Ensayo

Vocabulario de refranes

Gonzalo Correas

7 marzo, 2001 01:00

Edición de L. Combet, revisada por R. Jammes y M. Mir-Andreu. Castalia. Madrid, 2000. 1.112 páginas, 14.000 pesetas

La transmisión textual del Vocabulario de refranes y frases proverbiales de Correas, libro de excepcional importancia para el estudio de la literatura paremiológica de nuestro Siglo de Oro, del lenguaje oral de la época, y de su más seria propuesta de reforma ortográfica, es sin duda apasionante. Redactado hacia 1627, el autor donó el manuscrito al Colegio Trilingöe de Salamanca. Allí permanecía inédito en 1780, cuando la Real Academia Española encargó una copia del mismo por si se perdía el original. Así sucedió, en efecto, en el siglo XIX -en 1830 aún pudo verlo B. J. Gallardo-, por lo que la Academia publicó su manuscrito en 1906, modernizando la ortografía, pero respetando el orden alfabético establecido por Correas. En 1924 encomendó una nueva edición al P. M. Mir, que actualizó la ortografía y el orden alfabético -Visor la reprodujo en facsímil en 1992-.

Sorprendentemente, hacia 1960 R. Jammes descubrió en la Biblioteca Nacional el original extraviado, publicándolo L. Combet en 1967 con ejemplar rigor científico. Ahora, R. Jammes y M. Mir-Andreu nos ofrecen la edición que reseñamos.

Digamos, de entrada, que los modernos editores aprovechan en su integridad el ingente esfuerzo filológico de Combet, pero con importantes modificaciones estructurales, metodológicas y de contenido. Revisado el texto escrupulosamente por R. Jammes y sus colaboradores, nos lo entrega libre de erratas y de enmiendas ope ingenii. La revolución ortográfica de Correas, que no llegó a triunfar, ha sido desechada, al igual que su peculiar orden alfabético. Se han modificado en detalle muchas notas de Combet -algunas han desaparecido-, siguiendo criterios criterios clarificatorios -véase, por ejemplo, en ese mismo prólogo, la nota tres (Combet, "Ibid., p. 20"; Jammes, "Correas, Ibid.")-. Las referencias a variantes que Combet reduce a guarismo se desarrollan en Jammes. Nuevas notas hacen inteligible lo que en la edición de 1967 apenas se insinuaba: así, la nota 236 de Jammes al refrán 1.260 de Correas (letra "M") aclara con dos refranes paralelos el sentido "aiscrológico" ("obsceno") de esta paremia entre cínica y pragmática.

El resultado es una edición del Vocabulario mucho más accesible, moderna y completa que todas las anteriores. Ahora se localizan las informaciones principales tras unos segundos de búsqueda. Las más recónditas afloran con el apoyo de los meticulosos índices alfabético, de abreviaturas y de notas -éste último cataloga "palabras y expresiones, personajes proverbiales o históricos, topónimos, autores y títulos citados en los refranes o en los comentarios de Correas, y temas diversos"-. Así, esa riquísima mina de material filológico, aprovechable desde múltiples perspectivas, se ve recorrida por galerías sabiamente trazadas, que -a la espera del CD rom o del libro de concordancias que promete Jammes- permiten acceder hasta los últimos recovecos del Vocabulario. En adelante, Combet será exclusivamente el Correas de los filólogos y especialistas profesionales, para quienes las grafías, irregularidades, etc. tienen un valor histórico -muchas veces arqueológico- no desdeñable; Jammes/Mir-Andreu será, en cambio, el Correas de los universitarios en general, de los historiadores de la cultura y el folclor, de los amantes del canto popular y del lenguaje oral -en este último aspecto, las observaciones de la presentación de Jammes son magistrales-. Aquí podremos documentar rasgos esenciales de la moral colectiva de la vieja España, de su religiosidad y supersticiones, su humor, su gestualidad...

El servicio que puede prestar esta edición a multitud de sectores de nuestra cultura es incalculable. Es cierto que deja expresiones sin explicar y cuestiones en penumbra, pues Correas, fedatario de lo que el pueblo decía, y de cómo lo decía, nos sirvió abundantes materiales en crudo, que en parte ni él mismo entendía del todo, para ejercitar nuestro ingenio y estimular nuestra curiosidad. Por eso mismo su libro constituye un insuperable estetoscopio para auscultar los latidos más vitales y genuinos de nuestra cultura áurea.