Teatro

Colgados por la tirolesa

Aterrizan en Madrid los argentinos De La Guarda

8 diciembre, 2005 01:00

Villa Villa se presenta en la Muralla Árabe de Madrid

El grupo argentino De La Guarda ha levantado en la Muralla árabe de Madrid una estructura con capacidad para acoger a un millar de personas. Desde el día 13 presenta allí Villa Villa, un espectáculo con actores que caen del cielo. A grandes rasgos, el show se define por emplear un lenguaje sin palabras, echar mano de la música (percusión, básicamente), de un gran despliegue luminotécnico y de mucho movimiento con alucinantes ejercicios aéreos. Por supuesto, cuenta con virtuosos y gimnásticos intépretes. Como reza su publicidad,"el mensaje no es intelectual, llega directo al cuerpo, a los sentidos, al alma...". Un mensaje que todo el mundo puede entender y que hace de él un "espectáculo globalizador". Así se explica que este Villa Villa, creado en 1995 por el grupo, haya girado desde Argentina a sus antípodas con parada en Broadway durante seis años, donde han conciliado a un millón de espectadores. Y parece que tiene cuerda para rato. En estos momentos hay tres elencos representándolo en tres partes del mundo: en Argentina, en Moscú (con actores rusos) y en España.

Villa Villa está en la línea de esos espectáculos más propios de inauguraciones de macroeventos socio-culturales-deportivos. En España tenemos un referente inmediato, La Fura dels Baus. De La Guarda no reniega de esta influencia, pero cree que su obra no persigue inquietar al espectador, sino que tiene un componente más festivo, es más alegre, onírica y poética: "Villa Villa busca que el espectador se divierta, busca la interacción con el público, pero siempre y cuando él la quiera. Por ejemplo, ésta es la primera vez que actuamos en España y, cuando lo hemos hecho en Valencia, muchos espectadores se quisieron mojar con los actores al final del espectáculo en unas duchas que hay montadas. No es que nosotros los empujáramos a ello, lo hacían porque querían", explica Nacho Pacho, el gerente de la compañía.

Mirando al techo y de pie
Desde luego, el público cuenta mucho, se le asigna casi un papel. Los espectadores, en vez de mirar al frente, se pasan la mayor parte del tiempo mirando al techo, y de pie. Y dura 70 minutos, pero es tan cautivador lo que ven y sienten, que la fatiga ni se nota. El espectáculo se desarrolla en una carpa con capacidad para un millar de personas , sobre cuyas cabezas se descuelgan los actores "ocupando todo el espacio aéreo de la sala", añade Pacho.

De La Guarda nació en 1993 en la capital argentina de la mano de Pichón Baldinu y Diqui James, quienes habían formado parte de La Organización Negra y de Teatro de Operaciones de Buenos Aires. Se trataba de grupos interesados por explotar una estética industrial inspirada en el cómic y en trabajar en espacios públicos, como en el obelisco de Buenos Aires, donde representaron La Tirolesa, desplazando a un buen número de actores por el monumento. Con la formación De La Guarda, Baldinu se ha centrado en el espacio aéreo para desarrollar sus "dramaturgias acrobáticas". Hasta la fecha han realizado tres montajes: Dulce compañía, Villa Villa y Doma. éste último congregó a 15.000 personas en un velódromo y empleó una grúa torre de 50 metros desde la que trasladaban sobre el público diversas estructuras, algunas cubiertas de fuego y agua.

Ahora llegan a Madrid después de su paso por Valencia, donde han actuado el pasado mes de noviembre. Permanecerán en la capital española hasta el día 8 de enero, para viajar el 24 de enero a Sevilla.