En un mundo cada vez más fraccionado por sus muros y migraciones, Praga celebra estos días su Cuatrienal de escenografía y espacio escénico más fronteriza hasta la fecha. Al menos, de Fronteras porosas, va la cosa. Fronteras políticas o geográficas que alcanzan también al idioma, la cultura, la religión o las culturas. Líneas imposibles impuestas por el miedo, la memoria o el paso de la vida, pero también emocionales y sentimentales, como un nuevo futuro o como barrera, infraqueables, en cualquier caso, o definitivamente permeables. Celebrada desde 1967, la Cuatrienal de Praga saca así los entresijos del teatro a escena en una edición, la número 14, por la que hasta el próximo 16 de junio pasarán 79 países con más de 800 artistas, y en la que España estará representada en dos pabellones oficiales y una exposición escenográfica, en colaboración con el INAEM, Acción Cultural Española (AC/E), Agencia Española para la Cooperación Internacional y el Desarrollo (AECID), Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) y el Instituto Cervantes. Al frente de todo ello, el director de escena y productor, su comisario Ángel Martínez Roger recuerda, que "la creación artística es no obstante un brillante instrumento vehicular para crear conexiones entre mundos aparentemente alejados". El juego de Babel Ahí está Babel y su torre en forma de cubo. La instalación de Alejandro Andújar, situada en el pabellón español, invita al espectador a pasear a través de los mútiples pasillos estrechos de un cubo seccionado. Madera sobre madera, las tablas del teatro franquean aquí al visitante, con la estructura de un bastidor, en una experiencia visual pero también sonora, diseañada en colaboración por el compositor Luis Miguel Cobo. Una metáfora de una Torre de Babel contemporánea cuyo concepto, dice su autor, salta a la vista. Como las bastas fronteras que lo ocupan todo, Andújar emplea todo el espacio cedido por la Cuatrienal de Praga, 5 x 5 metros, con un cubo que sin ser "absolutamente masivo" lo acapara todo "a partir de la repetición de una serie de elementos que separan espacios paralelos, que nunca se cruzan, que son fronterizos y que no se mezclan", define. Quince pasillos atravesados por uno principal, por el que pasean los espectadores, conforman esta pieza de la que su creador, no obstante, resalta su material de fabricación. "El hecho de hacerlo en madera es que convierte la pieza en un elemento mucho más orgánico. La madera es un elemento vivo que sufre con todo lo que le rodea", mantiene. Elementos como la humedad o la temperatura corroen y ablandan su estructura. "Eso hace que cobre forma. Que una pieza como esta tan dura se vaya transformando en un cubo mucho más amable". Por eso, defiende el español, "la cara más interesante es la lateral", donde "descubres formas más orgánicas". Una vez que el visitante pone un pie en su pasillo los ecos de las grabaciones de veinticinco actores empiezan a reporducirse en esta especie de "jaula de los sonidos", según define por su parte Cobo. "Nadie sabe cómo suena el etrusco o el sánscrito -explica-. Se trata solo de simulaciones con palabras sueltas elegidas por su sonoridad". Una recreación del sonido de las lenguas muertas que tratan de atravesar otra de las fronteras, la idiomática. Es por ello que su creador se negó a utilizar el latín. "Tenía que ser lo menos reconocible posible". "La idea -continúa- era tener otra perspectiva distinta al teatro. Aquí quería que fuera un paseo interactivo. Que el paseante pudiera elegir e interactuar con el pabellón". Lejos de permanecer al margen, Babel interrelaciona también con el espacio de le feria. Aunque no se concibió originariamente así, "la contaminación es importante -admite-. Juega parte del juego de la torre. Que se escuchen los sonidos de fuera es fundamental". Homenaje a Pandur Otro cubo, pero ahora de espejos, es el que ha presentado Juan Gómez Cornejo. Su instalación es, probablemente, la más emotiva de todas. Entre las esculturas del Museo Lapidarium de Praga, la pieza escultórica y lumínica del Premio Nacional de Teatro en 2011 rinde homenaje a los trabajos que él mismo realizó para el director esloveno Tomaz Pandur. Ubicada en la sección oficial Fragmentos, este espacio busca reconocer la trayectoria profesional de Gómez Cornejo, uno de los exponentes de la creación lumínica en la escena española, que, a partir de sus trabajos, transita