Image: 22 Quijotes

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Teatro

22 Quijotes

La locura de Almagro

30 junio, 2005 02:00

El Quijote, por la Compañía El Mirón Cubano

El ritmo es maratoniano: 22 montajes en 24 días. Un tema omnipresente: El Quijote, y una gran variedad de estilos: danza, títeres, pasacalles, teatro de texto, conciertos y una versión radiofónica. El Festival de Almagro se suma al año Quijote con una programación dedicada casi exclusivamente a la obra cervantina y en la que destacan "El Brujo", Ramón Langa, Jose María Pou y Juan Echanove.

¿Conmemoración o furor cervantino? El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro que este año dirige por primera vez Emilio Hernández se suma a las conmemoraciones del cuarto centenario de la publicación de El Quijote con una programación en la que la figura del hidalgo es casi omnipresente. Desde ayer y hasta el próximo 24 de julio Alonso Quijano cargará contra molinos de viento en veinte ocasiones y retará a sus enemigos hasta en japonés. La pregunta que surge es ¿cómo conseguir el interés del público por la puesta en escena de la obra -a un ritmo de Quijote por día- cuando ni siquiera el texto original de Cervantes ha sido leído por la mayoría? La respuesta está en la misma programación del festival, que reúne en apenas un mes gran cantidad de estilos escénicos y originales versiones a partir de la obra de Cervantes en espacios de lujo como su famoso Corral de Comedias, el Claustro de los Dominicos o el Patio de Fúcares. Toda una demostración de la inagotable capacidad de creación de los lenguajes escénicos y de quienes los articulan: desde danza (como el montaje Don Quichotte de Almudena Ruiz con bailarines de la compañía L’Amicale le Drapeau, el día 13 de julio en el Corral de Comedias) y títeres (La Tartana estrena el día 22 El Quijote, un auto de ilusión para andamio y calle; Arbolé presenta el 6 El Quijote en la graciosa aventura del titiritero; Los Claveles presenta Don Quijote y Sancho Panza el 21 y La Tirita estrena El Retablo de Maese Pedro el día 13, todos en el Claustro del Museo del Teatro), hasta una adaptación radiofónica (Epifanía de un sueño con José María Pou y Juan Echanove, el 19 en el Corral de Comedias) y un concierto recital (Sueños y delirios, el día 18 en el Corral de Comedias) pasando por Els Comediants, que estrena hoy Elogio de la locura, El Mirón Cubano con Quijote (día 15, en la calle), la versión japonesa de Don Quijote de los nipones Ksec Act (día 12, Teatro municipal), los brasileños Pia-Fraus con Farsa Quijotesca (18, teatro Municipal), y Sanchica, princesa de Barataria que dirige Pedro Manuel Víllora y ha escrito Ainhoa Amestoy (del 15 al 17, Patio de Fúcares).

Una de las propuestas más originales es la que dirige Lliuba Cid, La noche de los Quijotes (19 y 20 en el Patio de Fúcares), y que enfrenta sobre el mismo escenario al personaje de Cervantes con el apócrifo de Avellaneda. Juan Antonio Molina da vida al Caballero Desamorado: "El Quijote apócrifo fue la contestación de los sectores más conservadores y represivos de la época al sentido liberal y de triunfo del libre albedrío que representaba la figura cervantina. Por ello -dice el actor- los valores del Quijote que yo represento son los de la defensa a ultranza de la fe católica impuesta a veces con métodos represivos". Esta obra que firma Santiago Martín Bermúdez enfrenta en la venta manchega de Maese Roque a los dos hidalgos, que se batirán en duelo para intentar esclarecer la verdad. Para Molina, que asegura que su personaje al ser menos conocido permite una gran libertad creativa, "Liuba ha querido darle cierto toque de dictador o líder integrista, por lo que ha acentuado su fuerza física y la violencia verbal como contrapunto a la espiritualidad del personaje de Cervantes". Guillermo Dorda interpreta al "verdadero" Quijote, el Caballero de la Triste Figura, "que vive más cómodo en una fantasía creada a su medida que en la dura realidad de la soledad. Su necesidad de evadirse de lo real para percibir mejor la realidad le lleva a crear un mundo mágico coherente".

