereotipos sociales de los amantes eternos. Mestres concibe estos enamorados como dos niños de sentimientos casi primarios. "Su apasionamiento les lleva a enfrentarse a sus familias, al tiempo, a la suerte, y a tomar decisiones precipitadas".

Y como no hay tragedia sin comedia, y puesto que Mestres es experto en esta última, en la obra, entre asesinatos, suicidios y locuras de amor, también hay humor. Incluso la forma que se concibió el proyecto provoca la sonrisa: "Un día Pep Montanyès y yo nos fumamos un "Romeo y Julieta" y le comenté que me gustaría montarla". Al recientemente fallecido director del Lliure le dedica Mestres este montaje.