Image: La dictadura de la incompetencia

Image: La dictadura de la incompetencia

Letras

La dictadura de la incompetencia

Xavier Roig

10 septiembre, 2010 02:00

Gestion 2000. Barcelona. 2010 192 págs. 15'95 euros


En 2008 apareció en catalán una obra que reclamó de inmediato la atención de lectores de todo tipo y pelaje. Una crítica tan feroz como fresca de Cataluña. Sale ahora la edición en español con algunos añadidos y lo hace acompañada de elogios procedentes de muy distintos colores políticos y culturales.

Canoso y con sobrepeso, Xavier Roig (Barcelona, 1957) era casi un completo desconocido en el amplio territorio del ensayo, lo que los críticos denominan la no ficción. Artículos en Avui , clases en el Master de Globalización de la Universidad de Barcelona o su libro Gastrónomo en USA no le habían sacado de su actividad profesional en multinacionales extendidas a lo largo y ancho del planeta.

Situado en la perspectiva de un emprendedor que conoce el mundo y siente la fuerza de la crisis que atravesamos, Roig comienza su texto trazando el boceto de los males que aquejan a la sociedad española, catalanes incluidos. Estos males están encabezados por una clase dominante que no cree ni en la libre competencia ni en el libre mercado. En el otro extremo, la pobreza educativa de las clases sociales desfavorecidas las induce a desconfiar del mundo globalizado y la libertad de mercado. Entre unos y otros, políticos y empleados públicos que desconfían de la libertad individual y se afanan en autoprotegerse. Incluyamos un progresismo social en contra del libre mercado y la libre iniciativa. Por último, añadamos unos medios de comunicación controlados y tendremos una perspectiva liberal que Roig delimita y defiende mientras el lector se adentra en La dictadura de la incompetencia

. Depender de las concesiones interesadas del poder político parece el sino español: "Demasiadas importantes fortunas catalanas provienen de favores de la dictadura". Desde esa perspectiva, Roig traza una crítica al sector público que ilustra con la composición de distintos parlamentos autonómicos y la de nuestro Congreso de los Diputados, compuesto en un 72% por parlamentarios que provienen del sector público. En el Reino Unido, dicho porcentaje se queda, en la House of Commons, en un 47%. En Italia, el tanto por ciento de sector público es un 43%.

En un retrato crítico, la educación no podía queda fuera de la foto. El pesimismo de Roig es evidente: "Yo, por ejemplo, no tengo la más mínima confianza en el sistema educativo catalán". Con malos maestros, sin disciplina y con un colectivo acostumbrado a culpabilizar a la sociedad o a la falta de medios, el desastre educativo hace imposible alcanzar la calidad educativa que necesita la sociedad del siglo XXI. Miembro del Consejo Social de la Universitat Pompeu Fabra, Roig maneja datos con los que argumenta su crítica. EE.UU destina el 2,9% del PIB a la educación universitaria, España se queda en un 1,5%.

Espantado por la reticencias de buena parte de la intelectualidad española hacia la globalización, Roig defiende la necesidad de tal proceso a la vez que critica el papel jugado por el sector de la construcción, las cajas de ahorro y los ayuntamientos en la crisis que padecemos. Tras el crítico diagnóstico se cierra este volumen con una batería de consejos destinados a mejorar el país.