Personaje reconocible
El hecho de que el personaje sea tan conocido no es un obstáculo para Dorda: "Es más fácil de criticar porque el público ya tiene una idea preconcebida, pero la dificultad está en la complejidad del personaje en sí mismo , ya que es un reflejo de la propia complejidad del ser humano".

¿Qué hubiera sido de Don Quijote si, recuperada la cordura, hubiera tenido un día más de vida? Este es el punto de partida de Don Quijote en la niebla (mañana en el Teatro municipal), obra de resonancias unamunianas donde el dramaturgo Antonio álamo recupera a ese Alonso Quijano que apenas ocupa lugar en el texto original y lo enfrenta a su creador para pedirle -ya cuerdo- un día más de vida. Ramón Langa da vida a un Quijano que le pide cuentas a Cervantes por su existencia y que "reniega de Don Quijote". "Este Alonso Quijano sigue siendo igual de honesto, justo y valiente que su personaje -apunta el actor-. Si acaso más combativo, porque lucha contra la gran injusticia de morirse". Pero ¿cómo se mete un actor en la piel de un personaje tan estudiado, tan representado en el arte, tan imaginado? "Con gran dosis de humildad, con firmeza de pensamiento, diciendo la verdad del texto y sin ataduras físicas".

Menos existencialista, más juglaresco es el Quijote de Rafael álvarez "El Brujo". En Los misterios de El Quijote o El ingenioso hidalgo de la palabra (del 15 al 23 de julio en el Claustro de los Dominicos) el actor dirige, escribe e interpreta un texto que sostiene la tesis de que "Cervantes no existió. Es una figura renacentista inventada, un seudónimo tras el que se esconde otra personalidad o varias", asegura "El Brujo", que ha realizado un trabajo de investigación y recuperación de la tradición juglaresca. "Mi papel es el del narrador que relata las aventuras de don Quijote, pero no soy é".

De gran belleza es el montaje que propone el Teatro Negro Nacional de Praga, que emplea una técnica lumínica original y con proyecciones. Impresión de Don Quixote (8 julio. Claustro de los Dominicos) está dirigido por Francisco Plaza y cuenta con dos actores españoles como protagonistas. Por primera vez en este género la palabra toma el protagonismo frente a la imagen. "Es la primera vez que se lleva al teatro un Quijote de estas características donde se mezclan el lenguaje audiovisual, el teatral y la técnica del teatro negro de Praga con la intención de reflejar los múltiples significados y ambientes implícitos en la novela original. La acción dramática, el espacio sonoro y las imágenes aportan una visión singular del texto cervantino", dice Plaza, que asegura que cualquier espectador, independientemente de su conocimiento de la novela, "encontrará una conexión con el espectáculo en cualquiera de las formas expresivas con las que jugamos".


Emilio Hernández, director del festival de Almagro
"Es muy común una visión reductora de El Quijote"

Después de su paso por el Centro Andaluz de Teatro, Emilio Hernández afronta su primera edición como director del festival centrando su programación en El Quijote.

-¿Cuáles son los retos de llevar a escena El Quijote?
-Partimos de una obra narrativa, lo cual es fantástico como reto pero de dificil resolución, porque una simple ilustración sería siempre reductora de su esencia. Se impone un trabajo personal y riguroso de cada creador.

-¿La lectura que hacen de El Quijote formaciones como el Teatro Negro de Praga o la brasileña Pía-Fraus es muy distinta de la que realizan las formaciones españolas?
-Creo que las compañías extranjeras abordan con mayor desinhibición un mito universal como es el Quijote. Las lecturas de esta magna obra a través de las diferentes culturas, y su reflejo e influencia en las mismas ha sido determinante para incluir en la programación obras de Brasil, Colombia, Ecuador, Cuba, Francia , Praga o Japón.

-¿Las compañías españolas tienen un mayor conocimiento de El Quijote?
-No estoy muy seguro de que los españoles tengan la patente de un mayor conocimiento o entendimiento del Quijote. Hemos escogido los trabajos más rigurosos de los muchos que han estado a nuestra disposición. Sorprendería lo común que es una visión reductora del Quijote ausente de pensamiento o de la reflexión sobre la creación literaria misma.

-¿Todo vale en la adaptación escénica de un clásico?
-Todo vale en el trabajo de un creador teatral. No debe tener límites. Una cosa será si ese trabajo pretende recrear más o menos fielmente el texto original, o si declara abiertamente un trabajo teatral libre a partir de un texto o una idea.