Jordi Boixaderas (Camus) y Rosa Renom (Casares). Foto: David Ruano

Jordi Boixaderas (Camus) y Rosa Renom (Casares). Foto: David Ruano

Teatro

Albert Camus y María Casares, su pasión (epistolar) sube a las tablas

La relación amorosa entre el escritor y la actriz llega al teatro de la mano del director Mario Gas.

2 diciembre, 2023 02:48

“Nublado. También hace frío. Pero tus cartas, recibidas a mediodía, han caldeado un día que había empezado mal”. Son palabras que Albert Camus dedicaba a la actriz española María Casares (hija del ministro de la II República Santiago Casares Quiroga) en 1950 y que pertenecen a una de las cartas de la correspondencia que se cruzaron entre 1945 y 1959 (publicada por Debate en febrero de este año).

En ese momento ya llevaban dos años de una relación que duraría hasta la muerte del Premio Nobel diez años después. Casares-Camus: una historia de amor llega ahora, los días 2 y 3, a la programación del Festival Temporada Alta (Teatre de Salt de Girona), dirigido por Mario Gas e interpretado por Jordi Boixaderas y Rosa Renom, que también se ha hecho cargo de la traducción y adaptación.

“Quería extraer la esencia de ambos personajes y crear un marco epistolario adecuado, y qué mejor que un desván donde se guarda el atrezo". Mario Gas

“Fue una historia compleja pero muy potente, absolutamente carnal”, señala a El Cultural Mario Gas. “Atrae mucho la personalidad de ambos. Es una relación honda, pasional, no exenta de problemas. Pese a los escarceos de ambos, hay algo inevitable que los une. No se puede hablar en absoluto de un hombre dominador y de una mujer dominada. Son dos seres libres pero al mismo tiempo atados por un pulso interior muy fuerte que los tiene constantemente unidos física y anímicamente. Si se añade a todo eso la personalidad artística de ambos, todo resulta realmente atractivo. También muestran el retrato de una época y una forma de estar en la vida”.

Para Gas, María Casares era una actriz extraordinaria y un auténtico “torbellino”, especialmente en lo que respecta a su faceta teatral. De Camus destaca su condición de dramaturgo, poniendo de relieve la importancia de obras como Calígula, “uno de los mejores textos del siglo XX”, y su proyección intelectual a través del compromiso y del rigor de su pensamiento. “Sus escritos siempre fueron muy percutantes. En la convulsa etapa que nos ha tocado vivir tiene aún mucho que decir”, sentencia Gas.

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Tanto María Casares como Albert Camus sintieron, como señala el director, un “impacto súbito” al conocerse. “Eran dos personas muy lúcidas que hicieron época tanto juntos como por separado”. Es por eso que subir al escenario una relación de este tipo tenía que ser, a juicio de Gas, algo sencillo, que toda la complejidad que carga Casares-Camus quedara por dentro: “Quería extraer la esencia de ambos personajes y crear un marco epistolario adecuado, y qué mejor que un desván donde se guarda el atrezo. De ahí, de las sombras de la memoria, emergen dos figuras descomunales que van a explicar su relación delante de nosotros”.

Gas, Boixaderas y Renom son “viejos conocidos escénicos”, de modo que la buena química está servida. “Nos seguimos sorprendiendo unos a otros. Ambos forman parte de ese círculo de actores con los que siempre repetiría. Ellos y todo mi equipo nos hemos sumergido en la nitidez no exenta de complejidad. Mostrando texto, riqueza, simpleza, que no esquematismo, y sabiendo lo que queremos contar”, termina Gas, que prepara como actor una versión de la zarzuela La rosa del azafrán dirigida por Nacho García.