'Libro mediterráneo de los muertos', la poesía de María Ángeles Pérez López sobre la tragedia de la inmigración
La poeta, ganadora del Premio de la Crítica por Incendio mineral (2021), reflexiona sobre una de las grandes tragedias de nuestro tiempo.
1 octubre, 2023 02:55María Ángeles Pérez López (Valladolid, 1967) ha publicado una docena de libros de poesía. Con Incendio mineral (2021) consiguió el Premio de la Crítica. El título del último (Libro mediterráneo de los muertos) no da lugar a equívocos. Desde hace años, el número de inmigrantes que viajan en pateras desde África y Asia hasta Europa no deja de crecer. Ni el número de muertes que ese éxodo acarrea. Una de las grandes tragedias de nuestro tiempo.
Estamos ante una poesía moral, más que civil (aunque lo sea), centrada en la preocupación por el otro: “en todo rostro desemboca el nosotros, porque nosotros es yo”. A pesar de su condición de profesora universitaria y miembro de distintas academias, el lenguaje utilizado es, digamos, antiacadémico, así como el planteamiento general del libro: metapoético, innovador y audaz: “no ser red”. “La tumba no es el mar sino el lenguaje”, leemos.
Se compone de ocho extensos poemas en prosa, partes de una suerte de compasivo réquiem. Cada uno va acompañado de unas “notas” donde la autora reflexiona o comenta distintos aspectos del mismo. El tono es aforístico, propio de esta poesía del pensamiento que, sin embargo, no reniega de una sugerente plasticidad tanto visual como rítmica: “Escribes para que tus manos puedan ver”.
Naufragio, asfixia (“una experiencia mancomunada”), espanto, ahogados (“las largas agendas del ahogo”), noche (“¿Qué están mirando frente a lo impenetrable?"), niebla (donde “la arqueología del abandono”), mar y océano (“¿O hemos olvidado que el agua nos recorre?”), enigma y zigurat (Babel: “mi lengua es sólo la de las equivocaciones”), extranjero (“Todos somos extranjeros”) son términos que van marcando este itinerario del dolor.
“Arden los alfabetos de la infamia, las oraciones rotas de los dignos”, dice con deje gamonediano. El perro y el león son protagonistas de un inquietante juego alegórico en torno a lo animal y lo salvaje. Realidad, extrañeza.