David Jiménez, periodista y autor de 'Días salvajes'

David Jiménez, periodista y autor de 'Días salvajes' Esteban Palazuelos

Letras

Vengar a una hija o defender a tu hijo asesino, el dilema que plantea David Jiménez en su novela 'Días salvajes'

El periodista y escritor publica su obra más dura, en la que aborda asuntos como los principios, la venganza y los excesos de la España de los 2000.

11 agosto, 2024 02:25

En una época, unos tenían demasiado dinero, ninguna restricción y poder para hacerlo todo. Otros tenían que levantarse al amanecer para ir a trabajar, compaginar con los estudios e intentar labrarse un futuro. Cuando esos dos personajes se encuentran en la carretera, uno de ellos en dirección contraria, dos mundos colisionan. Es la España de principios de los años 2000, de la euforia, los excesos y el dinero fácil. 

Un joven heredero de una familia de banqueros provocó un accidente cuando conducía en dirección contraria, con un nivel muy por encima del permitido de alcohol y otras sustancias. Se llevó por delante la vida de una joven contra la que colisionó y la de su mejor amigo, que iba de copiloto. Así es como David Jiménez (Barcelona, 1971) enfrenta dos mundos, encarnados en dos familias opuestas y lo que pueden hacer para buscar justicia o defender a uno de los suyos. 

David Jiménez se describe a sí mismo como "contador de historias". Lo hizo durante sus años de reportero en Asia, en Afganistán y Corea del Norte, con lo que se ganó el apodo de 'Kapuściński español'. Esas experiencias le valieron para escribir libros como El corresponsal o El botones de Kabul, basados en las historias que conoció en el camino. El director, su libro más vendido, fue la suya propia como director de El Mundo, en la transición de los medios del papel al digital.

Portada de 'Días Salvajes',  el último libro de David Jiménez

Portada de 'Días Salvajes', el último libro de David Jiménez Javier Ocaña

En su primera novela de ficción, Días salvajes (Planeta), se adentra en una historia en un escenario tan conocido y olvidado como los años previos a la caída de Lehman Brothers y la crisis financiera de 2008. "Quise retratar esos años de euforia previos a la crisis de 2008, de la que creo que todavía estamos pagando las consecuencias. Tengo la sensación de que los que más hicieron por provocar aquella crisis son los que mejor parados salieron", cuenta Jiménez.

Recuerda que uno de los episodios que más le llamó la atención de aquellos años fue un kamikaze perdonado por el Gobierno de Gallardón, en 2013. "Ese indulto se hizo a través de conexiones políticas y de influencias, y creo que explica muy bien esa España que opera en la sombra". 

Pero algo mucho más duro fue adentrarse en una familia de dolientes, de quienes habían perdido un hijo o una hija. "Este es quizá el libro más angustioso que he escrito, en el sentido que era inevitable para mí, mientras retrataba a ese padre que había perdido una hija, ponerme en la piel de estas personas".

Él mismo acudió a terapias de grupo en las que había personas que habían perdido a sus hijos, quienes le dieron su visto bueno a como había retratado su dolor y las fases de un duelo duro. Ahí entra un poco el periodista en la investigación y querer retratar las cosas de la manera más real posible.

"Estas personas dolientes me han enseñado mucho a entender cómo se vive el duelo, cómo se supera, cuáles son sus fases"

Es lo que quería hacer, meter al lector dentro de un dilema tan opuesto: "Ha habido momentos de angustia al escribir el libro y de ponerme en la piel de Luis que pierde a su hija. Pero también en la piel de la familia Zabala, cuyo hijo provoca dos muertes, porque esa también es una posición terrible para los padres".

¿Y los periodistas?

Una historia como esta hubiera sido una guinda para cualquier compañero de profesión, y Jiménez lo sabe, pero ha evitado a conciencia que en la historia apareciera ningún periodista. "Estoy muy harto del periodismo y del David Jiménez periodista", dice riendo. Tiene otros seis libros inspirados en su experiencia como reportero, esta vez quería "probar algo nuevo". 

Dice que está decepcionado con el periodismo, sobre todo con el de ahora. En la era de internet, en la que se sigue a quienes refuerzan las creencias de uno mismo, da la sensación de que la profesión ha contribuido a que los ciudadanos se metan en "una cueva ideológica". Jiménez se queja de que se exige a los medios que "masajeen las ideas propias". 

