Teatro

Ángel Corella

“Si quieres bailar clásico, tienes que emigrar”

3 noviembre, 2005 01:00

Foto: Santi Cogolludo

Es uno de nuestros emigrantes estrella, extraordinario bailarín que acogió el American Ballet Theatre hace ya dos lustros. ángel Corella (Madrid, 1975), tras su paso triunfal por Barcelona hace un mes, actúa con las figuras de la compañía neoyorquina a partir del día 9 en la Zarzuela de Madrid; es la primera plaza de una gira por España que le llevará de nuevo a Barcelona, a su pueblo Colmenar Viejo, y a Murcia, Cádiz, Las Palmas, Tenerife, Alicante, Sevilla y Logroño.

Corella no viene con el American Ballet Theatre (ABT), pero sí arropado por algunas figuras de la compañía neoyorquina: dos bailarines principales como él -Herman Cornejo y Xiomara Reyes-, y cinco solistas -su hermana Carmen Corella, David Hallberg, Erica Cornejo, Carlos López y Maria Ricceto-, además de un cuerpo de baile. El artista tiene una promotora de espectáculos con la que distribuye sus actuaciones durante el tiempo libre que le permite su compañía; una productora que con la Fundación Angel Corella y las tiendas de artículos de danza que ha impulsado trasciende su faceta puramente artística (www: angelcorella.com).

Con esta gira, el bailarín va a recorrer un buen número de ciudades españolas, lo que le obligará a permanecer en nuestro país hasta el próximo año; una función especial será, sin duda, la que ofrezca en el auditorio de su pueblo natal, en el municipio madrileño de Colmenar de Oreja. Pero esta semana llega al teatro de la Zarzuela de Madrid, donde presenta un doble programa diseñado a su medida, con coreografías clásicas y contemporáneas que permitirán comprobar esa excelente técnica que la crítica alaba, su extraordinaria velocidad y la calidad dramática de sus interpretaciones. Figuran algunas de las que más fama le han procurado, como la suite Don Quixote de Petipa que bailará junto con piezas de Balanchine (Who cares? con música de Gershwin), Forsythe y Parson en el primer programa (del día 9 al 11). El segundo (días 12 y13) está dedicado a Shakespeare y recoge fragmentos de Balanchine (Sueños de una noche de verano) y Cranko (La fierecilla domada) y del británico Keneth McMillan (Romeo y Julieta).

Muchos son de la opinión que los pocos bailarines que triunfan están tocados por la mano de los dioses, seres con un don especial que, obviamente, de nada les serviría sin una técnica precisa aprendida a base de disciplina y sacrificio. Corella, que llegó a Nueva York con 19 años tras formarse como muchas otras figuras españolas en la compañía de Víctor Ullate y que en apenas un año pasó de ser solista a bailarín principal en el ABT, no es de esta opinión: "No me considero un elegido", dice, "me considero un privilegiado, porque estoy bailando en una gran compañía y el público valora mi esfuerzo".

-Baila en el American Ballet Theatre, pero luego ha creado una promotora que le presenta a usted con las figuras de la compañía. ¿Cómo surgió?
-El ABT es una gran compañía con muchos bailarines en plantilla y se hace bastante costoso traerla a España. Si no crease esta promotora aquí, difícilmente podrían los aficionados al ballet verme bailar en España, y más difícil todavía ver bailar al resto de los bailarines que vienen con mi grupo y que son todos ellos estupendos.

El apoyo de una hermana
-¿Quién decide el programa y quién dirige las coreografías de esta promotora?
-Dentro de mi promotora hay un equipo de profesionales estupendos que conoce el mundo del ballet profundamente y también saben muy bien lo que el público desea ver. Yo, por supuesto, lo superviso y tengo la última palabra.

-¿Cómo lleva lo de compartir con su hermana el escenario y el ABT?
-Estoy encantado de que mi hermana baile en la misma compañía que yo. Desde pequeños hemos tenido intereses comunes y ella ha sido una de las personas que más me ha ayudado a crear la Fundación que lleva mi nombre.

