Image: Roger Gual

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Teatro

Roger Gual

“En esta obra pasas de reírte a preguntarte por qué”

10 julio, 2003 02:00

Roger Gual. Foto: Quique García

La Pata negra es un ambicioso espectáculo en torno a la inmigración que ha congregado a artistas de distinto signo. Roger Gual, codirector de la película Smoking Room, debuta como director de escena en este montaje en el que la palabra, la danza y las imágenes virtuales se dan la mano. Se estrena el 10 de julio en el teatro Zorrilla de Badalona (Barcelona).

Vicenta Ndongo, alma mater de este espectáculo, es la única protagonista de La Pata negra. En él participan toda una generación de artistas que vienen pisando fuerte, desde un cineasta premiado como Roger Gual, un ex-coreógrafo de la Compañía Nacional de Danza como Patrick de Bana, el iconoclasta Rodrigo García, los músicos Dani Carbonell (Macaco), Chico Ocaña (Mártires del Compás) y Ray (Krazé Negrozé), y Fernando de France y Gloria Martí, autores de las imágenes que se proyectan en las tres pantallas con las que Ndongo interactúa.

-La protagonista de La Pata negra es rechazada por su color de piel, ha recibido una educación cristiana castrante, vive en un entorno hostil, no encuentra trabajo... ¿no suena a los tópicos sobre la inmigración, a enfrentar a los racistas explotadores nacionales con los amistosos trabajadores inmigrantes?
-No, no creo. De hecho ha cambiado bastante desde la primera versión. Ahora, enfrentamiento sí que hay, pero de un modo sutil, con humor. El espectador puede sentirse confrontado a una situación, pero puede opinar lo que quiera... Es a través de ejemplos concretos que contamos cómo vemos las cosas.

Andersen y Walt Disney
-La Pata negra está inspirada en el cuento de El Patito Feo. Al final, en el cuento, el patito pasa a ser un admirado ejemplar de cisne, que ha cambiado su pelaje y se ha adaptado al medio emulando a los cisnes del lago. ¿Es lo que ocurre aquí?
-Evidentemente no voy a contar el final. Pero no es cierto que la obra esté inspirada en el cuento de Andersen, simplemente se le cita en un momento del texto como máximo responsable -junto con Walt Disney- de destruir las mentes inocentes de los niños y llenarles la cabeza de prejuicios. Porque todos hemos crecido con estos cuentos. Creo que fue François Truffaut quien dijo una vez que por mucho que le insistieran, nunca iría a ver una película de Walt Disney con su hijo. No sé si lo cumplió.

-¿Podría describir en qué consiste su intervención en la obra?
-En una creación colectiva de este tipo lo más importante es que tenga una unidad. Si no, el resultado puede quedar como un cóctel mal mezclado. Hemos intentado que salga un cóctel, y si no sale bien mezclado pues que salga al menos un molotov. En los textos han participado autores como Rodrio García, Paloma Ortiz, Iván Morales, la actriz y yo mismo. Basándonos en experiencias personales y escogiendo los temas importantes para cada momento fuimos tejiendo el espectáculo. También hay escenas con vídeo y coreografías, pero los textos son el hilo conductor. Digamos que por momentos pasas de reírte a preguntarte de qué coño te estás riendo.

-¿Cómo surgió su colaboración con el proyecto y qué fue lo que le interesó? A diferencia del cine, ¿qué satisfacción le procura un medio tan artesano como el teatro?
-Me llamó Vicenta para proponérmelo, yo nunca me había planteado dirigir teatro. Pero me interesó lo abierto que estaba el proyecto y la propuesta inicial de experimentar a todos los niveles. Siempre que sea empezar algo de cero y con plena libertad, creo que voy a decir que sí. Simplemente para poder equivocarte con mucho más atrevimiento. En el proceso de ensayo me he dado cuenta de una cosa: en el teatro hay que aprovechar que tienes a los espectadores enfrente y eso, a ellos, se lo tienes que hacer notar, que sepan que están tan vivos como la actriz que tienen delante. Les puedes emocionar e incluso molestar, pero cada día será diferente.

Teatro social, lección moral
-Esta obra se adscribe al teatro social, un tipo de teatro prácticamente ausente de nuestros escenarios, de los que también están ausentes hoy los jóvenes. ¿Cree que la ausencia de uno explica la otra?
-No sé muy bien qué significa esta etiqueta de "teatro social", pero supongo que se refiere a que el tema nos puede preocupar a todos por igual. Si es así, vale. Si es porque queremos dar una lección moral acerca de la diferencia, nada mas lejos de nuestra intención. No hay ningún culpable, y al mismo tiempo todos los somos. Que los jóvenes no vayamos al teatro es una acto casi reflejo de lo que está ocurriendo en nuestra sociedad. A la mayoría sólo les interesan las líneas de comunicación masiva: la telebasura. Las voces que no pueden gritar por encima de los tertulianos de Crónicas Marcianas no tienen ninguna opción de ser escuchadas.

-¿Suele ir al teatro?
-Cuando hay algo que me interesa. últimamente sucede poco.