Ensayo

Tragedia e ilustración

C. Rocco

7 marzo, 2001 01:00

Andrés Bello. Barcelona. 2000. 310 páginas. 3.105 pesetas

Desde el período neoclásico la visión predominante de la antigöedad es la que establece un modelo digno de imitación. A pesar de que las posiciones teóricas de Nietzsche significaron un importante revulsivo, la actitud triunfadora fue la de su antagonista, von Wilamowitz. La imagen del clasicismo ha seguido siendo el modelo de la cultura de la Ilustración, que trataba de afirmar la confianza del hombre en los progresos realizados desde la modernidad y tomaba como modelo el clasicismo idealizado. Ambas actitudes se potenciaban mutuamente, dando una imagen de confianza en los logros de la cultura, viendo la historia como un progreso hacia adelante que encontraba un modelo en Grecia y Roma.

La dramática violencia a que llegaron los países civilizados a mediados del presente siglo despertó la conciencia de los intelectuales, que inauguraron las teorías críticas de la cultura. Arendt, Habermas, Foucault, Horkheimer o Adorno denunciaron hasta qué punto ni siquiera la democracia se libraba de convertirse en instrumento de la violencia.

Entre otras consecuencias, Rocco destaca el descubrimiento de una nueva cara de la cultura clásica: la conciencia de que no todo en la nueva civilización es positivo permite descubrir una parte de la civilización antigua que permanecía oculta tras la idealización imperante. Por ello el autor puede profundizar en las ventajas del nuevo análisis postmodernista que capacita para comprender mejor la tragedia, los diálogos platónicos e incluso la aventura de Odiseo, al tiempo que consigue que la cultura clásica desempeñe un nuevo papel en la comprensión del presente. Si detrás de la cultura se revelan los aspectos conflictivos de las relaciones humanas, los mismos fenómenos pueden hacer comprender mejor las obras más geniales del clasicismo, que lo son precisamente por eso, y no por mostrar un aspecto idílico e irreal de la humanidad.