-¿La Fundación Angel Corella se ha creado para buscar jóvenes valores? ¿Cómo está la formación en danza en nuestro país? ¿Es la emigración la única salidad para un bailarín español?
-No es exactamente así. En España no hay que buscar valores, porque de todos es conocido el talento que hay para la danza. Lo que quiero con la Fundación que lleva mi nombre es ayudar a canalizar ese talento, con una formación adecuada y después ofrecerles la oportunidad de desarrollarse en una gran compañía de clásico. Hay más de 200 bailarines españoles en posiciones muy interesantes en las distintas formaciones de ballet del mundo, lo que contesta a la pregunta de una forma bastante contundente. Si quieres bailar los ballets de repertorio clásico has de emigrar necesariamente.

A través de la Fundación, Corella se ha enfrascado en la construcción de una residencia-escuela para bailarines en San Feliu de Guixols, cuyo ayuntamiento ha aprobado la donación de los terrenos que la albergará y que empezará a edificarse en el año 2007. En esta población catalana, donde Corella tiene una casa de veraneo, quiere reúnir el gérmen de lo que será el objetivo que persigue con la Fundac ión, la creación de una compañía de ballet clásico de las que tan necesitados estamos en nuestro país.
-Se presenta en Madrid con dos programas que reúnen coreografías de destacados creadores anglosajones, con la excepción de Petipa. ¿Cree que hay un estilo anglosajón, o americano, de baile?
-No, yo no lo creo. Lo que pienso es que hay buenas y malas coreografías. Hacer algo que sea intemporal, no es fácil. Si lo consigues, poco importa la nacionalidad.

-¿Con qué personaje de los que ha bailado se identifica más?
- Me gustan casi todos los roles del repertorio clásico. Quizá con el que más éxito tuve fué Giselle con la bailarina Diana Visneva en la temporada pasada del Metropolitan, por el que salimos en portada del The New York Times, algo insólito. Pero el rol con el que más me identifico es Romeo.

-¿Y qué coreógrafos le gustan?
-En producciones de clásico, Mcmillan, Petipa, Balanchine, Jerome Robins y de los coreógrafos actuales destacaría a Forsythe, Wheeldon o Kylian.

-Los americanos son poco conocidos en nuestro país.
-Cranko está muy difundido en Europa, porque es el ballet de Stuttgart el que tiene los derechos de preservar sus coreografías. Quizá a Twyla Tharp se la conozca menos, pero realmente desconozco la razón. De todos modos la coreografía Push comes to shove que coreografió para Barishnikov se ha visto en todo el mundo.

-¿Es el ABT el mejor sitio para un bailarín como usted?
-Además de ser bailarín estable del American Ballet Theatre, soy bailarín invitado de cinco compañías más y en casi todas me siento muy estimado (se refiere al Royal Ballet de Londres, La Scala de Milán, del Ballet de Tokio, del Ballet de Australia y del Ballet de Chile); pero sí, creo que salvando algunos pequeños detalles, es la compañía más adecuada para mi.

-¿No viven más despreocupadas desde el punto de vista económico las compañías europeas de danza, sufragadas por fondos públicos, y no son, por tanto, más libres desde un punto de vista creativo?
-¿Por qué cree usted que viven más despreocupados económicamente los ballet europeos que los americanos? Yo no lo creo así. Quizá los ballets americanos dependan más de las donaciones privadas, pero son muy amantes del arte, y eso les hace apostar por lo mejor de cada estilo.

Volver a España
-¿Se ve como futuro coreógrafo en su compañía?
-No, de momento, soy de la idea de "zapatero a tus zapatos".

-¿Y piensa en volver a España para quedarse?
- Cada vez paso más tiempo en España. Con esta gira, por cierto patrocinada por Rolex, lo que pretendo es difundir la danza de calidad y despertar el interés por la futura compañía de ballet que nacerá de la Fundación. Pero mientras esté en activo como bailarín, seguiré bailando con el ABT en las temporadas del Metropolitan y City Center; una vez que la compañía estrene en España, pasaré la mayor parte de mi tiempo al frente de la dirección artística. Espero que sea pronto, me encuentro muy bien en mi tierra.

-¿Y la vida en Nueva York? ¿Se ha adaptado bien?
- Al principio me costó bastante, no conocía a nadie, apenas sabía inglés y tenía nostalgia de mi familia y de mis amigos ... No hay que olvidar que me fuí con 19 años. Ahora añoro mi país, pero New York es mi segunda casa.

-¿Qué ha aprendido de los norteamericanos? ¿Ha percibido antiamericanismo en nuestro país?
-Admiro la capacidad que tienen para distinguir lo bueno y apoyarlo. Siempre hay distintas posturas con respecto a ellos, pero no he notado especial rechazo en España.