Irène Némirovsky, hacia 1930

Irène Némirovsky, hacia 1930

Letras

Némirovsky, descubierta al completo gracias a sus relatos: de la alta burguesía a prisionera de Auschwitz

Sus 'Cuentos completos', editados por Punto de Vista, están cargados de poderosa crítica social y una marcada ironía.

28 diciembre, 2023 01:39

Existen seres singulares que viven varias vidas, vidas que crean diferentes biografías del alma y cuyas relaciones con el mundo exterior se transmutan de modo radical. Es el caso de la escritora Irène Némirovsky (Kiev, 1903-Campo de concentración de Auschwitz, 1942), hija de un banquero judío ruso, que vivió un primer exilio en 1918, por la persecución a su familia tras la Revolución de Octubre. Después de un tiempo en Finlandia, se instalaron en Francia en 1919.

Cuentos completos

Irène Némirovsky

Traducción de Mauro Armiño. Punto de Vista Editores, 2023. 681 páginas, 42 €

Políglota y culta, Irène empezó a escribir a los dieciocho años. Sus relatos completos, publicados por Punto de Vista, transpiran esos cambios de existencia. De chica de la alta burguesía, entre el disfrute y la ironía, al miedo por su condición judía. Se licenció en Letras en la Sorbona y se casó con el banquero Michel Epstein. Tuvieron dos hijas: Denise y Élisabeth. Pese a su integración social y literaria en Francia, el gobierno francés le negó la nacionalización.

En julio de 1942, Némirovsky fue arrestada e internada en el campo de Pithiviers; deportada posteriormente a Auschwitz, murió de tifus en agosto de 1942. Unos meses más tarde, su marido moriría en las cámaras de gas de Auschwitz. Sus hijas pudieron salvarse y custodiaron la maleta con manuscritos inéditos de Némirovsky, entre ellos el texto inacabado de la impresionante Suite francesa, inédita hasta 2004.

Esbozados sus datos biográficos y su trágico destino se comprende la intensidad y multiplicidad de estos cuentos compilados con magnífica edición de Mauro Armiño. Si Balzac decía que descubrir las causas de los movimientos soterrados de la sociedad era la tarea más alta del escritor, la marcada ironía de Némirovsky al descifrar las máscaras de la burguesía, hace que sus relatos, sencillos en apariencia, estén cargados de poderosa crítica social.

Punto de Vista ha reeditado igualmente, en un volumen, las novelas cortas, El baile y Las moscas de otoño. Si en El baile la autora lleva la sátira social hasta una brillante caricatura, en Las moscas de otoño la pérdida de la fortuna y el desgarramiento de un exilio forzoso marcarán la atmósfera de esta nouvelle.

Todas las vidas de Némirovsky están dispersas en estos relatos, en los que la narradora se vale de la ironía

Los relatos están organizados por el año de su escritura, si quedaron inéditos, o por la fecha de su publicación. El primero de ellos, de 1921, “Noche en la Clarividente”, ya nos anuncia el humor caústico, en unos diálogos que desentrañan las farsas de la trama. En “Las orillas felices”, una joven de la alta sociedad se cita con su amante en un local nocturno donde hay “furcias de bar”. Una de esas buscavidas ya en decadencia, Ginette, consigue charlar con la bella joven. Ginette casi se sentirá rescatada por la simpatía de una burguesa.

Más tarde veremos que Christiane sigue en su podio, y la pobre Ginette en el arroyo. Con más dramatismo, no exento de crítica, el relato “El principio y el fin” pone en escena la súplica de una madre, esposa de un exministro , cuyo hijo va a ser juzgado por un asesinato pasional, ante el fiscal general que llevará el proceso, un hombre oscuro con sus contradicciones y destino marcado.

['Dos': la espléndida novela de amor y desengaño de Irène Némirovsky]

Aunque la mayoría de los cuentos serán alimenticios, las amenazas previas a la Segunda Guerra y las leyes antisemitas de Vichy volverán los contenidos más inquietantes y desesperanzados. Como indica Mauro Armiño en el magnífico prólogo, siete de los cuentos finales están escritos “en el fatídico medio año que todavía le queda de vida a Irène Némirovsky”. Entre ellos “El incendio” que han comparado con “La madre de los monstruos” de Maupassant, o “La gran avenida”, un Romeo y Julieta en un entorno campesino.

Todas las vidas de Némirovsky están dispersas en estos relatos. La narradora se vale de la ironía para describir un mundo implacable y sinuoso, y, bajo un humor crítico, se revela un trasfondo cruel y amenazante.