Teatro

Picasso en tres actos

Una obra del artista y dos inspiradas en el pintor recorren España

8 febrero, 2007 01:00

Dibujo de Javier Aoiz Orduna para un Picasso, interpretado por José Sacristán

Tres obras relacionadas con Picasso recorren estos días la cartelera nacional. El deseo atrapado por la cola, escrita por el pintor, Un Picasso, protagonizada por José Sacristán, y Picasso 1937, historia del Guernica, de Maskarada, indagan en el universo personal y creativo del artista malagueño. El Cultural analiza paso a paso estas obras y la presencia escénica del genio malagueño, a quien le hubiese gustado ser recordado como "un poeta y autor dramático español del que se conservan sus pinturas".

"Creo que mi obra como escritor es tan extensa como la de pintor. Materialmente dediqué el mismo tiempo a ambas actividades. Quizá algún día, cuando yo desaparezca, apareceré descrito en los diccionarios de esta manera: Pablo Ruiz Picasso, poeta y autor dramático español. Se conservan de él algunas pinturas", escribió el artista malagueño. Pero sus deseos no llegaron a cumplirse. Al contrario, basta escoger cualquier diccionario genérico, buscar la entrada Picasso y encontrase con que es reconocido como el Artista Plástico del siglo XX, del que apenas hay unas líneas dedicadas a su escritura y menos aún al teatro.

El hecho apenas cambiará, pero el Centro Andaluz de Teatro y la compañía Teatro del Velador quieren modificarlo por unos días con El deseo atrapado por la cola, una de las dos obras teatrales de Picasso que, a partir de esta noche, estará en el Teatro Cánovas de Málaga. Curiosamente, otros dos títulos, aunque no del artista, sino sobre su vida y su pintura más emblemática también recorren estos días la cartelera española. Son Un Picasso, dirigida e interpretada por José Sacristán, que esta noche llega al Teatro Bergidum de Ponferrada y el domingo al Chinchón natal del actor, y Picasso 1937, historia del Guernica, de la compañía Maskarada,cuya próxima función tendrá lugar el 23 de febrero en Zumaia.

1. EL DESEO ATRAPADO POR LA COLA. El sueño de Picasso de ser un escritor reconocido se cumplió a medias entre 1941 y 1944 con El deseo atrapado por la cola. El artista malagueño compuso la obra en el primero de esos años, mientras que en el segundo fue testigo y partícipe de la lectura dramatizada que hizo en su casa del París ocupado un raro elenco formado por unos actores noveles -y en algún caso Nobel- como Jean Paul Sartre, Albert Camus, Jacques Lacan, Simone de Beauvoir o Dora Maar.

Del hecho no se tienen muchas noticias, apenas unos comentarios que hizo De Beauvoir, pero sí que la obra no llegó a subir a un escenario. Hasta el mes pasado, cuando el Centro Andaluz de Teatro con Teatro del Velador hizo el estreno absoluto de El deseo atrapado por la cola en Sevilla, obra que ahora lleva a la ciudad natal de Picasso.

Representar el texto del artista ha sido "un empeño difícil", reconoce el responsable de la veterana compañía, Juan Dolores Caballero. A diferencia de las obras de teatro surrealista que por muy disparatadas que parezcan descansan sobre una base desde la que desarrollarse, "El deseo atrapado por la cola no tiene un hilo de dónde tirar, un anclaje desde el que ordenar un texto que es una sucesión de escenas surgidas de la rica imaginación de Picasso".

Esta situación le ha supuesto una de las mayores dificultades al director. Caballero ha buscado clarificar lo escrito por Picasso para que "el público no saliera corriendo, no pensara estos señores se han tomado una pastilla" al contemplar lo imaginado por el genial artista.

El pintor metido a dramaturgo dejó volar sus sueños en la obra. Cuando escribió el texto, el artista residía en el París ocupado por los nazis, lo que les suponía a los vecinos de la ciudad, más allá de la situación política, una serie de restricciones en la vida diaria que el artista decidió superar, al menos sobre la escena. La obra cuenta "los deseos de Picasso" en esos momentos.

Los personajes comen, beben y practican el sexo en un juego individual y colectivo, pero tienen por debajo todo el dolor de la situación en la que viven. De esta forma se produce la paradoja de que en un texto considerado surrealista aparezcan "libremente los sueños del autor y subsconcientemente las cortapisas que impiden que se cumplan esos sueños", reconoce el director, cuya única licencia para el montaje ha sido la de incorporar a Picasso como el personaje de El Silencio.

2. UN PICASSO. "Picasso es el que explica el siglo XX", afirma, rotundo, José Sacristán. Por eso no es extraño que el actor -también director del montaje, dato que sí extraña, pues Un Picasso es su segunda incursión oficial en los papeles en este apartado teatral- tenga todo 2007 comprometido con la obra que Jeffrey Hatcher escribió sobre un hecho real que le sucedió al artista en el París ocupado.

Un día de 1941 el pintor fue detenido por soldados nazis que llevaron a Picasso a un sótano de un edificio oficial para que certificara si unos cuadros allí guardados, tras ser requisados por los ocupantes, eran suyos. Este hecho, cierto, es la base sobre la que descansa la ficción de Hatcher que confronta al malagueño con una funcionaria nazi, licenciada universitaria y especialista en arte que encarna Ana Labordeta, en un "enfrentamiento de gran altura intelectual y moral", asegura Sacristán.

El duelo de inteligencias con la comisaria permite contemplar, además, a Picasso desnudo. "Don Pablo", como llama respetuosamente el actor y director al artista malagueño, "aparece en todas sus dimensiones, con referencias a su ideología, pero también con los recuerdos de su infancia, en la que ya se descubre que era un genio desde muy pequeño".

3. PICASSO, 1937, HISTORIA DEL GUERNICA. La obra más famosa del genio, es el Guernica. Picasso plasmó en el cuadro, que también puede ser el más conocido del siglo XX, la conmoción que le supuso el bombardeo y la destrucción de la simbólica villa vasca por parte de la Legión Cóndor alemana el 26 de abril de 1937. Pero esa no fue la intención del artista cuando empezó a realizar el encargo del Gobierno de la República Española para la Exposición Universal de París.

El genio malagueño, según cuenta la compañía Maskarada en Picasso 1937, historia del Guernica, estaba inmerso en la lectura de La obra maestra desconocida. Del libro de Balzac sacó la inspiración para los primeros bocetos del cuadro. Pero al poco tuvo noticias del bombardeo de Guernica. Poco después, el 1 de mayo, las informaciones que Juan Larrea le dio sobre la manifestación de repulsa por el ataque a la localidad vasca que se celebró en París le debieron impresionar tanto que el artista cambió de idea y pintó el famoso cuadro.

La obra de teatro recoge ese proceso. Aunque lo hace de manera inversa, empezando, también, en el París ocupado y retrocediendo en el tiempo hasta llegar al inicio de los hechos. El bombardeo ya fue recogido por la compañía vasca en Gernika 16: 30 H. S. O., la obra con la que recordó la destrucción de la histórica villa con motivo del cincuentenario del ataque.

Con la nueva producción, Maskarada recordará este año otro aniversario, el 70, aunque su estreno tuvo lugar el pasado junio en Estados Unidos. Allí, la compañía obtuvo cuatro premios en el festival de Midland, entre los que se encontraba el de mejor intérprete masculino para Iñaki Urrutia por su papel de Picasso.