Ensayo

Cajal

José María López Piñero

18 abril, 2001 02:00

Debate. Madrid, 2000. 287 páginas, 2.800 pesetas

Idealizada la figura de Cajal hasta hacer de ella un mito, el libro de López Piñero nos la devuelve de carne y hueso en una magnífica biografía, culminación de muchos años de trabajo. Tal vez, piensa el autor, el hecho de habérsele reconocido internacionalmente con el Nobel como una figura científica de primer rango en medio de la "España vencida y humillada" que siguió al 98 fuera causa de su mitificación, por lo que suponía de alivio para nuestro orgullo nacional y de revancha moral ante tanto descrédito. Pero esa misma mitificación ha producido un efecto perverso, falseando una realidad que aquí se quiere recuperar. Se le ha querido representar por un lado como un investigador sin raí-ces, surgido por generación espontánea en la historia de la ciencia española, ignorando o minimizando la trayectoria de la anatomía microscópica en España desde el último tercio del siglo XVII y, más en concreto, de la labor rea-lizada por los cultivadores de la histología normal y patológica de la generación anterior a la suya, de la que Maestre de San Juan, con quien inició su formación, podría servir de ejemplo. Presentarlo, según cierta retórica panegírica, como genio solitario que trabajó aislado es distorsionar la imagen de la llamada Escuela Histológica Española surgida en torno a él e integrada por el grupo de sus discípulos directos y por el encabezado por Achúcarro y del Río Hortega, en el que, pese a su diferenciación, influyó también de modo decisivo. Otro tópico es el de la imagen romántica y barata de sabio español incomprendido y sin recursos técnicos, digna de la peor divulgación, cuando los medios con que contó desde sus años zaragozanos hasta la fundación en 1901 del Laboratorio de Investigaciones Biológicas dejan en ridículo tal argumento. Seguramente la vieja polémica de la ciencia española ha impedido una verdadera investigación histórica del tema. A salvarla está destinado este libro que nos da de Cajal una visión humana y próxima, pero no menos admirable, con sus debilidades, aficiones y manías, con su tenacidad y firmeza y con la rotundidad de su obra, que se retrata con abundantes referencias a las circunstancias políticas, socioeconómicas y culturales que la condicionaron y a los hombres que la sirvieron. Una aportación definitiva.