Image: La tragedia actual según Buero

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Teatro

La tragedia actual según Buero

24 abril, 2003 02:00

Los vecinos saldan cuentas en la escalera durante una escena del ensayo. Foto: Chicho

El teatro María Guerrero vuelve a estar en pie de guerra. Exterminadas las termitas y finalizada una labor de rehabilitación que ha durado tres años, la sede del Centro Dramático Nacional vuelve a abrir sus puertas. Y lo hace con Historia de una escalera, obra capital de Buero Vallejo que dirige Juan Carlos Pérez de la Fuente, actual director del CDN. Con un reparto de 18 actores, en el que figuran Carlos álvarez-Novoa y Vicky Lagos, la obra repasa la vida de tres generaciones en torno a una escalera vecinal a lo largo de 30 años de historia española.

El estreno de Historia de una escalera es todo un acontecimiento teatral por dos motivos: primero por la reapertura del María Guerrero de Madrid, sede del Centro Dramático Nacional, después de tres años de unas obras que no parecían llegar a su fin y 8.500.000 euros invertidos. La demora -parece que necesaria a tenor del trabajo de rehabilitación- ha compensado a la vista de los resultados, en los que destacan la creación de una nueva sala polivalente -que el director Juan Carlos Pérez de la Fuente define como una "joyita"-, la ampliación y modernización de las instalaciones escénicas y el equipamiento técnico, y la recuperación de elementos originales que permanecían ocultos, como las columnas de fundición y los arcos de la fachada. El edificio, construido en 1885, presenta ahora una nueva cara sin rastro de andamios, mientras la sala Olimpia, el otro espacio del CDN que también está en obras, permanece cerrada.

Más leída que representada. Otro acontecimiento se suma a esta puesta de largo: el esperado estreno de Historia de una escalera, la segunda obra de Antonio Buero Vallejo que Juan Carlos Pérez de la Fuente dirige en tres años, después de La Fundación. "Historia de una escalera es un texto fundamental del siglo XX. Sin embargo, se conoce más por su lectura que por sus puestas en escena. Yo no la he visto representada en democracia. Creo que un teatro público tiene la obligación de hacer un repertorio español y en ese repertorio debe figurar esta obra", comenta el director, quien se ha identificado con el universo poético y estético del autor de El tragaluz o El sueño de la razón. También hay otro motivo, en este caso de honor, de cumplimiento de la palabra prometida, ya que Pérez de la Fuente le planteó a Buero la posibilidad de llevar este texto a escena cinco días antes de su muerte, y el autor manchego le expresó su deseo de que fuera él quien lo dirigiera.

Historia de una escalera es una obra coral que transcurre a lo largo de 30 años, desde 1919 hasta 1949, año de publicación del texto. En ese tiempo vemos evolucionar a tres generaciones de individuos de clase baja, los vecinos que se esconden tras las puertas de un cuarto piso y que no logran salir de la pobreza. Abuelos, padres e hijos se toman el relevo en una carrera en el tiempo contra la frustración. En este montaje, con música original de Tomás Marco y escenografía de óscar Tusquets, participan veteranos actores como Carlos álvarez-Novoa y Vicky Lagos, junto a Cristina Marcos o Alberto Jiménez, reclutado de la compañía de La Abadía.

Obra de madurez de un joven Buero -tenía 33 años cuando la publicó y ya había escrito Las palabras en la arena- Historia de una escalera recibió el Premio Lope de Vega en 1949. Aquello supuso la consagración de su autor, que se alzó como máximo exponente del "nuevo drama español" de compromiso con la realidad inmediata.

Lectura simbólica
La obra se estrenó ese mismo año en el Teatro Español con dirección de Cayetano Luca de Tena y más tarde, en 1968, en el Marquina de Madrid dirigida por José Osuna.

Pérez de la Fuente ha optado por una lectura "existencial y simbólica de la obra que trascienda el costumbrismo, aunque tiene algo de ese perfume asainetado". La escalera y el tiempo son los dos elementos simbólicos protagonistas: "La escalera tiene algo de carcelario, de pozo oscuro. En ella se articula la vida de estos protagonistas. Otro elemento importante es el tiempo, ya que esta es una historia sobre la tragedia del paso del tiempo. En apenas una hora y media asistimos al devenir de estos personajes, como si de un friso se tratase".

Ese lado trágico es la columna vertebral del texto y de toda la obra de Buero, señala el director. "En todos sus textos desenmascara nuestra existencia, que es eminentemente trágica, porque está llena de frustraciones. Tanto él como Arthur Miller, con el que tiene muchas conexiones, nos obligan a enfrentarnos a nuestra imperfección. Una vez reconocida, en nosotros está seguir adelantar o tirar la toalla". Buero Vallejo era un trágico y un humanista, y su obra plantea una pregunta de respuesta abierta que sólo el espectador puede contestarse. El director también ha eludido la recreación arqueológica para enfrentarse a este texto mítico y sagrado de forma "valiente y respetuosa", aunque el peso ha sido fuerte y el miedo insistente.

Buero Vallejo escribió la obra en apenas un mes. Los diálogos rápidos y unos personajes nada doctrinarios, contribuyeron a su éxito. Su aceptación fue rotunda y los críticos de la época saludaban al autor como el renovador de una escena cansada.

¿Gala en el CDN?
En las crónicas de la época Alfredo Marquerie la definió como "una tragedia vitalista", mientras que Alfonso Sastre aseguraba que "el autor, en los últimos diez minutos, eleva su comedia dramática a cumbres de gran drama moderno. El telón cae sobre la evidencia de un gran autor: Antonio Buero Vallejo, en la primera línea de la renovación escénica española".

Este montaje da el pistoletazo de salida a la nueva programación del CDN que se presentará en verano y de la que un discreto Pérez de la Fuente adelanta nombres: "Estrenaremos la obra póstuma de Adolfo Marsillach, Noche de reyes sin Shakespeare. También creo que debemos revisar a Antonio Gala, mirar a Fernando Fernán-Gómez y a Lauro Olmo". El director se muestra entusiasmado con la nueva sala que se inaugurará en septiembre, y que estará destinada "a montajes de pequeño formato con un planteamiento íntimo y recogido. Con ella se intensificarán las relaciones con iberoamérica y tendrá su sitio la autoría joven española".