Image: Bowles y Martín Santos

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Letras

Bowles y Martín Santos. Únicos, raros e inéditos

21 octubre, 2004 00:00

Bowles (Foto: Desmond Boylan)

Los últimos inéditos de Paul Bowles (El jefe T. A. Odutula: el Ogbeni Oja de Ijebu-Ode) y Luis Martín Santos (Condenada belleza del mundo) inauguran el 22 de octubre una nueva colección, únicos, en Seix Barral con textos que, en palabras del editor Adolfo García Ortega, “por su naturaleza y su extensión, tienen un cierto rasgo de excepcionalidad, lo que les convertía en rarezas. El concepto final de la colección es dar cabida a textos breves, raros o extraordinarios de autores importantes”.

Se trata de “apostar por darle al lector culto unas obras que guardan algo de artefacto maravilloso”, resalta el editor, que reconoce que aunque hay libros menores, “el sentido de ‘menor’ en la colección vendrá dado sólo por la extensión, pues todos son textos excepcionales. Y lo excepcional no tiene medida”. Bowles poliédrico. El jefe T. A. Odutula: el Ogbeni Oja de Ijebu-Ode es un texto de escritura automática de Paul Bowles, tan divertido como desconcertante, y se publica en inglés y castellano, traducidopor Rodrigo Rey Rosa, amigo del escritor, y Pere Gimferrer. El académico explica que “es un tipo de texto de Bowles que el lector español apenas conoce. Da una imagen más completa y poliédrica del escritor y, aunque pueda parecer una paradoja dada su relativa oscuridad, es más explícito que otras zonas de su obra en la crítica a la sociedad estadounidense coetánea. Es una primicia mundial, incluso en inglés: probablemente, el único texto inédito de Bowles”. Fechado en Tánger, en 1968, meses antes de que el autor de El cielo protector comenzara su autobiografía, no hay original manuscrito, así que debió de escribirlo directamente a máquina, “y sin duda bajo el influjo del kif o del majoun”, apunta Rey Rosa, ya que el escritor, en su periodo surrealista solía consumir cannabis para que el inconsciente actuara con libertad. “Yo -explica ahora Rodrigo Rey- tuve la suerte de encontrarlo dentro de una de las noventa y tantas cajas de cartón que contenían los papeles personales y la biblioteca del autor, que han quedado a mi cargo y que hice enviar de Tánger a Barcelona un año después de la muerte de Bowles”. Comenta Gimferrer que la idea de traducirlo a medias “fue de Rodrigo Rey Rosa, con quien tengo excelente amistad y sintonía literaria. él tiene mucho más conocimiento de Bowles y mucha más experiencia de traducir del inglés que yo; en cambio, yo estoy más acostumbrado a la libertad asociativa de la escritura automática y conozco mejor las posibles alusiones a datos propios de la época en que fue escrito el texto. Pensamos que podíamos complementarnos y fue una experiencia muy estimulante”. Tiempo de dolor Luis Martín Santos es el autor del segundo título, Condenada belleza del mundo. En la primavera de1962 acompañó al director de cine Antxon Ezeiza en la búsqueda de las localizaciones de una película. Se hallaba entonces Martín Santos viviendo momentos terribles: su mujer había muerto tras un accidente doméstico el 3 de marzo; su primera novela, Tiempo de silencio (1961), comenzaba a ganar lectores, y él estaba en libertad provisional tras su segunda detención por motivos políticos. A su muerte en 1964, entre sus papeles, ordenados por sus íntimos amigos Pepa Rezola y Mario Camus, apareció Condenada belleza... Es un relato corto e independiente, basado en el rodaje de El próximo otoño, que rodó Ezeiza, producido por Elías Querejeta y con Víctor Erice como ayudante de dirección y coguionista, protagonistas, del relato de Martín Santos, que cubre los primeros 45 minutos de la película. El manuscrito ha visto la luz parcialmente en dos ocasiones. Ahora aparece completo, con un segundo final alternativo no incluido en las versiones previas, que El Cultural ofrece en estas páginas. Tras los inéditos de Bowles y Martín Santos, aparecerán ensayos de Finkielkraut, Don DeLillo, y un inédito de Hammet. ¿Es esta colección una temeridad? No, al menos para su editor, que proclama su fe en que “en el mundo del libro todavía hay un espacio para lo exquisito. Salimos con dos mil ejemplares, con ilusión y fe puesta en el lector de verdad”. Los lectores, únicos y exquisitos, tienen ahora la palabra. El Jefe T. A. Odutula