Image: Más luz sobre Valle Inclán

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Teatro

Más luz sobre Valle Inclán

Se estrenan en Madrid "Cara de plata" y "Ligazón"

13 enero, 2005 01:00

Una escena de la obra "Cara de plata". Foto: Javier del Real

El Centro Dramático Nacional estrena el 13 de enero uno de los platos fuertes de su programación, Cara de plata, un montaje protagonizado por Chete Lera y dirigido por Ramón Simó que recupera uno de los textos más sugerentes de Valle Inclán. Su estreno coincide con el de Ligazón y La rosa de papel, en la sala Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid, con Juan Margallo en la dirección. El crítico Javier Villán repasa la génesis de las tres piezas y analiza el impacto de su obra en su tiempo y los motivos por los que fue tan controvertida.

El año 2005 ha empezado con una oleada valleinclaniana sin que medie, según creo, celebración o aniversario. Margallo, con su teatro Uroc, recupera en el Bellas Artes un montaje de Ligazón y La rosa de papel que hace veinte años hizo con el Gayo Vallecano; y el Centro Dramático Nacional trae al María Guerrero, y dirigida por Ramón Simó, Cara de plata, la bárbara y abrupta historia del hermoso segundón, cómplice de su padre, don Juan Manuel de Montenegro, en las querellas con el Abad de Lantañón, y rival en los malditos amores de Sabelita.

Durante mucho tiempo el teatro de don Ramón del Valle Inclán fue considerado un ejercicio literario irrepresentable. Todavía, hace apenas cuarenta años, Carlos Luis Alvarez, Cándido, certificaba desde la autoridad de las páginas de abc que el teatro de Valle Inclán estaba muerto y bien muerto. No hay que asombrarse; la autoridad intelectual de Ramón Sender había ido más lejos: "en verdad el teatro de don Ramón no es teatro" (Valle Inclán y la imposibilidad de la tragedia). Para Ramiro de Maeztu la fórmula del esperpento era "tan abominable (moralmente) como amena". Lo cual suscita complicadas reflexiones sobre la enrevesada y sospechosa relación que Maeztu pudiera establecer entre inmoralidad y amenidad. En el rechazo del teatro de Valle lo que, a la postre, contaba no era una estética sino una ética: la implacable visión crítica del esperpento sobre los males de España. Esa mirada sólo ha sido superada, y acaso ni eso, por las novelas de El Ruedo Ibérico. Algo tienen de esperpento, aunque no sean esperpento puro, Cara de plata (Teatro María Guerrero) y Ligazón y La rosa de papel (Círculo de Bellas Artes); su exageración, su trazo grueso. La genialidad de Valle radica no sólo en haber pasado a los héroes clásicos por los espejos deformantes del Callejón del gato; radica en ser el inventor de esos espejos.

De Valle no molesta su inicial carlismo estético; irrita su posterior anarquismo revolucionario, el airado vindicador que proponía fusilar a los Quintero e instalar la guillotina en la Puerta del Sol. Por fortuna, una casi unánime sensatez, no siempre correspondida por la práctica, se ha impuesto hace años en torno a su dramaturgia. Ha triunfado la perspicacia de Ramón Pérez de Ayala; éste, a la vez que consideraba a Benavente como el antiteatro por excelencia, "pura oralidad sin acción y sin pasiones" (Las Máscaras), afirmaba el carácter esencialmente dramático de todo Valle Inclán: desde las Sonatas hasta los Esperpentos. Escribe Pérez de Ayala que "estudiarlo como dramaturgo significa desentrañar la unidad genesiaca de toda su obra".

El eje del nuevo CDN
A lo que se ve, parece que el cdn, según declara Gerardo Vera, pretende hacer de Valle el eje vertebral de su programación. Se reconocería así su magisterio, lo cual supondría una exaltación subsidiaria del teatro español actual. Aparte de que la mejor exaltación del teatro español sería poner a sus autores vivos ¿qué Valle va a constituir la sustancia del cdn? Todos los Valles son escenificables, según Pérez de Ayala, y hay nuchos Valles: el carlista, el republicano, el bakuninista con injertos leninistas, el simbolista, el esperpéntico... Cuando hace unos años Lluis Pasqual puso en el María Guerrero Luces de Bohemia, desapareció una frase del texto; comenté la ausencia con Tamayo, viejo zorro en escaramuzas con la censura y, públicamente, éste se lo plantó a los responsables de la versión: "eso ¿es censura o es criterio?". La frase escamo- teada, en boca del Marqués de Bradomín y referida a Hamlet, príncipe de Dinamarca, es la siguiente: "Ofelia era muy pava, querido Rubén (Darío); y el príncipe, como todos los príncipes, un babieca".

