Teatro

El actor y su ego

Guindalera estrena el 22 de septiembre la comedia "Odio a Hamlet"

21 septiembre, 2006 02:00

Raúl Fernández y Maria Pastor

Tras la buena acogida que la compañía Guindalera obtuvo la temporada anterior con La Gaviota, abandonan ahora a los clásicos para estrenar en la sala que tienen en Madrid una hilarante comedia: Odio a Hamlet, del neoyorquino Paul Rudnick. Se trata de una sátira sobre los vicios de los actores, sobre todo de los que buscan la fama a cualquier precio. La dirige Juan Pastor y está protagonizada por Raúl Fernández, María Pastor, Josep Albert, Alex Tormo, Ana Alonso y Ana Miranda.

La palabra "alternativo"expresa un concepto que puede inducir a confusión; toda actitud de alternativa o recambio supone necesariamente otro término de una ecuación, otra idea complementaria. Alternativo ¿a qué? En esa red definida por ser ajena al circuito llamado comercial existen salas cuyo carácter y programación, aunque se las denomine con idéntico nombre "alternativas", no es homologable: Cuarta Pared, Triángulo, Canto de la Cabra, Lagrada, Tribueñe; y la Guindalera, por citar algunas de las más representativas de Madrid y que en muchas ocasiones alcanzan una plenitud desbordante. Por ejemplo, el éxito de la trilogía de Las manos, en la Cuarta Pared, de Pallín, Fernández y Yagöe. La Gaviota, en la Guindalera fue la temporada pasada un auténtico y conmovedor acontecimiento; un delicioso aire chejoviano, pasado por la mano de Juan Pastor, impregnaba la sala. Y, cuando al final de la confidencia teatral -aquéllo no era un espectáculo, sino un rito de confesión- ofrecían al público un licor de guindas, florecía el jardín de los cerezos. La Guindalera ofrece siempre como despedida, una copa, un pequeñísimo ágape que viene a ser la comunión bajo la especie del aguardiente.

La Guindalera, de Juan Pastor y Teresa Valentín-Gamazo, estrena mañana Odio a Hamlet. Esta pequeña sala se subtitula "Escena Abierta", idea que corresponde mejor a sus orígenes, historia y desarrollo que lo alternativo. Escena Abierta es, como su propio nombre indica, una referencia más amplia determinada por la variedad y calidad de sus proyectos.

Dentro de esa "apertura", la Guindalera tiene un perfil propio basado en la radicalidad de la imaginación teatral. Una imaginación que no es ejercicio desaforado de una mente convulsa, sino exquisita racionalización de los elementos dramáticos. Para ello se precisa la complicidad de un público adicto y exclusivo. Apenas setenta asientos cumplen el aforo de una sala pensada para vivir y sentir el teatro más que para contemplarlo: Leer en los ojos de los actores, escuchar su respiración, tocarlos casi.

Odio a Hamlet es un sutil ejercicio de metateatro, digamos, para entendernos: un viejo mito, Barrymore, un joven actor asustado por la posibilidad de convertirse en Hamlet, una vendedora de pisos, una novia cursi, una agente teatral que fue amante de Barrymore y hoy dirige la carrera del joven actor. Y el reducto legendario donde vivió Barrymore y tuvo lugar la aventura amorosa.

Sátira de la fama
Ese mundo le sirve a Paul Rudnick (Nueva York, 1957) para, en un alarde de ingenio, satirizar las falsedades escénicas en que se basan tantas famas y tantos triunfos. En clave de comedia, Rudnick se muestra implacable. Es un autor cuyo hilarante ingenio no encumbre la contundencia de sus convicciones. Odio a Hamlet es un ejercicio de demolición del ego que alimenta al artista, de la zafiedad presentada como acto creador, del papanatismo de los consumidores de pseudoarte. No podía haber elegido Juan Pastor mejor texto para expresar su idea del teatro. La Guindalera es no sólo una estética, sino una forma de entender y de pensar la realidad escénica. Sus códigos son unos códigos específicos de arte y de ritualidad; y de compromiso en un sentido amplio.

En cierta medida esta comedia en torno al siempre enigmático personaje shakesperiano confirma que el rigor y la seriedad de planteamientos no están reñidos con la diversión ni con el sentido lúdico. Como Brecht, la gente de la Guindalera sabe que si el teatro no divierte, aburre. Y si aburre es un ejercicio estéril, condenado al fracaso. Todo lo contrario de lo que ocurre con ese espacio íntimo que es la Guindalera: un espacio n ecesario para la higiene del teatro.

Juan Pastor, director de Guindalera Escena Abierta

"Para la creación no hay métodos"

El director y profesor Juan Pastor fue uno de los nominados al último premio Mayte por su trabajo en La Gaviota. Formado con William Layton en Madrid, se considera un seguidor de las teorías interpretativas del americano Sanford Meisner (discípulo de Lee Strasberg y maestro de grandes actores norteamericanos). Pastor cree que "para la creación no hay métodos", pero él ha desarrollado un programa pedagógico que recupera ejercicios de Meisner.

Pregunta: Alegra un éxito como el de La Gaviota, ahora de gira.

Respuesta: Sí, estamos muy contentos. Una sala como la nuestra, tan pequeña, de 70-80 localidades, que no ofrece teatro comercial, necesita tiempo para darse a conocer. El boca a boca ha funcionado.

P: Despues de varios clásicos, cambian de registro con una comedia como Odio a Hamlet.

R: De vez en cuando conviene hacer algo más hilarante, más ligero. Nos ha interesado mucho el estilo de la comedia norteamericana, allí son unos auténticos maestros y así lo demuestran en la series de TV. Queríamos hacer una comedia y ésta toca temas muy cercanos, como el de aquellos que persiguen la fama y no la vocación o el trabajo bien hecho.

P: ¿Hace cuanto tiempo que fundaron la compañía y la sala?

R: La sala Guindalera la creamos hace tres años, pero llevamos funcionando más de siete como compañía y asociación cultural.

P: ¿Y a qué se dedican como asociación cultural?

R: Principalmente a labores pedagógicas, de otro manera una compañía como la nuestra no subsistiría. Por ejemplo, desarrollamos un programa que iniciamos con la Comunidad de Madrid y ahora con Caja Madrid para formar nuevas audiencias. Montamos una obra e invitamos a alumnos a verla, pero antes nuestros actores visitan los colegios para tomar contacto con ellos. 10.000 alumnos han participado.

R : Y como compañía, ¿es un elenco estable?

P: No. No podemos hacer repartos muy grandes y, por otro lado, ésta es una compañía abierta. Tenemos gente habitual, pero no siempre. Aunque damos cursos de interpretación, los actores de nuestros montajes son profesionales, contratados con el caché oficial que fija el sindicato. L. P.