SPAM, delirio y denuncia de Spregelburd
Spregelburd en una escena de SPAM. Foto: Hernán Corera
Todavía está reciente el éxito de La estupidez en las Naves del Español, hilarante divertimento con el que Rafael Spregelburd volvió a demostrar su fineza en la disección del mundo contemporáneo. Ahora vuelve a Madrid, convocado por el Festival de Otoño a Primavera, con un mónologo suyo, SPAM, que podrá verse en los Teatros del Canal a partir del próximo jueves (19). Esta vez despliega su condición de artista escénico integral, ya que, aparte de haberla escrito y dirigido, también encarna a su protagonista, Mario Monti, trasunto del exprimer ministro italiano, el técnocrata que sustituyó a Berlusconi.Algún crítico argentino ha catalogado SPAM como un ‘aleph enloquecido', expresión que para Spregelburd incurre en el pleonasmo. "No hay otro aleph que el que ya está un poco enloquecido", puntualiza a El Cultural. La etiqueta, de todos modos, resulta ilustradora de esta dramaturgia que amalgama ingredientes tan dispares como -enumera- "el hundimiento del Costa Concordia, la muerte de Caravaggio, la desaparición de una lengua antigua de Mesopotamia, la crisis ecológica producida por la acumulación de basura (real y virtual) y un sinfín de episodios de este comienzo de milenio que se ha despertado muy estúpido".
Esa olla a presión de conceptos y sucesos remite a Borges, referente capital en la ecléctica escritura de Spregelburd, en la que también confluyen otras fuentes: "de Chejov a Tarantino, de Joyce al tango, pasando por la experiencia del art-brut, por Pinter, por Buster Keaton, por Tarkovski, por Sartre o el cine de Paul Thomas Anderson, Fassbinder o Woody Allen". La trama que hilvana el aparente caos arranca con la pérdida de memoria del profesor Monti por un accidente. Tras despertar en un hospital en Malta con su pasaporte y muy pocas pertenencias más, intenta descubrir quién es entrando en internet. Y entonces deviene el colapso identitario: "Se sorprende con horror al ver que toda referencia a su persona ha desaparecido, ya que toda noticia en la red refiere a otro Mario Monti, de idéntico nombre, de mayor popularidad. Así son las cosas: llamarse Mario Monti, o José Pérez, puede ser letal en el cybermundo".
El caleidoscopio de Spregelburd está presentado como una sprechoper (ópera hablada): el texto no es cantado sino dicho. Pero siempre suena la música compuesta por Zypce, "capaz de tocar un arpa hecha de cuerdas de cortadora de césped o de sumergir un celular bajo el agua para ver cómo suena". SPAM, un delirio concienzudamente orquestado, intenta así "plasmar el funcionamiento de la realidad más allá del ordenamiento racional". Porque, como afirma Srpregelburd, "la experiencia contemporánea tiene mucho más de rompecabezas, de aventura, de viaje que de instrucción moral y cívica".
@albertoojeda77