varias generaciones de directores y escenógrafos. Ángel Martínez Roger desde el primer momento lo tuvo claro. Solo él podría traer a Praga algo de su luz. Sin embargo, no ha sido fácil. "Esto es una feria de escenografía y vestuario fundamentalmente -reconoce el propio Juan Gómez Cornejo-. Además, es muy difícil exponer la luz". El español ya había participado anteriormente con sus trabajos en formato de video o de fotografía en otras ediciones. Sin embargo, como él mismo señala, "eso no muestra el espíritu de la luz". Sí lo hace, esta pieza que, con música de Mozart y expuesta a modo de cubo, como el teatro, juega con los espejos, la imagen y, por supuesto, la luz con una extremada elegancia. El iluminador que recibió la propuesta de participar en la Cuatrienal después de la muerte inesperada de Pandur en 2016 cuenta que su caja "fue una catarsis visual y estética. En esa medida, la pieza salió sola". Desde su último trabajo con el director esloveno, Gómez concluye con el primero. Fue en Infierno cuando director e iluminador coincidieron por primera vez. Él era el único español. "El espacio de aquella obra era muy complicado -recuerda-, y esa es la base de esta instalación". "Una caja hecha del alma", en sus propias palabras, que buscaba ser "hipnótica", generar un sentimiento, y, en último lugar, "buscar unos segundos, unos minutos de belleza". Pájaros y vallas Por su parte, diseñada y construida por los profesores y estudiantes de Escenografía de las Escuelas Superiores de Arte Dramático de Madrid, Córdoba, Galicia y Sevilla, la pieza comisariada por Felisa de Blas, hace las veces de una jaula interactiva, que se pliega y se despliega estrechando el espacio, con el convencimiento de que todo espacio se transforma por nuestras acciones. Una verja, también en forma de cubo, sobre la que se sientan figuras fotografiadas de inmigrantes. Birds. The Frences (Pájaros. Vallas) busca jugar con la ambigüedad. "La lógica que convierte la frontera en travesía, el río en puente", reflexiona De Blas, que recuerda que "la arquitectura también es fronteriza, crece en los límites y que el mismo teatro tiene ese sentido fronterizo, de ir ocupando lugares", afirma. Con treinta años de alumnos licenciados en enseñanzas artísticas con calidad de grado, Ángel Martínez Roger aprovecha para celebrar que esas tres décadas de estudiantes titulados, lo son también de tituladas. "Hoy podemos hablar de directoras de escena, dramaturgas y escenógrafas presentes en la exposición porque se le dio carta jurídica de legalidad a esos estudios -enfatiza-. Las mujeres se hicieron visibles en la profesión cuando no lo estaban. Hoy ya no se puede hablar del teatro español sin el papel de ellas en la escena". Pero la representación española en la Cuatrienal no termina ahí. En la sección de arquitectura escénica Nuestro Teatro del Mundo, compite el Teatro del Mercado de Navalmoral de la Mata. En él, restaurado por Matilde Peralta, la arquitecta ha transformado un antiguo mercado de abastos en un nuevo espacio de artes escénicas. "Se da la circunstancia de que Matilde es hija de los marionetistas Peralta de tan larga tradición en nuestro país -cuenta Martínez Roger-. Así que de alguna manera está en el oficio desde niña, donde manipulaba las marionetas de su padre". Además la exposición Un paseo por la escena en el Instituto Cervantes de Praga, homenajea a los teatros de las ciudades españolas a través de un recorrido visual por los últimos cinco años del teatro español, compuesto por 32 imágenes. "El teatro es fundamental en nuestras vidas -explica De Blas-. Nos lleva a reflexionar del tiempo en que vivimos". Por su parte, dentro de las posibilidades que ofrece el festival, Cataluña se ha presentado como región. No es la primera vez que ocurre. La comunidad catalana dentro de su amplio historial de presencia en la Cuatrienal, desde 1987, únicamente ha participado junto a España en la edición de 2011. Su instalación en Prospective Actions sobre conflictos colectivos consiste en una mesa circular, a modo de tablero de juego, donde se proyectan una serie de videos en bucle que incluyen conflictos como el del 1-O. Una decisión que sus comisarias Bibiana Puigdefàbregas y Marta Rafa defienden como creativa. "Las artes escénicas, como cualquier vía de expresión artística, no deja de ser una manera de opinar del contexto en el que vivimos", explica Puigdefábregas. @mailouti