Carlos V y su tiempo
John Lynch
14 junio, 2000 02:00"Carolus V Imperator" es, antes que nada, un libro para ver y hojear, basado en un despliegue gráfico espectacular por la abundancia y calidad de las fotografías y reproducciones y el general acierto en su elección
La dedicación de Lynch a la historia de la América española, que ha sido objeto de sus más importantes aportaciones como investigador, se refleja en el libro. Los capítulos dedicados a ella en la primitiva versión se reordenan y se incluye uno completamente nuevo
Una "introducción" redactada ex profeso para esta edición que sintetiza su visión del reinado en demasiadas pocas páginas para que sea algo más que un esbozo. Destaca en ella tanto la fluctuación de las élites castellanas entre los costosos intereses de la política imperial y los postergados intereses internos castellanos e hispánicos, entre ecumenismo y localismo, así como la naturaleza de la pugna política entre facciones, no en función de proyectos políticos definidos, sino de los mecanismos clientelares de acaparamiento del poder o la influencia en el mismo. La dedicación de Lynch a la historia de la América española, que ha sido objeto de sus más importantes aportaciones como investigador, se refleja también en el libro. Los capítulos dedicados a ella en la primitiva versión se reordenan y se incluye uno sustancialmente nuevo donde el interés de la década de 1960 por el comercio y la revolución de los precios, sin omitirse, cede ante la cuestión de cómo fue posible la conquista de imperios poderosos, como los de México y Perú, llevada a cabo durante el reinado de Carlos V. Para Lynch la clave estuvo en la caballería más que en las armas de fuego, escasamente útiles en el período de conquista propiamente dicho, aunque sí vitales en la disuasión de cualquier rebeldía en la segunda mitad del siglo; antes, y en la forma categórica en que él lo expone, "los caballos fueron la clave de la conquista". Y esa conquista como empresa militar requirió una logística que subraya la importancia de los comerciantes que proporcionaron financiación a los conquistadores. Por lo demás, reitera sus puntos de vista ya conocidos sobre la lógica del monopolio sevillano en el comercio de Indias -ningún otro puerto peninsular ofrecía las seguridades de aquél, reduciendo los riesgos de los viajes-, ni ese monopolio significó exclusión de las distintas regiones peninsulares en el tráfico, tanto en suministros como en hombres. Lejos de ser una organización irracional y poco práctica, el régimen comercial con América, bien protegido y eficaz, fue una de las bases principales de los medios con los que Carlos V pudo contar.
Carolus V Imperator es algo muy diferente. Se trata, antes que nada, de un libro para ver y hojear, basado en un despliegue gráfico realmente espectacular por la abundancia y calidad de fotografías y reproducciones y el general acierto en su elección. Pinturas, esculturas, grabados, objetos de lujo, mapas, monedas, documentos y edificios y paisajes, más o menos vinculados a la vida del emperador, se suceden formando un dossier gráfico tan útil como bien articulado. A diferencia de lo que suele ocurrir con libros de este tipo, destinados más bien a algo tan meritorio como recrear la vista, éste apoya su vistosidad en un buen conjunto de monografías debidas a un elenco de especialistas, tan cosmopolita como fue la vida y el imperio de Carlos V. Geoffrey Parker figura a la cabeza de ellos con un prólogo que es una interpretación del reinado, basado en ideas como la ausencia de antecedentes para orientar el gobierno de un imperio tan extraordinario, y su imposible viabilidad a largo plazo, debido precisamente a su misma estructura. Tras él, y por citar sólo un par de ejemplos de interés, un estudio de Raymond Fagel sobre la infancia borgoñona del futuro de Carlos V, o el de sus cronistas por Richard Kagan. La edición incluye una separata con el texto en inglés, cosa muy oportuna cuando hay que lidiar con traductores poco meticulosos que no advierten, por ejemplo, que en español "stanzas" son estrofas. Pero tan apreciable es este libro hasta eso se puede pasar por alto.