Así estamos en un escenario polarizado al extremo. En los años de la crisis que describe en el libro, él vivía en Asia, y pudo ver con cierta perspectiva la génesis de la crisis y su derrumbe en añicos. Y la historia se repite: "Me resulta inconcebible que, habiendo pasado tan poco tiempo, estemos repitiendo todos los errores". 

David Jiménez, periodista y autor de 'Días salavajes'

David Jiménez, periodista y autor de 'Días salavajes' Javier Ocaña Grupo Planeta

Y mirando a la sociedad, David Jiménez, que puede tomarle el pulso a la calle, cree que estamos en una situación incluso más peligrosa que en los días salvajes de 2007, porque "le tienes que sumar una polarización absoluta". Los bandos, según él, no sólo se ven como adversarios, sino como una amenaza. "La España de las trincheras ha vuelto y ha vuelto con ganas de venganza".

"Mi experiencia es que uno se encuentra el mismo porcentaje de hijos de puta en una aldea de Camboya y en Wall Street", afirma, y por eso rechaza la idea de que se juzgue a la gente por su ideología y no por su decencia. Si hoy saltara a los medios que el hijo de un banquero, borracho, en dirección contraria, hubiera provocado la muerte de una joven estudiante y trabajadora, y encima es indultado, seguramente los medios, y las redes sociales, arderían.

"Hay muy poca tolerancia a las ideas que rompan con el estereotipo que te has creado"

"La polarización genera beneficios en audiencia, en clics y en publicidad", reconoce, y por eso, dice, es una tentación para los medios aprovecharse y exprimirla al máximo en beneficio propio. Por eso llama a los medios a exponer a los lectores a "verdades incómodas". Pero claro, está el miedo a perder lectores. Él ve que con el nuevo modelo de suscripción, los editores se ven en la tesitura de que cuando se publican cosas en contra del prejuicio del lector se dan de baja rápidamente porque "hay muy poca tolerancia a las ideas que rompan con el estereotipo que te has creado". 

A izquierda y derecha

Con el papel —y parece que eso es otra época de antaño— eso pasaba menos, dice Jiménez, pero también pasaba. Recuerda que en El Mundo de los 90 había investigaciones que golpeaban a derecha y a izquierda. En la época de Pedro J. se desveló el caso de la Gürtel y los mensajes de Rajoy. "Se publicaban muchas informaciones que desvelaban la corrupción de un partido de centro-derecha cuando la mayoría de los lectores eran votantes de ese partido", recuerda el autor. 

Pero en su etapa de director del medio (2015-2016) ya se veían los atisbos de una nueva era. "La gente llamaba para darse de baja quejándose de lo que publicábamos. No decían que fuera mentira, pero que no golpeáramos a los nuestros", rememora Jiménez con tristeza. Él, como todos los directores de los medios, estaba sometido al yugo del lector y su clic. 

David Jiménez, periodista y autor de 'Días salvajes'. Foto: Esteban Palazuelos

David Jiménez, periodista y autor de 'Días salvajes'. Foto: Esteban Palazuelos

Él es periodista de raza que nada entre dos aguas. Dice que no ve que haya una intención verdadera de cambiar el periodismo porque "a quienes están al frente de esos medios les va muy bien", pero a la vez ve un rayo de esperanza en los nuevos modelos de financiación. Él todavía cree. Le dicen amigos en los medios que los buenos reportajes funcionan y consiguen que la gente se suscriba. 

Ahora Jiménez está explorando otras narrativas más alejadas del periodismo clásico. Tiene en danza una serie basada en el libro Días salvajes y una posible película de El DirectorTambién dedica tiempo a la docencia: "Intento inculcar ese romanticismo, quizá no tan realista, pero tan necesario, en las generaciones que vienen en la universidad, como en la colaboración que hago con el Máster de Periodismo de El Español".

Jiménez, autor y periodista, ha conocido los dos lados del periodismo, el romántico desde la trinchera y el oscuro desde el despacho. Aunque todavía se lamenta, como hizo un personaje de su libro El corresponsal, de que todos los artículos que ha escrito en cualquiera de las guerras que ha cubierto no han servido para evitar una sola bala.