Teatro

Esperando a Beckett

Problemas para acercar al autor al público

6 abril, 2006 02:00

Madrid, 30 de marzo, 2006. Esperando a Beckett. En la cartelera no hay nada. Teatro Calderón: Fama. Gran Vía Teatro: Kung-Fu. Teatro Nuevo Apolo: Scaramouche, el musical. De Beckett nada. ¿Llegará? Llamo a un programador amigo. Pregunto: ¿Qué te parece? Estoy contemplando un Beckett para el otoño, un Esperando a Godot, o La última cinta de Krapp ¿Hay posibilidad de una gira? No, contesta. ¿Una minigira? Tampoco. ¿Una mini-mini gira? No, no es comercial, explica. Ah, claro, el público no entiende a Beckett. Cuelgo y reflexiono. Como dublinés entiendo muy bien a Beckett. Hice una tesis hace años titulada "El mundo circo de Samuel Beckett". Pero muchas producciones que he visto de él y algunas versiones en español perdieron su gran sentido del humor. Sus obras son comedias. Su gran inspiración son los cómicos Buster Keaton (con quien hizo una película), El Gordo y el Flaco, Charlot. Hay que ver las obras de Beckett a través de la estructura sencilla del vaudeville y del estilo circular del circo. Pensándolo así su trabajo es más fácil de entender. Su intención es reducir la vida a lo esencial. Aceptando que su propuesta es el vaudeville y el circo, el diálogo humorístico es más cómico y fácil de entender.

¿Por qué los programadores, los directores de los teatros públicos y comerciales no lo ven así? Hasta los académicos complican la fácil comprensión de sus obras. Hay que acercarse a Beckett sin miedo. Es un cómico más. Una vez, mientas estaba dirigiendo a sus actores, dijo: "Lo único importante es la risa y la lágrima". Hace años dirigí Esperando a Godot en el Centro Penitenciario de Aranjuez. Los presos formaban el reparto. En mis notas de dirección tengo anotado: "Hoy he dejado de hacer la lectura del texto y me fui a la acción. Creo que esto va a romper la monotonía. Hay una cierta timidez en los movimientos de los actores al principio, pero poco a poco están adaptándose. Están entendiendo que la acción en Beckett es tan sencilla, tan lógica y a la vez totalmente original. ¿Quién hubiera pensado en una entrada tan espectacularmente cómica y a la vez trágica como lo de Pozzo y Lucky?" En el estreno los presos acogieron con emoción la obra.

Otro de los problemas a la hora de acercar a Beckett al público son las traducciones. él mismo se encargaba de traducirse al inglés. La textura, el espíritu, la musicalidad y el humor que emplea está en el lenguaje dublinés. Sin entender esto, Beckett sale frío y plano. En una traducción encontré que en castellano la frase "The mother had the clap" fue traducida como "la madre bordaba" y "clap" en Dublín significa "enfermedad venérea". Creo que voy a volver a llamar a mi amigo programador para ver si se interesa por el verdadero Beckett.

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