Branko Milanovic, autor de 'Miradas sobre la desigualdad'. Foto: Alexander Paul Englert

Branko Milanovic, autor de 'Miradas sobre la desigualdad'. Foto: Alexander Paul Englert

Letras

El libro sobre la desigualdad que equivale a un curso en Económicas y que Milei descuartizaría con su sierra

En 'Miradas sobre la desigualdad', el economista Branko Milanovic profundiza en la investigación sobre la distribución de la riqueza desde la Revolución Francesa a la Guerra Fría.

6 agosto, 2024 02:00

Si el economista y exministro Jordi Sevilla pronosticó que en "dos tardes" convertiría a ZP en un presidente solvente en términos económicos, quien lea Miradas sobre la desigualdad podría aspirar a una cartera en estos tiempos de estanflación ministerial en España.

Portada de 'Miradas sobre la desigualdad' de Branko Milanovic.

Portada de 'Miradas sobre la desigualdad' de Branko Milanovic.

Miradas sobre la desigualidad 

Branko Milanovic
Traducción de Jordi Ainaud. Taurus, 2024. 456 páginas. 23,90 €


El serbioestadounidense Branko Milanovic (Belgrado, 1953), uno de los grandes expertos mundiales en desigualdad, profundiza en su última obra en cómo estudiar el fenómeno de la injusticia distributiva. El autor ganó notoriedad con su curva de elefante, cuya trompa en vertical señala la riqueza ascendente de los ricos debido a que, en términos históricos, el promedio del capital supera la tasa de crecimiento de la población frente al rendimiento estable del trabajo.

Este principio pertenece a Thomas Piketty, quien apoyó su investigación, publicada en 2014, en estadísticas históricas. No esconde Milanovic su admiración por Piketty. Su tratado El capital en el siglo XXI "seguramente será considerado el más influyente desde la Teoría General de Keynes de 1936".

Miradas sobre la desigualdad es un libro muy recomendable para quien quiera profundizar en la investigación sobre la distribución de la riqueza. Seis de los siete capítulos están dedicados a los fundadores de la economía analítica en los últimos 300 años: François Quesnay, Adam Smith, David Ricardos, Karl Marx, Vifredo Pareto y Simon Kuznets. Milanovic repasa con respeto la aportación de todos ellos al estudio científico de la economía, capaces de romper el axioma de la distribución de la riqueza según el cual era un designio de Dios.

Estos seis capítulos estudiados equivalen, al menos, a un curso en Económicas. Smith, Ricardos y Marx ("el único economista por el que la gente murió, aunque también murieron por Mahoma y por Dios") establecieron que la desigualdad se asienta en la propiedad de activos como la tierra, el capital y, en último lugar, el trabajo.

El autor desata sus denuncias en el capítulo 7, "El largo eclipse de los estudios sobre la desigualdad durante la Guerra Fría". A través de sus 80 páginas se comprende por qué la desigualdad es una palabra vaciada: ni interesó al comunismo ni al capitalismo ni a los mismos estudiosos de la economía.

Para el comunismo, eliminadas las clases sociales, se acabó la desigualdad. Para la propaganda del capitalismo, estas eran irrelevantes.

Como señala Milanovic, el marxismo estableció que, eliminadas por decreto las clases sociales, se acabó la rabia: o sea, la desigualdad. Aunque "en 1932, a los 500 delegados del PC soviético se le asignaron 1,33 kilos de carne por persona y día cuando la ración individual de carne para el ciudadano de a pie era de 3 kilos al mes". El capitalismo, para contrarrestar la propaganda de la sociedad sin clases, tuvo una soberbia ocurrencia al convencer de que en EE. UU. las clases eran irrelevantes: cualquiera podía llegar donde quisiera.

Los economistas también coadyuvaron en la mentira: unos, ocultando datos del sistema comunista; otros, con una dilución de los estudios sobre la desigualdad capitalista. Se centraron en los precios y dejaron de lado la estructura de clases, el capital o habilidades con las que los individuos llegan al mercado. Milanovic denuncia cómo economistas, fundaciones de estudios y facultades de Economía recibían suculentos patrocinios. Así se explica la hegemonía intelectual de los ricos en la sociedad capitalista.

El libro no es un panfleto izquierdista, aunque Milei lo descuartizaría con su sierra. Hayek, su economista de cabecera, sale malparado. El autor admite la superioridad del capitalismo frente al desastre del comunismo. Milanovic es taxativo: a) la desigualdad se produce en el hogar; b) para tener una visión real de la salud igualitaria de una sociedad los estudios han de observar elementos empíricos, históricos, tablas sociales "y no convertirlos en un conjunto de ecuaciones".

No descarta un gran conflicto mundial entre China y EEUU, como sucedió en la I Guerra Mundial con Inglaterra y Alemania. Ya lo dijo Cicerón: "Nervi belli pecunia infinita est" (el nervio de la guerra es la riqueza sin límites). Para el comunismo, eliminadas las clases sociales, se acabó la desigualdad. Para la propaganda del capitalismo, eran irrelevantes.