Teatro

Modelo Focus

La productora catalana persigue la especialización de sus salas

30 noviembre, 2006 01:00

Daniel Martínez (arriba). De izda a dcha: Pou, Dualte y Bieito

La empresa Focus acaba de incorporar a su nómina al actor José María Pou y al autor y director Javier Daulte. El primero como director del teatro Goya de Barcelona, el segundo del Villarroel. De esta forma, la productora catalana configura una red de salas conforme a un modelo que busca la especialización: mientras el Romea que dirige Bieito se destinará a espectáculos marcados por el sello del director de escena, el Villarroel acogerá a la autoría contemporánea, y el Goya ofrecerá un repertorio de alta comedia con elencos sobresalientes.

En Mercartes 2006, foro de las artes escénicas que tuvo lugar en el palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla la semana pasada, convivieron durante tres días programadores y representantes de diferentes teatros públicos y privados del panorama nacional. En un constante trasiego de gestores, promotores, artistas y flamencos varios, el pulso del teatro catalán se hizo notar con la presencia del grupo empresarial Focus. Allí, entre algún que otros stand de trajes de flamencas y mantones bordados, El Cultural mantuvo un extenso diálogo con su presidente, Daniel Martínez, en el que reveló algunas de las claves de su política cultural. Proveniente de un grupo independiente "que no supo hacer teatro", Martínez ha sabido codearse con los más granado del ámbito artístico catalán hasta consolidar lo que en 1986 no era más que una pequeña empresa de infraestructura técnica. Así, ha venido creando durante estos últimos veinte años una sinergia entre creadores que trabajan a su vez en diferentes teatros y espectáculos, dando firmeza y solidez a un núcleo de gente fiel en torno a Focus. ¿Y cómo se hace esto? "Solventando lo pequeño y pensando a lo grande", asegura Martínez.

Cinco teatros en Barcelona
Focus gestiona cinco teatros en Barcelona: Barcelona Teatre Musical (dedicado a conciertos y musicales de gran formato), Condal (especializado en comedia), Romea (dirigido por Calixto Bieito), Villarroel y Goya (en reformas). Ahora ha delegado la dirección artística de estos últimos dos en dos creadores contemporáneos (Javier Daulte y José María Pou) de diferentes generaciones y estilos. "Es necesario que los teatros tengan una línea coherente de actuación y programación. Seguimos conservando la idea de que una empresa privada puede hacer teatro sin perder su vocación y teniendo en cuenta las diferentes vertientes del hecho escénico: la lúdica y la educativa o formativa que, hasta hace poco, se reducía al ámbito público. Y es que quizá el teatro público se acoja a esto por dejación del privado", sostiene Martínez. Por otro lado, con el hecho de asignar directores artísticos para cada teatro, Focus busca la fidelización del público Y para fidelizar un espacio "primero, hay que crear una coherencia en sus espectáculos , segundo, definir un estilo. En este sentido sólo somos mediadores entre la empresa y el escenario. La forma de hacer ha de partir necesariamente de un artista", afirma el presidente de Focus. A partir de aquí, cuenta Martínez, lo primero que hace es visitar el espacio, luego piensa en una determinada línea artística y, a partir de ahí, busca el perfil de director que más se ajuste a sus necesidades para, finalmente, crear una especie de fórum de reflexión y actividades transversales alrededor del núcleo creativo. Por ejemplo, cuando se estrenó en la Villarroel Gorda, de Neil LaBute, se organizó en el Espai Bras unas jornadas donde diferentes antropólogos reflexionaron en torno a la evolución del canon de belleza. A la hora de buscar otros espacios, su referente ha sido el Teatre Romea que, además, cuenta con compañía estable y una fundación propia (la Fundació Romea, que organiza un concurso de textos teatrales cuyo texto ganador es montado y programado en temporada). "Mientras que el Romea se ha definido como un teatro de director, hemos querido ampliar esta experiencia a dos nuevos teatros: el Villarroel, que pretendemos sea un espacio para el teatro de autor, y el Teatre Goya -actualmente en período de rehabilitación- que esperemos sea un espacio para el teatro de repertorio protagonizado por grandes intérpretes. Además, seguimos con la gestión del Condal donde hacemos un teatro básicamente de entretenimiento y con la organización de eventos culturales que nos proporcionan el soporte empresarial para llevar a cabo proyectos más arriesgados", afirma Martínez. De esta manera, el Goya será un espacio para el teatro de actor. Su rehabilitación, fruto de la colaboración de diferentes entidades públicas y privadas de ámbito autonómico y estatal, permitirá disfrutar de aquí a doce meses de una programación basada prioritariamente en grandes autores del siglo XX y obras contemporáneas contrastadas. Algunos títulos orientativos que ilustran la programación de las próximas temporadas son: Los alumnos de la clase de historia de Alan Bennet, Un marido ideal de Oscar Wilde o Llama a un inspector de J.B. Priestley.

Teatro de autor
La otra cara de la moneda la encontramos en el Villarroel que, bajo la dirección del auytor y director argentino Javier Daulte, velará por la autoría viva: "el autor vivo ha de ser un motivo para acercar el público al teatro. Hemos de hacer que el autor sea un elemento de atracción para lo que incorporaremos la figura del autor residente. Aunque la creación no deba tener fronteras ni convenciones, me considero amante del teatro gracias a los autores", explica. En la programación del Villarroel destacan Some Voices del inglés Joe Penhall y Otras guerras de Elsa Solal, con dirección de Ramon Simo.

Sobre la convivencia del teatro público y privado, Martínez considera que el divorcio es más evidente en Madrid que en Barcelona: "el teatro privado es un vehículo legítimo y válido para la acción cultural. Sus recursos deben ser utilizados por los organismos públicos, cuyo teatro debe remediar los errores y carencias del privado sin pensar en competir con él. En Madrid lo primero que habría que hacer es eliminar la línea fronteriza que separa al teatro público del privado como bueno y malo. De hecho creo que si el teatro privado dejara de hacer vodeviles, comenzaría a hacerlos el público. Esto pasó con la zarzuela. ¿Y por qué se ha de perder ningún género? La actividad teatral ha de persistir en toda su variedad. Y el teatro público debería ser modelo de excelencia para el sector privado".

A por Madrid

Focus acaba de abrir oficinas en Madrid, al frente de las que figura Pere Piñol. La productora ya se instaló hace casi dos lustros, pero sin éxito. Ahora la compañía pretende que la empresa madrileña tenga personalidad propia y rechaza convertirla en una "delegación" de Barcelona. Inicialmente, se van a dedicar a producir y coproducir teatro; Madrid es el gran mercado teatral del país, hay una nómina importante de artistas y es un estupendo trampolín para diseñar giras. "Creo que el acierto estará en sumar voluntades y asociarse", explica uno de los directivos. Progresivamente, Focus Madrid también ofrecerá servicios de marketing, publicidad y organización de eventos, alquiler de infraestructuras y materiales técnicos. Con una facturación anual de 30 millones de euros y 130 empleados fijos, Focus es una de las empresas del espectáculo más potentes del país, que viene a producir de ocho a nueve espectáculos al año. Otra de sus pretensiones es la de hacerse con un teatro en la capital. L.P.