Fotogramas del vídeo publicado por el periodista Fonsi Loaiza en la red social X en el que se ve a dos personas increpándole durante su firma de libros.

Fotogramas del vídeo publicado por el periodista Fonsi Loaiza en la red social X en el que se ve a dos personas increpándole durante su firma de libros.

Letras

Firmar con escolta en la Feria del Libro de Madrid: amenazas ultraderechistas, "la moda de este año"

Varios escritores han sido increpados por sus ideas políticas o el contenido de sus libros, llegando a necesitar protección de la policía.

18 junio, 2024 02:16

La Feria del Libro de Madrid, clausurada este domingo 16 de junio, ha tenido en su 83ª edición un invitado excepcional: la ultraderecha. El Cultural ha recopilado casi una decena de casos de amenazas e insultos a escritores que participaban en el evento.

El acoso fue presencial en prácticamente todos los casos, mientras que Rafael Narbona, colaborador habitual de este medio, recibió en su cuenta de X (antiguo Twitter) una amenaza velada desde un perfil que difunde contenido fascista: "Tic tac, tic tac". "No siento miedo, sino tristeza e indignación", escribió este domingo el escritor en el tuit donde denunciaba la perversa metáfora en referencia a una cuenta atrás.

Faltaban solo unas horas para que Narbona acudiera a firmar ejemplares de Maestros de la felicidad (Roca), su libro más reciente, y otras obras de su autoría en una de las casetas de la feria. Un día después tranquilizó a sus lectores con otro comunicado en el que relataba que nadie intentó molestarle, aunque se vio obligado a utilizar los servicios de "la policía y los encargados de la seguridad, que vigilaron la caseta por las amenazas recibidas".

Peor suerte corrió una semana antes la periodista e investigadora Ana Bernal-Triviño, autora de El viaje de Federico (Lunwerg) y otros libros centrados en la figura del poeta García Lorca. "Parece ser la 'moda de este año'", escribe al inicio de un tuit que continúa así: "Sábado, 8 de junio, caseta 266, 3 de la tarde, llovía. Acabé de firmar mis libros y cuando estábamos solo la cajera, una compañera de Planeta y yo, se acercó un votante de Vox a increparme. Luego me buscó cuando salí por la parte trasera".

Los casos más mediáticos han sido los de Antonio Maestre y Fonsi Loaiza. El primero, autor de Franquismo S.A. y Los rotos (ambos en Akal), relató el pasado 12 de junio en un tuit que firmó ejemplares de sus libros junto a "tres miembros de seguridad de la feria y un compañero protegiendo la caseta porque había recibido amenazas graves". El periodista y escritor concluía el comunicado con agradecimientos a la Feria del Libro "por la protección" y a Eva Orúe, la directora, "por ser sensible a estas cosas".

Lejos de mirar a otro lado, tentación a la que podría haberle arrastrado su cargo, Orúe respondió con una declaración contundente. "Las amenazas son inaceptables, la @FLMadrid [cuenta de la feria en X] es y debe ser un espacio seguro para quienes nos visitan y para aquellos que aquí trabajamos. Gracias por venir y firmar, gracias por sumarte a esta fiesta".

Solo dos días después un vídeo se haría viral en redes sociales: una pareja lanzaba improperios desde el asfalto del Paseo de Coches del Parque del Retiro, donde cada año se celebra la Feria del Libro, hacia la caseta en la que firmaba ejemplares Fonsi Loaiza. "Voy a ir a todas tus ferias", advertía el varón a gritos, mientras que la mujer, que pilotaba un carro de bebé, le reprochó que se burlara de "los muertos" y lo llamó "maricón" en varias ocasiones. "Eso es lo que hacen los nazis en este país: gritos homófobos", respondía desde la caseta el periodista y autor de Sospechosos habituales (Bellaterra), que había alertado del boicot días antes en su perfil.

Cristina Fallarás, conocida por sus libros de temática feminista, y Miquel Ramos, autor intensamente significado en la izquierda, también habrían sido víctimas de ataques de esta índole, según aseguraron en sus cuentas de X el mencionado Narbona, que refirió el caso de Fallarás, y Javier Gallego, de Carne Cruda, que impugnaba en la misma red social el silencio de los medios ante casos como el de Ramos. El autor de Antifascistas (Capitán Swing) habría confirmado "que también recibe amenazas por escribir sobre la ultraderecha", asegura Gallego.

Más rocambolesco resulta el caso de José Manuel García-Margallo, ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación por el Partido Popular durante el gobierno de Mariano Rajoy (2011-2016). Según relata a El Cultural una de las trabajadoras de la histórica librería Reno, un individuo se acercó a la caseta donde García-Margallo estaba firmando ejemplares de sus libros para reprocharle que, debido a los recientes virajes de su partido —cada vez más alejado de la derecha, según su criterio—, había tenido que cambiar su voto a Vox.

Amén de las pintadas fascistas que aparecieron en el escaparate de la icónica librería Rafael Alberti en noviembre de 2023, lo más parecido que recordamos en la Feria del Libro de Madrid sucedió en 2015. Un grupo de neonazis increparon a los trabajadores de la librería La Malatesta, de ideología anarquista. Cuando un librero de una caseta cercana se acercó para defender a sus compañeros, recibió una patada en el pecho por parte de un miembro de la banda.

Con el objetivo de localizar algún otro antecedente de esta oleada de manifestaciones ultraderechistas, preguntamos a Marisa Somoza, la librera de Reno, si habían sido testigos de episodios similares. La hija de Teresa de Pablo, que recibió el Premio Leyenda 2023 de la feria al inicio de esta edición, recuerda que personajes como Íñigo Errejón suelen llevar escolta a las firmas.

Lo mismo ocurría con el historiador Fernando García de Cortázar, fallecido en 2022, aunque, en su caso, la causa era que estaba amenazado por ETA. Dos escoltas apostados delante y detrás de la caseta lo flanqueaban. La periodista María Antonia Iglesias y el historiador Ángel Viñas también han sido, en los últimos años, dianas recurrentes para los agitadores ultras, según recuerdan desde Reno.

La izquierda española ha mostrado, desde distintas plataformas, su preocupación por la deriva de este movimiento, que podría rastrearse en actos como la manifestación de Vox ante el estreno en el madrileño Teatro La Abadía de la obra Altsasu, de María Goiricelaya, en enero de este mismo año. Además, los resultados de partidos como Se Acabó La Fiesta, liderado por Alvise Pérez, en las últimas elecciones europeas no hacen presagiar que la tendencia vaya a invertirse.

Suerte que también contamos con anécdotas como la de David Gistau, que antes de ser aclamado como uno de los columnistas más prometedores de nuestro país había pertenecido a Ultras Sur, el grupo de animación neonazi del Real Madrid hasta 2013.

En la presentación de su libro Ruido de fondo, Gistau relataba que un antiguo camarada del Fondo Sur del Santiago Bernabeu apareció años después para saludarle en la Feria de Libro mientras firmaba ejemplares en una caseta. "Iba vestido de hooligan, pero había comprado 30 libros", dijo. ¿Qué papel puede jugar la cultura ante el fanatismo? Ese es otro debate...