Tolkien a finales de los años 50. Foto: Biblioteca del Congreso de EE.UU.

Tolkien a finales de los años 50. Foto: Biblioteca del Congreso de EE.UU.

Letras

Los mundos de Tolkien

El 2 de septiembre de 1973 moría en Bournemouth, al sur de Inglaterra, John Ronald Reuel Tolkien. Amante de las lenguas clásicas y sajonas, experto develador de mitologías nórdicas, creó un universo narrativo único que marcó el siglo XX.

4 septiembre, 2023 02:10

John Ronald Reuel Tolkien nació el 3 de enero de 1892 en Bloemfontein, capital del Estado Libre de Orange, actual Sudáfrica. Su padre y su madre pertenecían a la clase media británica, pero el primero, Arthur Tolkien, llegó al puesto de gerente de la sucursal del Banco de África, e hizo que su esposa, Mabel Suffield, se trasladara al lejano país y tuviera allí a sus dos hijos.

Aparte de la picadura de una tarántula (animal muy presente en su posterior bestiario), Sudáfrica no pudo tener un papel relevante en la formación del primogénito, nuestro Tolkien: abandonó, con su madre y hermano, el país en 1895. Ellos retornaron a la nativa Birmingham, aunque el gerente permaneció. Por poco tiempo, pues en 1896, Arthur murió de fiebre reumática.

En 1896 el pequeño Tolkien tuvo contacto con algo decisivo para la construcción de su mundo: la campiña del West Midlands de Inglaterra. La joven viuda se trasladó con John y con Hilary, el hermano menor, a Sarehole, un pueblo a dos kilómetros al sur de la gris Birmingham, donde tenían un paisaje con el río Cole y un molino.

Recordó Tolkien, mucho tiempo después: "Cuatro años, pero la parte más formativa y, en apariencia, más larga de mi vida". Mabel le enseñó inglés y latín. El niño no estuvo tan bien dispuesto para la música, aunque sí para el dibujo (de mayor, él ilustraría sus ficciones, influido por Arthur Rackham). En la infancia, Tolkien conoció también los cuentos de hadas de Andrew Lang.

Años de penuria

Mabel entró en el seno de la Iglesia Católica en 1900. Esto comportó que la madre papista de Tolkien perdiera el apoyo de su propia familia (unos Suffield eran unitarios; otros, anglicanos). Por otro lado, como no podía ser de otra manera, Mabel, John y Hilary cayeron del paraíso terrenal de Sarehole, arquetipo para la Comarca de los hobbits, sus afables criaturas.

En Birmingham, habitaron cerca de la línea férrea y John atendió los nombres de los destinos de los vagones que se dirigían a Gales: eran exóticos, aunque cercanos (el idioma galés sería el modelo para una de las varias lenguas que, corriendo los años, él crearía: el Sindarin). Entretanto, los tres conversos se aproximaron al Oratorio de Birmingham, que fundara más de 50 años atrás John Henry Newman. Allí, trataron al padre Francis Xavier Morgan. Este se convirtió en tutor de la familia y en apoyo también material de Tolkien cuando, para su desdicha, Mabel murió de diabetes en 1904.

En este tiempo, el huérfano se deslumbró por dos obras que traducirá, enseñará y anotará en el futuro: el Beowulf, obra épica con dragón y troll, en inglés antiguo, y Sir Gawain y el caballero verde, texto artúrico con castillo secreto y encantamiento, en inglés medio. También se interesó por el poema alegórico Pearl y por la vasta literatura de los noruegos e islandeses en las Sagas y los Eddas. Además, durante unas vacaciones creó, con su prima Mary, un idioma, el Nevbosh o Nuevo disparate. Más adelante, esta vez él sin ayuda, compuso el Naffarin, con rudimentos de español. En 1908, en la pensión que le había encontrado el padre Francis, Tolkien se enamoró de Edith Bratt, con la que se casaría años después y fundaría su familia.

