Teatro

Miscelánea

Joya del teatro para niños, Una de matrimonios gay, Lectura de Eva Hibernia

8 diciembre, 2005 01:00

El paladín de Francia fusiona sombras y títeres

Joya del teatro para niños
El paladin de Francia es un cuento para niños que los mayores no deberían perderse. Un retablo de títeres de guante que sus creadores han fusionado con el teatro de sombras en una combinación mágica y delicada para contarnos un cuento al estilo de las leyendas carolingias: el héroe Reinaldo, advertido por el mago Urluberlú, debe salvar a la bella dama Blancaflor cautiva de los moros. Inspirado en un cuento del escenógrafo, ilustrador y realizador italiano Emanuele Luzzati, el grupo Libélula que dirige Julio Michel (director del Festival de Títeres de Segovia, Titirimundi) ha obtenido varios premios con esta pequeña producción que ha paseado por medio mundo. "El teatro de marionetas es un género mágico en sí mismo, y es el medio más idóneo para hablar a los niños, es como hacer un truco de magia para que un ser inerte cobre vida. Nosotros trabajamos con títeres de guante que, en este caso, se transforman mágicamente en una sombra", explica Michel. Y añade que el espectáculo es fruto de una "investigación de las sombras y del espacio. Son siluetas casi sin articular que cobran movimiento como si se tratara de un ballet".

El punto de partida de la obra es el sencillo cuento de Luzzati, inspirado libremente en el Romancero español y en las cantares de gesta franceses, y que él mismo ha ilustrado. Sus dibujos han facilitado la labor de los titiriteros, ya que dice Michel que "cuando Luzzati ilustra un cuento parece que ya está pensando en crear cartones de animación, dibujos destinados a cobrar vida, así que en el momento en que cayó en nuestras manos fue como si las imágenes saltaran del libro". Adaptado por Moncho Alpuente, el texto tiene un añadido, un final especial: la historia de Cristobita paladín, contrapunto escénico en el que se parodia la elegancia y la sutileza de la primera parte. En él, Cristobita, nieto del famoso Don Cristóbal de Lorca, vive aventuras similares a las del paladín; pero hay una diferencia, las resuelve con la ayuda de su estaca, es decir, al estilo de los títeres de cachiporra.

La obra provoca una reacción sincera en los niños, pues "siempre toman partido por los protagonistas y distinguen entre buenos y malos. Gritan cuando hay peligros y aplauden cuando los buenos salvan a la princesa". Tres manipuladores intervienen en el montaje, Juan Antonio Sanz Carlos, David Faraco y el propio Michel, con música original de Cuco Pérez. Estará en La Abadía de Madrid, desde el sábado, 10, y hasta el 30 de diciembre.


Una de matrimonios gay
El autor Eduardo Galán y el director Celso Cleto están de suerte y, lógicamente, no quieren agotarla. Han comprobado lo bien recibida que está siendo La curva de la felicidad en Madrid (teatro Lara), con Pablo Carbonell de protagonista. Ahora vuelven con otra comedia: Esperando a Diana. Si el protagonista de la obra anterior era un cuarentón en trance de separación, con el telón de fondo de la especulación inmobiliaria, ahora Galán y Cleto se inclinan por abordar el matrimonio homosexual y la adopción de niños. Está protagonizada por María Casal, Rafa Castejón, Jesús Ruyman y Manuela Velasco y se presenta mañana, en el teatro municipal de Pinto (Madrid).


Lectura de Eva Hibernia
Eva Hibernia ha participado en el ciclo de lecturas dramatizadas Autora en Escena que se ha venido desarrollando en tres ciudades, Madrid, Barcelona y Valencia. Uno de sus textos pone punto y final a esta iniciativa en la capital española. Se trata de Juana -delirio-, que el día 12 se lee en la sede de la SGAE de Madrid. Inspirándose en el personaje de Juana de Arco, la autora construye un texto en el que la mística guerrera reflexiona en la cárcel sobre su pasado, especialmente sobre su pubertad y lo que supone de descubrimiento de su camino. Hibernia, autora de varios textos (Los días perdidos, El arponero herido por el tiempo), ha fundado en Barcelona el grupo Delirio.