Image: El mestizaje anglo-hindú de Akram Khan

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Teatro

El mestizaje anglo-hindú de Akram Khan

"Ma" en el Teatro Central de Sevilla

9 diciembre, 2004 01:00

Un baile inspirado en los campesinos que fueron expropiados en la India

El Teatro Central de Sevilla, tan atento a las vanguardias y a los talentos a veces ocultos, acoge el 10 y el 11 de diciembre a la compañía del bailarín y coreógrafo Akram Khan con la obra Ma. Aunque en nuestro país Khan es prácticamente desconocido, el artista británico-bengalí ha sido acogido por la crítica británica como uno de los mayores talentos del actual panorama de la danza, prueba de ello es el premio que le concedió el prestigioso "Time Out Magazine" en el 2000 o la crítica que le dedicó "The Observer": "Khan es la nueva gran promesa del mundo de la danza". A sus 30 años, el artista lleva un lustro investigando nuevos caminos de fusión entre la danza y otras artes junto a su compañía, formada hace cuatro años y con la que ha participado en los festivales internacionales más importantes. La creatividad desbordante de Khan han encontrado en la fusión de estilos el cauce apropiado.

Influido por la danza clásica y el Kathak -el género clásico indio-, el coreógrafo y bailarín ha conseguido unir la tradición occidental con un baile asiático de más de 500 años de antigöedad. Ha trabajado con la reputada Anne Teressa de Keersmaeker en su escuela P.A.R.T.S. en Bruselas, formando parte del X-Group, donde trasladó un proyecto de investigación que inició junto con Farooq Chaudhry. Con este coreógrafo funda en el año 2000 su propia compañía, para la que crea un repertorio en el que destacan los solos Polaroid Feet y Ronin, y la pieza Related Rocks -una importante colaboración con la London Sinfonietta-. Sus colaboraciones también se extienden al teatro, donde participó -a pesar de ser un adolescente- en uno de los montajes más importantes del pasado siglo XX: el Mahabharata de Peter Brook.

Mística asiática
La mística sudasiática invadirá mañana el escenario del Central. Con Ma, Khan ha diseñado una obra-ensoñación donde conviven el teatro, la música y la danza. Seis bailarines de su formación -en la que hay intérpretes de Malasia, Eslovaquia, Sudáfrica y España- se enredan con los sonidos del violonchelo, la modernista declaración electrónica de la Ictus Ensamble de Bruselas, y la rotundidad del mridangam -un tambor del sur de India-. A esta sinfonía se suma la voz del cantante paquistaní Faheem Mazhar.

La pieza, estrenada en Londres el pasado mes de junio, es una bella y contundente coreografía que comienza con toda una hilera de bailarines acompañados por la potente luz de los focos. Poco a poco van tomando sitio en un escenario franqueado por unas cuerdas de las que cuelgan unas pequeñas bolsas. Bailan movimientos de kathak, danza en la que se crió artísticamente Khan, mientras que, ya en la parte central del montaje, comienzan a oírse palabras escritas por Hanif Kureishi. Ma está inspirado en el drama de los campesinos que fueron expulsados a la fuerza de sus propias tierras en la India. Sin embargo, el espectáculo, lejos de ser pesimista, brilla por su vitalidad.