Image: Calígula

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Teatro

Calígula

Director: Ramón Simó

13 mayo, 2004 02:00

Ramón Madaula es Calígula

Intérpretes: Ramón Madaula, Carme Elías, Andreu Benito... Autor: Albert Camus en catalán. Teatro Nacional de Cataluña. Barcelona

El Calígula (1944) de Albert Camus (1913-1960) aparece, en la cartelera barcelonesa, enmarcado en una corriente que está apostando por el teatro de ideas. A pesar del propio autor, quien dice escribir una tragedia sobre la pasión de lo imposible, con Calígula asistimos a la recreación de la más sanguinaria tiranía con todas sus connotaciones políticas. Pero Calígula es también el hombre que defiende la libertad como el único fin posible de la existencia humana. Enfrentando su libertad a la de sus congéneres, la tentativa de llevar ésta a las últimas consecuencias se revela absurda y su muerte, una forma de suicidio. Drama político o tragedia, el texto destila rigor intelectual y una perfecta construcción dramática. La versión que nos ofrece el tnc es extremadamente respetuosa con el texto original; apenas unas actualizaciones léxicas jalonan el discurso de un magnífico elenco encabezado por Ramon Madaula (Calígula). Sin desdeñar otras posibles lecturas, la de Ramon Simó parece escorarse hacia la consideración de un Calígula más o menos delirante enfrentado a un Quèrees (Andreu Benito) lúcido que conspira, casi a cara descubierta, contra el tirano.

Bibiana Puigdefàbregas resuelve de forma brillante la multiplicidad de espacios de representación con un único espacio escénico ambivalente que sugiere el patio de una villa romana; exterior e interior al unísono, el pavimento nos remite al círculo primigenio de la tragedia del que brota una enorme parra sin hojas ni frutos. Un poderoso juego de sombras y espejos es el telón de fondo escenográfico. El grueso del vestuario -de María Araujo-- es de una monocromía plagada de matices, en contraste con el colorido de los vestidos de Cesònia (Carme Elias). Con todo, lo más destacable del espectáculo se encuentra en el impresionante trabajo actoral: Ramon Madaula nos envuelve en la lógica enfermiza de su personaje, mientras el resto del elenco contribuye de forma clara y precisa a desgranar el nudo de la tragedia.