Image: La hora del relevo

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Letras

La hora del relevo

Lo mejor de 2009: Poesía

31 diciembre, 2009 01:00

Carlos Marzal, David González, Caballero Bonald, álvaro Salvador y Yolanda Castaño.

Sumario: Lo mejor del año 2009

En la era de la postpoesía y los blogs, los críticos de El Cultural han reconocido con sus votos la importancia de una nueva generación poética que pide paso, mientras sus hermanos mayores (Marzal, Salvador) y grandes maestros como Caballero Bonald confirman la buena forma de sus versos.

1. Ánima mía
Carlos Marzal
Tusquets, 2009. 152 páginas, 4 euros

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Tras cinco años de ausencia, Carlos Marzal (Valencia, 1961) regresó a la poesía con Ánima mía, una suerte de autorretrato literario y sentimental en el que el poeta no evita, desde la cita inicial de Santayana, "las notas de pesadumbre por el desamparo esencial del animal humano, por su fragilidad y su caducidad". Marzal intenta encontrar, desde la tradición del español, nuevas formas de cantar, mientras celebra la existencia tal y como es, con sus partes luminosas y sus zonas lúgubres. Quizá por eso, el sentido del libro, como subrayaba en su reseña Díaz de Castro, "es un canto de aceptación, una salida al exterior de la intimidad dudosa de la conciencia: "Vamos a volar pájaros,/ salgamos de una vez./ Hay demasiado adentro en este día,/ y adentro es fealdad, adentro es húmedo [...] Pongámonos a carne pasajera,/ vámonos a mirones". Marzal construye un discurso que, siendo expresión genuina de un sentir, es también un ejercicio de descubrimiento y de autoconvencimiento -"Me curo de vivir en lo que escribo"-, de afirmación de un yo central exultante: "Quiero tan sólo el mundo/ que se pueda decir con mis palabras justas". Parece haberlo logrado.

2. Loser
David González
Bartleby, 2009. 110 páginas, 13 euros

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Sáinz de Zaitegui lo dejaba muy claro en su reseña: "Loser no es una pose. El poeta descuartiza palabras, las aísla, completa su semántica con grafiti, collage, cómic. Es español a ritmo de rock. Ni un solo poema de relleno, ni un momento de cobardía: sólo rabiosa lírica post-postmoderna al servicio de la libertad de expresión que (como la caridad) debe empezar por uno mismo. David González (Gijón, 1964) pertenece a esa rara especie en peligro de extinción: un hombre con algo que decir". Por eso mismo resulta imposible suscribir las palabras del poeta en su blog, reivindicándose como un loser, como un perdedor "desde que tengo uso de razón", orgulloso, "muy orgulloso de ser uno de ellos, uno más". Loser lo desmiente.

3. La noche no tiene paredes
J. M. Caballero Bonald
Seix Barral. 360 pp., 19’90 e.

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Desde el escepticismo, desde la inteligencia y la libertad de quien no tiene nada que demostrar pero reivindica la necesidad de dudar, José Manuel Caballero Bonald (1926) ha escrito un poemario desolado y sin concesiones: "Los años, ay de mí, me han desmentido" ("Tiempo de los antídotos"). Es entonces cuando, según Zaitegui, "el poeta se desnuda de su instinto de supervivencia, abandona el escudo de infancias o amores o juventudes-divinos-tesoros y se levanta en armas contra todos los falsos sueños". Se trata, en fin, de "desandar el tiempo cuando ya no subsisten/ sino tercas opciones a rescindir la vida", con una suerte de "últimas voluntades" que indagan en el lenguaje sin buscar compasión o comprensión.

4. La canción del outsider
Álvaro Salvador
Premio generación del 27. visor. 88 páginas, 16 euros

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Catedrático de Literatura Hispanoamericana, Álvaro Salvador (Granada, 1950) logra en este libro algo que aparentemente le disgusta: un lugar de privilegio para quien se ve así en el poema que da título al volumen, "La canción del outsider": "Tú, discretamente oculto entre bambalinas. Así fue siempre y así te complace". Jugando con el haiku, la silva libre o el poema en prosa, Salvador hace memoria de lo vivido o soñado, "con sus inevitables pérdidas, el retrato, lo imaginativoel amor o el deseo, el relato de la vida de otros", según explicó en su momento nuestro crítico Túa Blesa.

5. Profundidad de campo
Yolanda Castaño
Premio Ojo Crítico. Visor, 2009. 96 páginas, 10 euros

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Este libro no hace sino confirmar, según Túa Blesa, la alta calidad de escritura de Yolanda Castaño (Santiago de Compostela, 1977), pues en él "muestra sus dotes para replantear cuestiones centrales de la escritura y del individuo y su capacidad para saber decirlas con un lenguaje moderno y efectivo". A fin de cuentas, según el jurado del premio Ojo Crítico, "plantea una propuesta moral con una estética de vanguardia" al abordar "asuntos que enfrentan al lector a temas universales, como la construcción de la identidad o el libre albedrio" desde una perspectiva nada usual.