Ensayo

El péndulo patriótico

Santiago de Pablo, Ludger Mees, José Antonio Rodríguez Ranz

23 enero, 2000 01:00

El segundo capítulo aborda la figura de Sabino Arana (en la imagen), su obra y los balbuceos organizativos hasta la muerte del fundador del Partido Nacionalista Vasco

Introducción de José Luis de la Granja Sainz. Crítica. Barcelona, 1999. 413 páginas, 3.900 pesetas

Escrito desde una concepción diametralmente opuesta a la de la historia militante, la metodología científica y el rigor son las bases de una obra objetiva ante la que es difícil poner reparos. Es importante subrayar la riqueza de las fuentes, en gran parte inéditas.

El presente libro constituye la primera parte de una síntesis sobre la historia del Partido Nacionalista Vasco, desde su fundación en 1895 hasta el inicio de la Guerra Civil. Debe quedar claro para el lector que está escrita desde una concepción diametralmente opuesta a la de la historia militante, pues es obra de historiadores profesionales. De este modo, la metodología científica y el rigor académico son las bases de una obra objetiva ante la que es difícil poner reparos. Importa subrayar la riqueza de las fuentes que se emplean, en gran parte inéditas, pertenecientes al Archivo del Nacionalismo de Artea, lo que permite acometer con rigor temas nuevos o que con anterioridad fueron abordados superficialmente. Es el caso de la etapa de la dictadura de Primo de Rivera, como señala José Luis de la Granja, autor de la valiosa introducción en la que se enmarca el trabajo de los tres autores en el contexto de la historiografía sobre el nacionalismo vasco.

La obra se divide en cinco grandes capítulos. El primero constituye un interesante estudio comparativo entre España y Francia en torno a la diferencia de la construcción del estado nacional en el siglo XIX, relacionando ambos procesos con el caso vasco. La debilidad relativa de la construcción española, en opinión de los autores, dejó espacio suficiente y oportunidad para la supervivencia de particularismos regionales con posibilidad de evolucionar en sentido nacionalista, tal y como ocurrió en los fenómenos catalán y vasco. En este apartado, los autores hacen hincapié, aunque matizándolo con el adjetivo de parcial, en el muy discutible concepto del fracaso (español), nunca del todo bien demostrado (pues hace inexplicable nuestro presente), tan válido como definirlo de "éxito parcial", lo cual no es sólo un juego de palabras.

El segundo capítulo aborda la figura de Sabino Arana, su obra y los balbuceos organizativos hasta la muerte del fundador del partido. Aquí se entra en lo que el lector puede calificar como elementos más retrógrados de la teoría nacionalista vasca, una doctrina que quedó incorporada como una reliquia al imaginario del nacionalismo, que nunca fue debatida ni enmendada en serio. Se establece la concepción esencialista y providencialista de la nación vasca, basada en el principio fundamental de la raza, algo no excepcional en la Europa del momento, junto con la lengua, la historia y la religión. Además aparecen las claves de la interpretación histórica sabiniana: originaria independencia del País Vasco, su trayectoria en libertad hasta el XIX y pérdida de la misma por agresión del estado liberal español. Al lado de esto se encuentran los elementos de modernidad con que Arana dotó a la organización primigenia, apelación a la participación popular, incorporación de medios de expresión modernos y creación de una simbología y un ritual que permitió la autoidentificación de la comunidad vasca. La trascendencia histórica de Arana está en haber percibido la vivencia histórica por la que atravesaba Vizcaya y plantear un proyecto alternativo verosímil.

Acaba el capítulo con una pregunta que constituye la cuestión central de la que da cuenta el libro ¿Cómo fue posible que un pequeño reducto organizativo, con planteamientos tan radicales, acabase siendo la fuerza política hegemónica del País Vasco durante la Segunda República? A darle respuesta se emplean los tres capítulos restantes. Muy sucintamente, el éxito del nacionalismo vasco se puede cifrar en las siguientes causas. La primera está en el "caldo de cultivo": ofreció una nueva identidad a una sociedad convulsionada por las enormes tensiones producidas por las transformaciones socio-económicas; a esto se suman otros factores desde la I Guerra Mundial, el surgimiento de la cuestión de las nacionalidades y la crisis del sistema político canovista. En segundo lugar, destaca la habilidad del nacionalismo para combinar una ortodoxia radical (independentismo) con un pragmatismo moderado (autonomía), binomio que los autores consideran la genuina seña de identidad del PNV, una contradicción que fue salvada al no interpretarse en "términos antagónicos, sino secuenciales". La tercera causa residiría en la creación de una auténtica organización de masas interclasista: el PNV y sus organizaciones satélites constituyeron un entramado moderno, de sello democrático, para la movilización y encuadramiento de masas que, con una vocación totalizante, abarcaría al individuo desde el ámbito público a la más estricta intimidad, a partir de una amplia red asociativa y de espacios de sociabilidad. Por último, el nacionalismo utilizó con provecho los modernos medios de expresión para la propaganda ideológica, creando un imperio periodístico, utilizando las posiblidades del teatro, el cine o la radio.
Evidentemente, un movimiento de tal envergadura y con unas contradicciones tan agudas generó muchas tensiones y fluctuaciones en su seno, a lo que se alude precisamente en el título del libro, pero en la perspectiva comparada con el caso catalán no se puede hablar de fragmentación. La ambigöedad calculada y la conciencia de que la división debilitaba al movimiento actuaron como fuerzas centrípetas. De cara a la situación actual dentro del PNV, con su deriva hacia el alma radical, se pueden extraer interesantes consideraciones, que no certezas. Quizá la principal es que los mayores progresos tanto de la sociedad vasca como del PNV siempre se han producido cuando ha participado en las instituciones democráticas.