Image: Lope despierta a los mitos

Image: Lope despierta a los mitos

Teatro

Lope despierta a los mitos

3 julio, 2003 02:00

Antonio Molero y José Vicente Ramos durante un ensayo

EL 3 de julio comienza el Festival de Almagro con cuatro montajes, Una noche con El Brujo, El burlador de Sevilla de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Ricardo III y La bella Aurora de Lope de Vega, aunque sólo este último es estreno absoluto. Eduardo Vasco dirige este texto desconocido de Lope con el que pretende llenar esta noche el Claustro de los Dominicos de ninfas y demás personajes mitológicos.

personajes fantásticos.... la magia de la mitología hará más sugerentes si cabe las noches del Festival de Almagro con el estreno hoy de La bella Aurora, en el Claustro de los dominicos. Con este nuevo montaje el director Eduardo Vasco da el pistoletazo de salida al Festival en el que también se podrán ver a partir de hoy

El "Fénix de los ingenios" entre conquistas amorosas, escaramuzas con los amantes de sus amantes, crisis religiosas y expediciones marítimas tuvo tiempo para escribir cerca de 400 piezas teatrales. Lope cultivó casi todos los géneros, aunque la mayoría de sus títulos son a tragedias, comedias de costumbres, de intriga y amor, de capa y espada, históricas y pastoriles. Sin embargo, las fuentes de las que bebía el Renacimiento salpicaron parte de su producción, dando origen a un conjunto de obras mitológicas como El bellocino de oro y La Arcadia y entre las que destaca La bella Aurora. La compañía Noviembre Teatro en ese afán por rescatar textos clásicos poco conocidos -un ejemplo que debería cundir en otras formaciones que trabajan con este tipo de material- ha recuperado una obra con la que pretende cerrar un ciclo dedicado al autor madrileño, del que ya han estrenado No todos son ruiseñores y La fuerza lastimosa.

Del kabuki a Moratín
Este montaje es, junto con El castigo sin venganza de la compañía de Adrián Daumas, uno de los dos únicos montajes de Lope que se podrán ver en el Festival de Almagro. Eduardo Vasco ha querido recuperar este título que la compañía ya llevó a escena hace casi diez años, aunque en aquella ocasión la obra estaba muy influida por el kabuki. Esta nueva puesta en escena nada tiene que ver con aquel montaje de reminiscencias orientales. "En esta ocasión la estética es más moratiniana, ya que está ambientada en la época de la Ilustración. Además -dice el director- esta vez he incidido mucho más en la carpintería teatral. He alterado mucho la peripecia y unificado algunos personajes, ya que Lope se olvida de ciertos caracteres a medida que avanza el texto".

Vasco, que además de dirigir se ha encargado de la parte sonora -otra faceta que desarrolla dentro y fuera de su compañía- y de la versión del texto -esta vez sin la colaboración Yolanda Pallín-, confiesa que ha realizado una intensa labor de investigación para la adaptación de la obra. "He eliminado las escenas redundantes y algunos juegos de palabras excesivos, y además incorporo textos de La fuerza lastimosa y El marqués de Mantua".

En escena, los mitos se despiertan. Ninfas, gigantes, la ciudad de Tebas, un bosque encantado, un personaje convertido en asno -imposible no acordarse de El sueño de una noche de verano de Shakespeare-...

Instrumentos exóticos
Exotismo y un áurea mítica envuelven esta producción llena de personajes fantásticos que no busca la pretenciosidad sino que está aderezada con un sentido del humor "casi gamberro", confiesa Vasco. Antonio Molero, Laura Hernando, Francisco Rojas, José Vicente Ramos y Daniel Albadalejo encabezan un reparto que tan pronto declama el verso como extrae sonidos a tambores, campanas tibetanas, etc. Los lugares son sugeridos a través de la escenografía, la luz y una banda sonora llena de colorido. Música étnica para la selva de Diana, un crisol de campanas y metales para la ciudad de Tebas... el sonido se entrelaza con la palabra dicha, con un verso que los actores dicen "a camino entre la prosificación de No todos son ruiseñores y el alto nivel de declamación de La fuerza lastimosa".

La bella Aurora supone un punto y aparte en la trayectoria de la compañía, que ha conjugado la puesta en escena de textos clásicos con autores contemporáneos -Yolanda Pallín, Borja Ortiz de Gondra, Heiner Möller-. Con Shakespeare puede que se inicie un nuevo ciclo: ya están preparando Hamlet y arrastran desde hace años el proyecto de Coriolano. Su anterior montaje, Algún amor que no mate, de Dulce Chacón se exhibirá en la sala Cuarta Pared de Madrid la próxima temporada.