Teatro

El informe Kafka

26 enero, 2006 01:00

Yo, mono libre es la adaptación escénica del cuento Informe para una academia, de Franz Kafka, que se presenta en el Centro Cultural de la Villa de Madrid. Interpretado por Ricardo Joven, este monólogo es uno de los textos narrativos más apreciados por los actores, pues ya se anuncian próximas versiones.

Informe para una academia se ha vertido a la escena en múltiples ocasiones. Jose Luis Gómez, cuando principiaba como actor por Alemania, hizo una versión que llevó por varios países europeos y no hace mucho aún acariciaba la idea de volver a ella para protagonizarla de nuevo. Juan Carlos Pérez de la Fuente comenzará pronto los ensayos de una adaptación que tendrá la particularidad de estar interpretada por una actriz, Petra Martínez. Y esta semana, en la sala pequeña del Centro Cultural de la Villa de Madrid, Ricardo Joven la presenta bajo el título Yo, mono libre. ¿Radica su atractivo en que este texto de Franz Kafka, fabulosamente escrito, escarba en un tema universal: la noción de tolerancia, de cómo aceptamos al que es diferente?. El texto permite construir un espectáculo con fuerza y para un solo actor; tiene muchas posibilidades dramáticas, momentos trágicos con pinceladas de humor.

La salida
Este cuento de Franz Kafka, que escribió en 1917, fue uno de los pocos que el autor vio publicados en vida. En él también recurre, como en el archiconocido La metamorfosis, a establecer analogías con animales para hablarnos de la condición humana. Su protagonista es un chimpancé que va contando su proceso de adaptación a la especie humana desde que es capturado en Costa de Oro por una expedición de caza y es encerrado en una pequeña jaula. La necesidad de buscar una "salida" a la tortura que le mantiene comprimido en la caja le lleva a "dejar de ser mono". Su búsqueda no es la de la libertad, que él sí ha experimentado cuando era primate pero con la que, según dice Kafka, "se engañan los hombres entre sí con demasiada frecuencia". Su salida es perder su identidad, -"renunciar a toda obstinación"-, para imitar al hombre en sus gestos y, sobre todo, en aquéllo que lo distingue de los animales: el lenguaje. Porque lo inaudito de Pedro el Rojo, que así se llama, es que habla y hablar le libera, llegando incluso a alcanzar la educación media de un europeo. Un mono así puede, entonces, elegir entre vivir en un zoológico o en los espectáculos de Variedades. Elige lo segundo.

Ricardo Joven se presenta ante el público con una acentuada caracterización física y en un escenario que recuerda una pequeña barraca de feria. Pocos elementos más en escena: una mesa camilla con una botella de Anís del Mono, un atril, unas cortinas...Joven, que también firma la versión, explica que ha sido muy fiel al texto, "lo respeto casi todo", para centrarse en mostrarnos un personaje que haga fluir las emociones y con una actitud corpórea muy fiel a la de los simios ("he estudiado hasta los sonidos de los chimpancés", dice). La obra es una coproducción del actor con el aragonés Teatro del Temple y dura una hora.