Antes de marchar, becado, al Exeter College de Oxford, vio en el teatro Peter Pan, de Barrie, estimó al poeta fantástico Francis Thompson y descubrió el Kalevala, obra épica de Finlandia, que ejercería un influjo poderoso sobre él (los altos elfos tolkienianos se comunican en Quenya, idioma que se construyó sobre el modelo del finés).

Tras el éxito de El hobbit, su editor le pidió más material en esa línea. Tolkien tardó dieciséis años en culminar el hito de la tierra media

Por último, antes de comenzar la universidad, el joven hizo una excursión alpina en Suiza, donde ascendió a unas altas cumbres, también presentes en su ficción (Montañas Nubladas, Montaña Solitaria, Montañas de la Sombra, etc). Además, de este viaje se conserva una postal en la que se ve el dibujo de un anciano con barbas y sombrero que departe con un fauno, que se titula "El espíritu de la montaña". Años después de ese verano de 1911, Tolkien guardaba esta postal en un sobre donde había anotado: "Origen de Gandalf".

En Oxford, el estudioso se especializó en filología inglesa (inglés medio y antiguo) en la Honour School of English Language and Literature y publicó trabajos especializados. Por otro lado, fue componiendo obras con personajes que se llaman Eärendil y lugares que se llaman Valinor, en la línea de William Morris que, además de ser esteta-ideólogo del Arts & Crafts, había escrito la novela épica El paraíso terrenal. En 1916, Tolkien pudo comprobar la veracidad o falacia de la epopeya bélica en sus propias carnes, puesto que entre verano y otoño participó en la Primera Guerra Mundial, en el frente del Somme.

Luego, volvió a la academia. Para siempre. Participó en la última sección del New English Dictionary investigando las etimologías de las palabras warm y wasp, y escribió textos eruditos relevantes, pero en su carrera académica imperó la docencia sobre la investigación. Impartió clases en Oxford y en la Universidad de Leeds, promovió el estudio del noruego antiguo, tuvo admiradores en las aulas y adversarios en el claustro. Privadamente, fue tejiendo un corpus mitológico llamado El Silmarillion. No lo pudo publicar en vida; lo haría su hijo Christopher, en 1977 (a continuación, éste sacaría a la luz más Tolkien póstumo).

La sociedad inklings

Tolkien, escritor por las noches, creador de abecedarios y alfabetos imaginarios, que leía en alto sus leyendas en el pub, a sus amigos de la sociedad literaria de los Inklings (C.S. Lewis entre ellos), o en casa, a los hijos, publicó El Hobbit, en 1937, en Allen & Unwin. Se trata de uno de los cuentos que había escrito para sus vástagos siete años antes y que, como Beowulf, habla de un dragón. Es fama que el autor comenzó a escribir este relato sobre el folio de un examen en blanco. Visto el éxito, el editor le pidió más material en aquella misma línea. Entonces, Tolkien se propuso una nueva empresa. Aquello sería la continuación de El Hobbit y del entonces inédito El Silmarillion, al mismo tiempo: la aventura de los hobbits Bolsón se prolongaría; también se completaría la gran mitología, en tres Edades. El profesor tardó dieciséis años en culminar el hito de la Tierra Media. Entre 1954 y 1955 aparecieron La Comunidad del Anillo, Las Dos Torres y El Retorno del Rey.

Tolkien falleció, eminente, viudo y jubilado, el 2 de septiembre de 1973, a causa de una infección torácica tras ser tratado por una úlcera, en Bournemouth, al sur de Inglaterra. En vida, frecuentó la bicicleta, la oración (le gustaban las misas en latín), las chaquetas de tweed, el tabaco en pipa, deploró el cosmos legendario de Richard Wagner y, más en abstracto, la cultura francesa. En el terreno ideológico, fue un sencillo conservador de clase media. Lo que más le interesaba de los periódicos era la sección de los crucigramas (sus lectores saben bien de su gusto por el acertijo).