'Un amor antiguo': Luisa Castro regresa a la poesía con un emocionado recuerdo a su padre
La poeta explora en su nuevo libro todas las caras del amor y reconstruye la vida de sus antepasados para iluminar el presente.
9 enero, 2024 01:36Tras reunir su obra poética en La fortaleza (Visor, 2019) la poeta, excelente poeta, y novelista Luisa Castro (Foz, Lugo, 1966) publicó en gallego Un amor antigo en 2022, del que se publica ahora su versión traducida, Un amor antiguo. Una de las marcas de la poesía de Castro es lo autobiográfico y no falta en este libro.
Es muy relevante el emocionado recuerdo del padre ya fallecido en los poemas de “del cerezo háblame padre”, cuya ausencia hará que un mundo muera, “el limonero languidecerá”, pero otro sobrevivirá, “hierba nueva crecerá”, y, por magia de la palabra, de la poesía, oirá su nombre en la voz del padre que regresa poéticamente, “en los versos de Olga Novo” y de otras poetas, para en el poema final verlo llegar a casa en un recuerdo que se atrae al presente.
La memoria –tarea ardua: “Necesitaríamos dos vidas para perfeccionar / el arte del recuerdo”– ocupa un importante lugar. Hablándole al amado le dirá “eres el recuerdo de que existo”, como si el ser viniera desde el afuera; es más, hay una memoria que precede a la experiencia, “esa capacidad para imaginar / viene dada por lo vivido / con mucha anterioridad / a tu presencia aquí” y se habla de “el misterio / de herencias indescifrables”.
['Sangre de horchata': la ignorancia necesaria según Luisa Castro]
La reflexión sobre la memoria, a fin de cuentas lo que configura el yo, incluye una serie de poemas titulada “autogénesis” donde se lee: “vergüenza de mi autogénesis / de no ser ya hija de mi madre” y en un poema de otra sección: “¿sabes quién soy?", pregunta que, si se inquiere en otro contexto, el lector no puede sino poner en relación.
Y es que, aunque estructurado en cinco partes, Un amor antiguo responde unitariamente al amor, amor a los antepasados, al amado, a reconstruir en la actualidad la vida de los padres, a hacer que la herencia y también lo presente sean fuente de luz, “tan superior / a las tinieblas la luz”, luz, símbolo de la sabiduría, que “hace felices a los hombres” y que también ilumina los poemas de Luisa Castro.