por Paul BOWLES Prohibido merodear! Tendiendo su trampa de odio, resentimiento y veneno contra los arabes hasta en el ultimo resquicio y rincon del mundo [...] Sé que lo que sea que aclare una unidad de la marina ejercicio digno de una granja hay un túnel en el banco de Nueva York y muchos otros durante mi éxtasis Do Ka Karota había entrado, fíjate, había entrado, fíjate, flotaba en un riachuelo de ginebra de aquí a Chicago carta rota en un happening igual que tejidos y sus modulaciones como duro y suave, sucio y limpio quería ir a Río de Janeiro. No había luna estaba oscuro todavía. [...] Miles Davis fue golpeado con garrote anoche doce veces frente a Birdland colocando una o más líneas a 40-50 centavos cada una. La mente no es otra cosa que montañas, ríos y la grande y ancha tierra, el sol y la luna, y la insuficiencia contactual de las estrellas. Podemos volar avisando con 24 horas de antelación. La tinta de Simon and Schuster, el subway tiene gracia sólo cuando te sientes sexy, Rockefeller. El universo que otros llaman la inercia bibliotecaria. No había una bocanada de aire. Un procedimiento muy poco económico. Tú y la libido, la rosa de ayer. Times Square a medianoche, si también ése es un buen método. El martes de Carnaval fue esplendoroso, Ronnie Reagan, se es hipócrita por necesidad. [...] Feliz es el hombre que cree que es feliz. Cada año presencia mejoras en mi lado del universo. ¡Qué maldición es el pensar! Muéstramelo más claramente. Es tu última oportunidad. Decídete a comprender quién eres, es tu última oportunidad. Finalmente comprendí; no hay nada que comprender. Durante cuarenta años he estado vendiendo agua a la orilla de un río. Condenada belleza del mundo (Final alternativo) por LUIS MARTíN SANTOS Tenéis que comprender bien la escena crucial, la que estamos rodando ahora. El actor tiene que expresar una triple transición de sentimientos. Tiene que dar cuenta del esquema dialéctico de la enajenación emocional. Tesis es la angustia del deseo insatisfecho, el temor de haberla perdido para siempre. El primer actor teme que ella le ha dejado caer, que se ha ido tras haberlo rozado, tras haber inducido su excitación y su deseo. Esta angustia se expresa en su carrera hasta el autobús que se va sin que él sepa aún lo que va a pasar. Antítesis es el terror que le invade en el momento que se hace cargo que es suya. Ella se ha quedado. Para él. Le mira burlona, risueña con la maleta (que es un símbolo sexual) colgando en sus manos, puesta ante su pelvis como último telón protector que no es sino de cartón y está vacío. La antítesis muestra el terror en la victoria que aparece en lugar de la pura alegría pagana, de la alegría dionisiaca que no es posible en los países subdesarrollados. La síntesis resulta del tercer movimiento completador. El varón acepta su victoria, carga con ella y con las dificultades inherentes. Carga con la sonrisa del pueblo, con el runrún que llegará hasta su madre, con la burla, con la envidia, coge la maleta. Se aleja con ella sintéticamente reconciliando las contradicciones, aunque la reconciliación será precaria y transitoria... -¿Es mejor que yo sonría cuando ella me da la maleta? -¿Sonreír? No sé... El Ayudante de Dirección se encoje de hombros. Luego sigue: -La elevación progresiva de la cámara, al final del plano, cuando os alejáis en medio de la calle, rodeados del pueblo, al mismo tiempo que se abre la amplitud del objetivo y va progresivamente captando un mayor marco de la realidad, os convierte en la pareja humana, una unidad dual y contradictoria inmersa en la gran colectividad de las gentes... El Director, sirgido como por escotillón, se enfrenta con la primera dama, interrumpiendo: -Tú te pones ahí, en medio, y no pongas la cara que has puesto antes. Mírale a los ojos. No tienes por qué mirar al suelo. -Es que esta escena me da un poco de vergöenza -dice Lucita. -¡Tú ahí y tú aquí! Os miráis a los ojos y luego os vais despacio. El Director está nervioso. El Cámara 2º se le está fatigando. -¡Vamos a empezar! -grita. José Luis da un golpecito en el brazo desnudo de la chica de la maleta. -¡ánimo! ¡Va a salir muy bien! Y se va despacio, para ahorrar energías, hasta su puesto inicial allá a lo lejos, desde donde deberá precipitarse otra vez, como una piedra que obedece a la llamada de la Tierra, sobre el objetivo todopoderoso. (Fin)