Ensayo

El nacionalismo catalán

Vicente Cacho Viu

21 marzo, 1999 01:00

Prólogo de Albert Manent. Publicaciones de la Residencia de Estudiantes/Quaderns Crema, 1998. 237 páginas, 2.900 pesetas

Éste es el libro de un historiador que pide se le lea en el contexto de su vida y de su obra. Lo que muestra (y los historiadores dirán si demuestra) es que aquellos polvos del modernismo catalán
no trajeron estos lodos de una imagen de un nacionalismo egoísta

Este libro, publicado en noviembre de 1998, conmemora una pérdida, la del profesor Vicente Cacho Viu, muerto el 28 de noviembre de 1997. Ese mismo día volaba yo hacia Buenos Aires y no pude por menos de recordar que él debería haberlo hecho también. Cuando en octubre de 1995 inauguraron su Majestad el Rey y el presidente Menem la Fundación José Ortega y Gasset Argentina, el profesor Cacho Viu asombró a todos por su sabiduría en los seminarios, admiró por su deseo incansable de conocer una ciudad en la que nos derrotaba a todos caminando, y encantó con su conversación chispeante. Estaba prevista una continuidad, y nadie podía imaginar que al poco de volver comenzarían los síntomas de una enfermedad que sobrellevó con una gran dignidad y serenidad. Ha sido una excelente idea rendir homenaje a una vida ejemplar a través de El nacionalismo catalán como factor de modernización, un texto que está a su altura y es un verdadero tejido vital, porque revela al autor sólido y bien informado, elegante e irónico, que pinta con soltura verdaderos frescos culturales en el cambio de siglo, con tesis originales en una exposición salpicada de cautelas.
El profesor Cacho Viu ha sido uno de los ejemplos más señeros de aquello que Ortega entendía como historia en forma de vida: un ensayo de emigración hacia el otro. Ese talante impregna su ya clásico libro La Institución Libre de Enseñanza (1962), en que se da el espectáculo insólito de un miembro del Opus Dei en una España franquista que con un talante liberal es capaz de analizar sólidamente y de revalorizar algo que estaba demonizado cultural y políticamente.
Su paso como catedrático de Universidad por Barcelona y sus investigaciones en el Ateneu Barcelonès refuerzan su dedicación al estudio del nacionalismo catalán. Vuelto a Madrid, no pierde la conexión con una ciudad, trabajos e instituciones a las que volvía regularmente. El "puente aéreo" era para él el símbolo de ese puente cultural que siempre había intentado construir entre extremos aparentemente opuestos. Ese querer situarse siempre en el espacio del "entre" se plasma en su predilección como historiador por el momento intersecular y los por él llamados líderes intergeneracionales, como es el caso de Prat de la Riba y José Ortega y Gasset. En su discreto retiro del "palomar" de la Fundación José Ortega y Gasset oficiaba como (así gustaba llamarse) "orteguiano de guardia", ya sea para consultas o espaciados artículos y prólogos sobre el joven Ortega. En ese ámbito y ambiente enhebra en los dos últimos años la Revisión de Eugenio d’Ors (1902-1930) y el Repensar el Noventa y Ocho, ambos de 1998.
éste sobre el nacionalismo catalán es el libro de un historiador que pide se le lea en el contexto de su vida y de su obra. Convierte el título en una tesis que interesa a los expertos y se sitúa en el centro de una polémica. Lo que muestra (y los historiadores dirán si demuestra) es que aquellos polvos del modernismo catalán no trajeron estos lodos de una imagen (que ahora existe) de un nacionalismo ·egoísta y pedigöeño", como bien deplora el autor del ajustado prólogo. Siguiendo su proyecto de comprender y revisar tópicos históricos, Cacho Viu nos ofrece la imagen de un nacionalismo catalán intersecular nada cerrado en sí mismo y manteniendo relaciones con el socialismo y liberalismo en el contexto europeo; subraya la interrelación fecunda entre catalanismo y catolicismo en la etapa intersecular; defiende un modernismo catalán adelantado al madrileño y motor del nacionalismo cultural, pero también con un proyecto alternativo de España.