Ensayo

El mundo iluminado

Ángeles Mastretta

20 junio, 1999 02:00

Alfaguara, 1999 204 páginas, 2.400 pesetas

"T al vez los sueños que más conmueven nuestro ánimo, son aquéllos que se cumplen antes aún de que la vida nos haya hecho cruzar por la incierta telaraña en que los tejemos". La cita puede que ilustre en alguna medida el propósito de este nuevo libro de ángeles Mastretta (Puebla de los ángeles, México, 1949). No es propiamente "memorias", no se trata de un diario, ni de un tratado sobre literatura; tampoco llega a ser confesional o coloquial. Es casi incalificable. Los retales prensados en estas páginas más parecen trozos de conversaciones en ropa de andar por casa, en una sala en penumbras y con un interlocutor, preferiblemente interlocutora, receptivo.
La delicadeza y finura de su prosa insinúa más que relata los desasosiegos y angustias de la vida diaria de una mujer que pasó a la palestra sin estar preparada; el asombro y el susto de saberse escritora sin remedio; los hijos o el perro el "señor de la casa" como tierna e irónicamente llama al marido, del cual nunca nos dice el nombre; la tierra, los amigos, la muerte y la vida. Pero sobre todo, la violenta triple escisión de la madre, esposa y escritora, que revuelve el puchero con la cabeza llena de personajes que la empujan hacia el cuarto de trabajo mientras los hijos o el perro reclaman su parcela de atención o sea, toda. La historia es contada con profunda seriedad, sin dramatismo, con una abundante dosis de buen humor en el capítulo "Una cabeza para Jane Austen" (pág.133). Sólo muy por debajo de las reflexiones de alguien acostumbrado por inducción a poner buena cara a los malos tiempos, se transparenta una tristeza sútil, púdica.
Sin lugar a dudas, Mastretta posee una sensibilidad poco común en la era del ciberespacio y el consumo desenfrenado. Leerla es, casi siempre, un verdadero placer, el que solamente produce el encuentro con la buena literatura.