Image: A tapar la calle

Image: A tapar la calle

Teatro

A tapar la calle

Comienza el Festival de Teatro y Artes de Calle de Valladolid

12 mayo, 2005 02:00

Angie Hiels cuelga a 7 metros del suelo a sus actores en X-Time People Chair

Desde un pinar a una antigua estación de tren o a la medianería de un edificio: estos son algunos de los espacios elegidos para acoger ciertas obras del VI Festival de Teatro y Artes de Calle de Valladolid, que se celebra a partir del 18 de mayo. Reúne 56 espectáculos nacionales y extranjeros, concebidos para ser exhibidos en espacios sin butacas. Teatro de calle dignificado a la francesa como "artes de calle" que la capital castellana acoge con la aspiración de ser la cita de referencia en nuestro país.

Por sexto año consecutivo Valladolid celebra el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle, un evento que lleva rumbo de convertirse en cita obligada en nuestro país para todos aquellos aficionados que quiera seguir la interesante evolución de este género teatral que los franceses han bautizado como "artes de calle". El género trasciende hoy lo que de forma inmediata nos viene a la imaginación: unos zancos animando nuestras calles. Compañías y artistas que lo practican se interesan e investigan por técnicas cada vez más complejas, mezclando diversas artes y ofreciendo espectáculos difíciles de clasificar. Quizá por ello el género se está convirtiendo en un gran cajón de sastre en el que cabe todo, algo que desde luego contribuye a enriquecerlo.

Sin embargo, Javier Martínez, director de este festival, ha sido muy cuidadoso a la hora de diseñar su programación para dejar claro cómo ha cambiado el concepto de teatro de calle: "Por artes de calle entendemos todos aquellos espectáculos que no tienen lugar en los espacios escénicos tradicionales. Son, además, espectáculos diseñados para exhibirse en espacios al aire libre o no, pero susceptibles de acogerlos. La calle no la entendmos como un espacio abierto, sino que debe ser apropiado para la representación. Y por último, nos dirigimos a un público que queremos que se sienta privilegiado por ver un espectáculo extraordinario, raro de ver". Con estos criterios, la parrilla de este festival reúne 56 compañías invitadas, 26 de ellas europeas y principalmente francesas; hay también dos australianas, cinco latinoamericanas y 23 españolas.

El circo: columna vertebral
Esta programación se organiza en torno a cuatro ejes. El primero y más importante es el del circo que, en opinión de Martínez, "es la columna vertebral de las artes de calle; tiene tres variantes: el circo físico (trapecio, malabares, contorsionismo...), el poético que los franceses llaman ‘nuevo circo’, y el que identificamos con los antiguos espectáculos que componían las barracas de feria", tipo monstruos y personajes con malformaciones. Una de las grandes compañías invitadas es el Cyrk Klotz de Marsella (a partir del día 20), una de las instituciones circenses más reputadas que acude con Note à Vacarme, recreación del Ballet Mécanique que en 1924 el músico norteamericano Georges Antheil compuso para una orquesta de percusión. Antheil tenía la costumbre de interpretar sus objetos con los puños, los codos y los antebrazos y el circo Klotz explora la pieza para crear un espectáculo con 6 pianos, algunos alzados al aire de forma bastante sorprendente. Este apartado incluye un gran números de compañías de clowns (The Melodions), malabares, trapecio y acrobacia (Arcipelago Circo Teatro, Rus &Miri), magia y variedades (Urs Högli, Leaping Loonies).

¿Qué son curiosidades culturales?
El segundo eje ordena los espectáculos en torno al capítulo llamado Curiosidades Culturales, que Martínez define "como aquellos espectáculos pequeños, intimistas, raros de clasificar, pero muy exquisitos, que llamaríamos una delicatessen". Por ejemplo, a Valladolid acuden el grupo Entre Chien et Loup (a partir del día 19) con Le temps du voyage, un espectáculo interactivo donde el público va pasando, dentro de una estructura circular, por doce instalaciones situadas en diferentes espacios urbanos y en los que el espectador experimenta distintas percepciones del tiempo. También Curiosidad Cultural es 2 Rien Merci (a partir del 19) que, en Moulin Cabot propone al público (no más de 60 personas por función), adentrarse en un minúsculo cono de madera y lona ambientado con una luz tenue y marginal. Kumulus fue otra de las compañías presentes el pasado año, galardonada con el premio al mejor espectáculo, y repiten con Recontres des Boîtes (a partir del día 20).

