Eva Orúe y Sara Gutiérrez, 'En el Transiberiano': un viaje a bordo del tren de la historia rusa
La directora de la Feria del Libro y su pareja, también escritora, testimonian su inolvidable aventura en la Rusia postsoviética.
14 junio, 2024 02:37Hace 30 años Rusia se parecía muy poco al país que es hoy. Putin estaba cerca de alcanzar el poder, pero la histórica aspiración imperialista estaba en horas bajas tras la desaparición de la URSS solo tres años antes. Sara Gutiérrez (Oviedo, 1962) y Eva Orúe (Zaragoza, 1962) se conocieron en Moscú en 1993, durante un momento político especialmente convulso. La asturiana disfrutaba de una beca para especializarse en oftalmología y la aragonesa, actual directora de la Feria del Libro de Madrid, trabajaba como corresponsal.
Un impulso de juventud, que coincidió con la génesis de una relación prolongada hasta la actualidad, les condujo a subirse en el Transiberiano en el verano de 1994. La flamante pareja cruzó el país desde Moscú a Vladivostok, una aventura inolvidable que hoy aparece recogida en este libro.
Su apasionante peripecia se incardina con el no menos atractivo relato histórico en torno al Transiberiano, que "ha transportado y representa las esperanzas y frustraciones rusas", leemos. Desde principios del siglo XX, su historia es inseparable de la del país, pues fue determinante tanto para el zarismo como para el triunfo de la Revolución bolchevique. Además, constituiría después“el principal vínculo de Rusia con los aliados occidentales”.
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El anecdotario del viaje (cuando cruzan el Volga, cuando se quedan petrificadas en su visita al lago Baikal…) es solo el punto de partida para un documentadísimo texto en el que caben curiosidades como la de Trotski, que viajaba en un vagón magníficamente equipado del Transiberiano mientras dictaba el libro Terrorismo y comunismo, o la venta de Alaska que hizo Rusia a Estados Unidos por 7,2 millones de dólares.
Cuajado de imágenes históricas tan icónicas como la de Lenin cuando vuelve de Suiza para hacer la Revolución, En el Transiberiano se refuerza con la cuidadísima edición de Reino de Cordelia. No solo tiene, por tanto, un notable valor testimonial e histórico, sino también estético.