Las Comedias bárbaras tienen algo de esperpento; y mucho de violencia, de espanto y de crueldad. Las fechorías de los hijos de Montenegro y el autoritarismo del vinculero ha dado pie para especular sobre una posible lucha de clases, concepto industrial difícil de encajar, por otra parte, en un marco de relaciones feudales. Cara de plata, última en publicarse y primera, argumentalmente, de la trilogía, se publicó en la revista "La pluma" y poco después, en 1922, con águila de blasón y Romance de Lobos en Renacimiento. En un ambiente de putas, hidalgos, mendigos, siervos, miserias, impiedades y bastardías, que es el fondo coral de las Comedias y de casi todo Valle, éste destaca Cara de Plata como "un juego con la muerte, un disparar pistolones, un revolverse airado de unos contra otros, una mojiganga de entregar el alma [...]. Pero, a fuerza de descreer de la muerte, de provocarla y de fingirla, la muerte llega". Entonces comienzan Romance de lobos y águila de blasón. La muerte, presente siempre en el Valle Inclán más desgarrado y goyesco.

La España más negra
Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte se llama un conjunto, de cinco piezas, del que Margallo ha tomado las dos piezas, las dos tablas, por seguir la terminología de retablo, que más le gustaron hace veinte años y más le siguen gustando: Ligazón y La rosa de papel. La mirada, seguramente, será otra; pero Valle seguirá siendo el Valle desmesurado, sublime y, a la vez, grotesco y sombrío.

De "auto para siluetas" calificó Ligazón y de "novela macabra" La Rosa de papel: borrachería, comercio carnal, usura; lo más negro de la España más negra. Esto ha sido, y no su "literaturidad" o su "cinematografismo", la barrera que ha aislado a Valle, lo que le ha dado carácter apócrifo de "irrepresentable": un contenido y no una forma. Habiendo escrito para la posteridad, el autor galaico nunca escribió fuera de su tiempo. Escribía, eso sí, al margen de un poder político, militar y clerical corrupto y dictatorial. Y lo metieron en la cárcel y lo llamaron irrepresentable por no decirle impresentable, que también. Y escribió también al margen de un público más identificado con la moral de mesa camilla de Benavente que con la insurgencia de los espacios abiertos valleinclanescos. Un público, me temo, del que no está muy lejos el público de hoy. Por eso, bienvenido Valle Inclán como elemento nutricio y continuado del Centro Dramático Nacional. Pero, permítanme la pregunta: ¿qué Valle?


Entre Galicia y Rumanía
"Cercana, onírica y poco costumbrista", con estas pinceladas el director catalán Ramón Simó dibuja en el lenguaje lo que hoy mostrará sobre el escenario del María Guerrero de Madrid. Con un reparto encabezado por los actores Chete Lera y Jesús Noguero, el montaje "huye del realismo estricto, del folclore rancio para crear un ambiente de ensoñación", dice el director, que se ha servido de proyecciones y un lenguaje "contundente y cercano al espectador", además de contar con Christoph Schöbiger como escenógrafo. Una de las preocupaciones de Simó ha sido "conseguir que el público se identifique con los personajes. ésta es la historia de un mundo que se empieza a romper, lo que desemboca en una crisis política. En ella, la figura de Montenegro, tan tiránica como heroica, se opone de forma brutal a la de su hijo".

Una atmósfera totalmente distinta es la que envuelve Ligazón y La rosa de Papel, que también se estrena hoy con dirección de Juan Margallo y protagonizada, entre otros, por Rosa Clara García y Víctor Gil. El director ha situado la acción lejos de Galicia, "en un poblado marginal de emigrantes de la Europa del Este". Un decorado con paredes traslúcidas sirve de unión entre estas dos piezas sobre las que planean melodías rumanas y búlgaras.