Hay un tercer capítulo en el que se incluyen aquellos espectáculos diseñados para espacios singulares y que contribuyen a modificar el concepto tradicional de teatro de calle. "Hay una polémica entre los profesionales sobre si el teatro de calle debe entrar en las salas tradicionales y a la inversa", explica Martínez. Sin embargo, de lo que se trata es de buscar escenarios susceptibles de acoger espectáculos. Entre los títulos contemplados en este epígrafe figura una de las coproducciones del Festival, Historia Natural, a cargo de la compañía gallega Matarile que dirige Ana Vallés; su propuesta es llevarse al público a un pinar situado en las cercanías de Valladolid para ofrecer una especie de merienda en el campo aderezada con teatro, música y danza. De Alemania procede Angie Hiesl, que ha ganado numerosos premios con el espectáculo que presenta: XTime People Chair. Hiels realiza proyectos interdisciplinares con los que transforma temporalmente zonas urbanas en espacios de arte. Sus trabajos invitan al público a ver de una forma diferente actividades que son muy cotidianas y que habitualmente se llevan a cabo en espacios privados. La obra (a partir del día 21) se desarrolla sobre la fachada de una casa, en una calle que además no se anuncia hasta pocos minutos antes de iniciar la representación. A unos 7 metros del suelo, se ancla una silla sobre la que se sienta uno de sus actores para comenzar a realizar acciones cotidianas. La intención es que el público que pasa por allí se interese por lo que ocurre.

Performances y títeres de lujo
El festival ha invitado también a compañías que hacen instalaciones o performances (Louise Clarke, de Inglaterra, Ex-Nihilo y Claire, ambas de Francia o Producciones Imperdibles de nuestro país, que presentan Réquiem 21 k 626 y que ha sido una de las pocas coproducciones financiada por la red de festivales de europeos de artes de calle INSITU); y compañías de teatro de marionetas, como Axioma (ver recuadro) o La Licorne, absolutamente recomendable su Bestiaire Forain en el que recrea la vida nómada y fantasiosa de domadores y poetas que llevan de un lugar a otro una especie de arca de Noé. Esto permite exhibir fantásticos animales manipulados de forma mecánica (día 20).

Para la inauguración del Festival se presenta un video-instalación de la Fura del Baus, el grupo que este año será homenajeado por su trayectoria en el teatro de calle, iniciada en 1979. Por otro lado, cada año la organización invita al director de un señalado festival de artes de calle y este año el elegido es Marc Celis, organizador de los festivals Theater in de piste y Theater op de Markt, de Bélgica. La idea es explicar en charlas y encuentros el funcionamiento de estos certámene. Por último, en la clausura un jurado especialista entregará los premios a los mejores espectáculos de cada una de las categorías.


Calidad e innovación
La calidad e innovación de las compañías distingue la programación del Festival. Entre las españolas destaca la almeriense Axioma, que inaugura el certamen el día 18 con uno de sus espectáculos más premiados: El compromiso, hecha con títeres. Dirigido por Carlos Góngora, la obra tiene un planteamiento muy cinematográfico, se desarrolla en 22 cuadros distintos y presenta casi 400 personajes que dan vida a una historia inspirada en la posguerra española.

Otro espectáculo que causará sorpresa es las instalación-performance de la compañía francesa Styx Théâtre: One day 49, que tendrá lugar el día 18, en las pistas del Seminario de Valladolid y que se desarrolla en dos escenarios. La obra crea la ficción de un terremoto que ha hecho emerger las ruinas de una antigua civilización. Un gran escenario recuerda a un tablero de ajedrez el otro está recorrido por largas hileras de cuerdas donde una infinidad de camisas blancas son movidas por el viento, dando la impresión de ser un mar imaginario. Los espectadores las atraviesan descubriendo la presencia de seres extraños. Ritual y misterioso.