'Gente de Hitler': psicópatas, sicarios y ciudadanos corrientes que acabaron tolerando el genocidio nazi
- En su nuevo libro, el famoso historiador Richard J. Evans retrata a los jerarcas nazis y reflexiona sobre el papel de las élites conservadoras en su ascenso.
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¿Quién se vuelve nazi? es un viejo ensayo de Dorothy Thompson muy popular en Estados Unidos. Para Thompson (expulsada de Alemania en 1934), el factor crucial que distinguía a los fascistas en potencia de los que “nunca se volverían nazis” no era “la raza, el color, el credo o la condición social”. Más bien era “algo en ellos”.
Semejante fijación con la personalidad individual probablemente irritaría al eminente historiador Richard J. Evans (Woodford Green, Reino Unido, 1947) pero la cuestión que plantea en su caleidoscópico nuevo libro, Gente de Hitler, no es tan diferente de la que preocupaba a Thompson.
“¿Quiénes eran los nazis?”, pregunta en su prefacio. ¿Eran criminales? ¿Psicópatas? ¿Cómo unos ciudadanos aparentemente respetables pasaron de rechazar la democracia de la República de Weimar a tolerar el genocidio? Evans, cuya trilogía sobre el Tercer Reich ha sido justamente alabada por su elegancia y su alcance, había evitado siempre cualquier enfoque biográfico del tema. Durante medio siglo después de la Segunda Guerra Mundial, centrarse en personalidades individuales se consideraba “poco elegante”.
Pero la disponibilidad de nuevos documentos, así como la “aparición en nuestros días de una clase de políticos populistas sin escrúpulos”, impulsaron a Evans a revisar una historia que conocía bien.
El resultado es una exploración fascinante de la iniciativa individual que nunca pierde de vista el contexto más amplio. Gente de Hitler se divide en cuatro partes, comenzando con una extensa sección sobre el propio Hitler, antes de pasar a su círculo más cercano: los “Paladines”, los “facilitadores y ejecutores” en los que se apoyaban los “Sicarios” y, por último, los “perpetradores de menor rango” o “Instrumentos”, que sirvieron al régimen.
Existen diferencias evidentes entre ellos. Algunos, como Julius Streicher y Alfred Rosenberg, ya eran antisemitas “viscerales” y perversos cuando se unieron al movimiento; otros, como Hermann Göring, mostraron inicialmente el tipo de antisemitismo que Evans califica de “superficial”.
Con 'Gente de Hitler', Richard j. Evans nos ha proporcionado un estudio profundo, matizado y descarnado
Lo que la gente de Hitler tenía en común, manifiesta Evans, era el trauma compartido de la derrota total en la Primera Guerra Mundial. Además, Hitler creó un “entorno moral” que seleccionaba los comportamientos más crueles y viles. Al escribir sobre Göring, Evans señala que “solo en el retorcido universo moral del Tercer Reich un hombre así podía ascender hasta la cima del poder”.
Pero Hitler no habría llegado a ninguna parte si no hubiera sido por las élites conservadoras que le llevaron al poder. Puede que los líderes empresariales y militares sintieran “recelos” ante las brutales tácticas de los nazis, pero odiaban aún más la democracia de Weimar.
Gente de Hitler es un libro inesperado tratándose de Evans, y no solo por su enfoque biográfico. En enero de 2021, no mucho después del asalto al Capitolio, en el que los partidarios de Trump intentaron anular las elecciones, Evans criticó a quienes sostenían que la historia del fascismo ofrecía ideas sobre lo que estaba ocurriendo en Estados Unidos. “No puedes ganar las batallas políticas del presente”, advertía, “si uno se queda anclado para siempre en el pasado”.
Evans termina su nuevo libro con un sentimiento que no supone un giro, aunque sí parece una especie de desviación. Solo si comprendemos “cómo ejerció el nazismo su nefasta influencia”, escribe, “podremos empezar a reconocer las amenazas a las que se enfrentan la democracia y la reivindicación de los derechos humanos en nuestra época, y tomar medidas para plantarles cara”. Lo tomo como un alegato a favor de menos polémica y más reflexión. Con Gente de Hitler, Evans nos ha proporcionado la clase de estudio profundo, matizado y descarnado que nos ayudará a reflexionar.
© The New York Times Book Review
Traducción: News Clips