Image: Yllana vuelve a sus orígenes

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Teatro

Yllana vuelve a sus orígenes

La compañía recupera "La cantante calva" de Eugéne Ionesco

7 abril, 2005 02:00

La compañía Yllana adapta a su estilo La obra de Ionesco

Quince años después de su primer montaje, Yllana recupera La cantante calva de Eugéne Ionesco, el texto que dio origen a la compañía. El próximo 12 de abril se estrena en el Alfil de Madrid esta obra que riza el rizo del surrealismo, combinando el texto cumbre del teatro del absurdo con el particular estilo de Yllana.

No hay combinación más explosiva que un texto absurdo en manos de un grupo de clown. El disparate está garantizado, pues ni Beckett conseguiría superar las cotas de surrealismo que chorrean los diálogos de Ionesco. Quizás el más dislocado Arrabal podría medírselas con este texto que representa la cima del teatro del absurdo al que Ionesco consagró obras dramáticas como La lección (1950), El rinoceronte (1959) o relatos como Oriflama y La foto del coronel. La lectura de La cantante calva puede resultar desternillante o exasperante, según se busque ingenio o coherencia en él. Hay mucho de lo primero y algún conato de lo segundo, ya que el absurdo fue el medio con el que Ionesco dio forma a su caricatura de la "una sociedad perfecta" a través de unos personajes que, en esta obra, se muestran incapaces de comunicarse entre sí.

La cantante calva (1950) es el texto que vio nacer a Yllana hace quince años. En aquel entonces, David Ottone, Marcos Ottone, Joseph O’Curneen, Juan Francisco Ramos, Fidel Fernández y Raúl Cano idearon un montaje descabellado que sentó las bases de su estilo "yllanesco". Quince años después, la compañía revisa la obra asumiendo las enseñanzas de esos años de evolución. "Este montaje es muy distinto al primero -dice O’Curneen-. En este tiempo hemos madurado y de eso se beneficia el espectáculo, pues hemos ganado en imaginación pero sin menospreciar la dimensión del espectáculo.

En esta visión de La cantante calva la sorpresa se esconde al final de cada réplica. Onomatopeyas, gestos retorcidos hasta el máximo, diálogos fulminantes... Yllana despeina en escena La cantante calva y la lleva a su propio terreno, el de la comedia. "Nuestra preocupación como compañía es la búsqueda y la investigación constante de la comedia", dice O’Curneen.

Mundo delirante
No es de extrañar que Yllana recurriera a Ionesco para su primer montaje. Ambos hacen sudar la comedia invirtiendo la lógica, jugando con el lenguaje "y la visión cómica del hombre y del absurdo", dice el director. A pesar de que la formación se mantiene fiel a ese estilo suyo tan reconocible en obras como 666 y Lo mejor de los Monty Pyton este montaje de La cantante calva es un paso adelante en su carrera.

La compañía, que ha abierto en Madrid un instituto dedicado a la comedia -International Gag Institute- reivindica el clown y el bufón como los personajes teatrales más adecuados para satirizar sobre asuntos de la sociedad. Su presencia es imprescindible en este montaje que es, sin duda, la obra más disparatada de Ionesco. Con esta propuesta Yllana inaugura un nuevo ciclo en el Alfil,
teatro que dirigen y que es sede de la compañía. " Se trata de un proyecto de Clásicos en el Alfil -dice O’Curneen- en el que también caben autores como Mihura, Mel Brooks o Dörrenmatt".