Teatro

Querellas ante el dios Amor

Director: Manuel Canseco

2 diciembre, 2004 01:00

Intérpretes: Ramón Pons, Manuel Brun, Cristina Juan, Antonia Paso, Pedro Forero. Galileo. Madrid

El susodicho Dios es, naturamente, Cupido; más en vez del diosecillo juguetón aquí es un mancebo prepotente y cruel. Pese a todo se trata de un juego de amores y desamores, de engaños y de picardías, de sensualidad y de lirismo. A base de fragmentos de Torres Navarros, Comendador de Escribá, de Lucas Fernández, de Juan del Encina y algunos anónimos, Canseco ha urdido una jugosa trama sobre el fondo de un sencillo corral de comedias. Es un espectáculo ingenuo y retozón, primoroso y en el que resalta la exquisita caligrafía con que están dibujados los amantes fornicadores y el desparpajo desvergonzado con que se alude a "la putería" en que puede desembocar una mujer desdeñada. Todo este ingenio facilita los enredos de alcoba y permite el lucimiento de un grupo de actores en unos personajes arquetípicos. Está el simplón, que no se entera de nada aunque los cuernos se la saquen los ojos. Y está la casquivana y la enamorada fiel y el dios Amor, tirano y dictador. Preciosas canciones de la época en un cañamazo juglaresco que articulan los episodios, cantadas por una intencionada y pícara Rita Barber. Y hay un viejo burlado (Ramón Pons) tan víctima del deseo como de la vejez.