Image: Los pequeños datos de una vida inquieta

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Letras

Los pequeños datos de una vida inquieta

Matt Denyer y Aitor Loidi firman El compendio de Don Rodrigo, un libro que recoge las informaciones más improbables del saber universal para leer cuando uno tiene unos minutos o acabar con "los silencios insoportables"

23 diciembre, 2009 01:00

Arriba, detalle de la portada del libro, con el ficticio personaje de don Rodrigo. Abajo, Aitor Loidi, uno de los autores del libro.

Marta Caballero
Pasen señores, pasen, a ver lo nunca visto, las pirámides de Egipto... y los personajes de Zipi y Zape, los apóstoles, los versos del padre nuestro, los filósofos más importantes de la historia, los ingredientes del mojito, las edades de consentimiento (en el Vaticano, por cierto, 12 años), los nombres de las siete colinas de Roma, los zares de Rusia, el arte inspirado por Las Meninas de Velázquez, el origen de la palabra siesta, los kilómetros que separan Madrid de Nueva York, las tres Gracias (y sus tres nombres), la primera selección española de fútbol, el lenguaje del abanico. Son los datos que habitan El compendio de Don Rodrigo, el libro del saber universal menos útil y más entretenido de cuantos se hayan editado en España.

El tal Don Rodrigo, viajero y curioso vocacional que vivió a lo largo del siglo XX, es una invención de Matt Denyer y Aitor Loidi, dos amigos que, inspirados en los famosos libros de Ben Schott, decidieron crear una versión española de ese nuevo género tan prolífico de volúmenes que abordan los saberes más improbables y cuyo interés reside en poder acceder a diversas informaciones en apenas unos minutos. Sus autores lo definen como "una valiosa herramienta contra los silencios profundos", pero también como el libro perfecto para leer en el cuarto de baño, para la playa y el metro o incluso del que acordarse "cuando uno intenta ligar con una chica", confiesa Aitor Loidi. Con todo, El Compendio de Don Rodrigo resuelve un frecuente e incómodo problema: "¿Ahora qué digo? ¿De qué puedo hablar?".

Él y su compañero Denyer, completamente vírgenes en el asunto editorial (uno se dedica a las energías renovables y el otro al negocio mobiliario) se conocieron en una regata en Nigeria, y su curiosidad por las cosas les llevó a este libro que españolizaron partiendo del volumen inglés y que, luego, editaron de su propio bolsillo. Ambos quisieron darle a la obra una apariencia de libro antiguo (conseguida, la edición es muy gustosa), y luego buscaron distribuidor aquí y allá, hasta que lograron colocar los primeros 5.000 ejemplares en las casas de libros más potentes.

"No queríamos informar sino entretener, incluíamos cualquier cosa que se nos fuera ocurriendo, señala Loidi, quien reconoce la imposibilidad de que su obra pueda competir, en estos tiempos que corren, con la Wikipedia o el mismísimo Google. "Hoy la información está en todas partes, nosotros sólo hemos respondido con humor a preguntas divertidas". Y el caso es que a los lectores -y no lectores, porque este es un libro muy indicado para ojos poco dados a la literatura- les gusta, porque no cesan de pedirles nuevos ejemplares en las tiendas. "Queremos hacer otro de deporte y juego y otro de amor y sexo, y también un anuario curioso en el que aparezcan, por ejemplo, famosos que se hayan casado o divorciado o citas de los políticos. Por ejemplo, incluir un apartado de eufemismos con los que Zapatero ha conseguido obviar la palabra recesión", anuncia Loidi, y añade: "Se trata de buscar en la información existente y darle una vuelta".

Al igual que encontraron un distribuidor que se enamoró de la idea, cabe la posibilidad de que una editorial potente vea el nicho de un negocio que ha triunfado en países de habla inglesa y que quiera quedárselo, si eso ocurre, despacha Aitor Loidi, "tendrán que hablar con nosotros". De momento, ya trabajan en nuevos compendios cuyos destinatarios serán "lectores de entre 30 y 50 años con curiosidad por cualquier cosa".