Image: Franco, Hitler y el estallido de la guerra

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Ensayo

Franco, Hitler y el estallido de la guerra

Ángel Viñas

9 mayo, 2001 02:00

Alianza. Madrid, 2001. 608 páginas, 3.500 pesetas

Si, como mantiene Viñas, el mito de Franco neutral es insostenible, no resulta menos cierto que tampoco se puede afirmar que fuera un personaje sumiso al Föhrer o que la no entrada en guerra de España hay que atribuirla más a Hitler que a los deseos de Franco

La publicación del libro de ángel Viñas La Alemania nazi y el 18 de julio fue considerada en su día como un auténtico hito historiográfico. Sin embargo, la aparición de nuevos estudios y, sobre todo, de documentación no consultada o desconocida ha terminado obligando a una revisión y actualización de aquel texto. El resultado de ese esfuerzo es este nuevo libro, Franco, Hitler y el estallido de la guerra civil. Sin embargo, esta obra también es mucho más. Arrancando de la fase de la república alemana de Weimar, va señalando cómo las relaciones entre España y Alemania constituyeron un entramado que tuvo algunos escenarios especialmente trascendentales como la guerra del Rif. Continuaron esas relaciones durante la II República, cuando sectores importantes de las derechas se sintieron fascinados por la llegada de Hitler al poder y llegaron a su culminación con la intervención del III Reich a favor de los sublevados el 18 de julio de 1936, una intervención en la que el papel del partido nazi fue muy destacado y cuya decisión final, en contra de multitud de criterios de carácter militar, correspondió al Föhrer. Sin duda, este paso resultó decisivo en la medida en que vinculó a Franco con el III Reich y le llevó a pensar en la posibilidad de que España entrara en guerra al lado de Hitler. Todos estos aspectos los documenta Viñas de manera muy sólida, construyendo sobre trabajos de autores como Díaz Morlán y Remmele, Kunz y Möller, Leitz y García Pérez e incluso alguna tesis doctoral inédita como la de Carlos Collado Seidel leída en la universidad de Munich y cuya publicación parece ser imperativa. Viñas arroja luz sobre el papel que determinados personajes de la Alemania nazi tuvieron durante un período especialmente tortuoso de la historia y en esa descripción logra convertir el relato en apasionante.

Sin embargo, hay algunos aspectos de la obra que convendría matizar y que, en realidad, exceden por regla general el enunciado del título. Por ejemplo, da la sensación de que en ella se supravalora la ayuda alemana a Franco y esa impresión se acentúa en la medida en que las cifras de la misma no se contraponen a la proporcionada por otras naciones tanto a su bando como al republicano. Ciertamente, la ayuda de Hitler fue muy importante pero distó mucho de ser decisiva y, desde luego, fue inferior a la proporcionada al gobierno del Frente Popular por la URSS o al mismo Franco por Mussolini. Esta misma falta de contraste se acusa cuando se afirma (pág. 455) que la entrada en guerra de la URSS se debió a la violación del acuerdo de no-intervención por parte de Hitler y Mussolini. La apertura de los archivos de la extinta URSS a partir de 1991 imposibilita tal conclusión y ha dejado de manifiesto que, en realidad, Stalin se movió impulsado por otro tipo de cálculos. Por último, hay otros dos tipos de fuentes apenas usadas en la obra y cuya importancia resulta esencial para proporcionar una visión global del período en cuestión. La primera es la documentación norteamericana y, muy especialmente, la relativa a las acciones del OSS en España y al Departamento de Estado. De hecho, ambas son indispensables para estudiar el destino de los bienes de los nazis en España o el papel de la administración de Franco en la ayuda a los judíos que escapaban del Holocausto.

No menos interesante es la ausencia de referencias a los propios documentos debidos a Hitler como sus Conversaciones de sobremesa. Si, como mantiene Viñas, el mito de Franco neutral es insostenible, no resulta menos cierto que tampoco se puede afirmar que fuera un personaje sumiso al Föhrer o que la no entrada en guerra de España hay que atribuirla más a Hitler que a los deseos de Franco. De hecho, el propio Hitler no ahorró dicterios contra él -y contra Serrano Suñer- por no entrar en la guerra e incluso durante un tiempo consideró la posibilidad de provocar un golpe fascista en España en virtud del cual Franco fuera sustituido por Muñoz Grandes, un general condecorado por el propio Hitler por su papel al mando de la División Azul.

Inexplicablemente, el citado militar no tiene lugar en el libro de Viñas. Finalmente, el resultado último de este trabajo de criba de anteriores tesis de análisis de aportes distintos y de consulta de nueva documentación es un libro bien documentado, ameno e interesante pero cuyas conclusiones necesitan en algún caso de necesarios matices e incluso de correcciones por razones como las expuestas.