Gema Castaño hace una antología del musical en una Gema de Broadway.

El musical es sobre todo espectacularidad: numerosos artistas que bailan, cantan y actúan, escenario impresionante con escenografías variadas y mucha tramoya. Pero también puede ser un actor, un piano, dos bailarines y unos elementos mínimos de escenografía que sirvan para crear un ambiente íntimo y arropar los números. Mucho más si la obra no es una historia con libreto, canciones y bailes propios, sino una suerte de antología de canciones hiladas entre sí con la que recordar algunos de los principales o más famosos títulos del género.

Esto es lo que se ha propuesto Gema Castaño con su última producción. La artista -integrante de espectáculos como Los miserables o Memory- ha escogido el pequeño espacio de La Cafetería del Teatro de Madrid para representar Una Gema de Broadway hasta el 16 de febrero. La obra recorre la historia de la comedia musical con paradas en las diferentes épocas del género, desde cuando Broadway brillaba por encima de todo hasta los momentos en que salió de la crisis a mediados de los años setenta. Se incluyen también éxitos posteriores.

Con esta ligazón, coreografiada por Barry McNabb y acompañada al piano por Antonio Suárez, Castaño repasa el ‘glamour’ de Los caballeros las prefieren rubias con la célebre Diamonds, baja a las disputadas calles del Nueva York portorriqueño de West Side Story, según le contaron Steven Sondheim y Carl Berstein y se traslada al Berlín del ascenso del nazismo de Cabaret. de la mano de Bob Fosse. Una Gema de Broadway también pasea por el esplendor oscuro de All that jazz, regresa al Chicago de la prohibición de los años veinte mientras que con Andrew Lloyd-Weber viaja por Jesucristo Superstar y la Argentina de Evita, además de volver a convertirse en la Fatime de Los miserables, que ya interpretó. El resto del programa incluye títulos como Yentl, Jekyl y Mr Hyde, Sweet Charity o ‘Lady in the dark.