Image: Las profecías no se cumplieron

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Ensayo

Las profecías no se cumplieron

Amando de Miguel

6 junio, 2001 02:00

Premio Jovellanos. Ed. Nobel. Oviedo, 2001. 270 paginas, 2.350 pesetas

Amando de Miguel firma este año dos nuevos volúmenes en la madrileña Feria del Libro: El más reciente ha merecido el Premio Nacional de Ensayo Jovellanos 2001

En Las profecías no se cumplieron se revisa un buen número de pronósticos equivocados. Las previsiones que se analizan han salido de los textos de escritores o de científicos sociales; no se trata tanto de profecías con un carácter religioso como de obras motivadas por el humano deseo de prever el futuro.

El primer acierto de Las profecías... radica en una atinada mezcla de equivocaciones debidas tanto a autores españoles como extranjeros. Amando de Miguel ha tenido la gracia y el valor de sacar a la luz un hermoso puñado de errores de colegas académicos y de los medios de comunicación. Quizá haya perdido cuates, pero seguro que ha ganado lectores y respeto intelectual.

Tras desvelar por qué se han equivocado los profetas, se analizan los innumerables desatinos de las predicciones demográficas, económicas o de las encuestas preelectorales. Por último, Amando de Miguel se reviste de augur y pronos- tica para el siglo XXI dos grandes avances: el de la transmisión de todo tipo de datos e informaciones y el de la genética.

En su otro texto, La vida cotidiana de los españoles en el siglo XX (Planeta, 2001) el autor parte de la afirmación según la cual la transformación de la vida española ha sido desde finales del siglo pasado extraordinaria. En su opinión, "pocos países europeos han cambiado tanto en ese lapso". A partir de ahí comienza la disección del cuerpo social. En el segundo capítulo, de once, dedicado al amor, la sexualidad y los afectos, se marca, como gran cambio de la última generación, la tendencia a considerar las relaciones amorosas como algo que debe quedar dentro de los límites personales.

El tiempo cotidiano lo ve Amando de Miguel marcado por la edad o, desde otro punto de vista, por la generación a la que se pertenece. El compás que marca los extremos generacionales es para el autor de "25 ó 30 años". Algo más de lo apuntado por Ortega y Gasset o Julián Marías. Del cuerpo, su higiene y su alimentación se ocupa a continuación. La gordura es vista, sobre todo, como una consecuencia de la edad.

La reflexión sobre el envejecimiento y la diversión da paso al estudio de la moda, un uso social que cada vez depende menos de los gustos individuales y más de los diseñadores de telas y de su industria. Como afirma Amando de Miguel, la ciudad es un lenguaje cuyos puntos de referencia son, en la actualidad, "la Universidad, el Aeropuerto, el Palacio de Congresos y el Corte Inglés". El penúltimo capítulo está dedicado al mundo de los objetos que acompañan la vida diaria: desde la máquina de coser al papel albal. Por último, afirma que "la acción verdaderamente cotidiana es consumir". A partir de ahí conduce al lector a través del mundo de las compras y del significado de la marca de los productos.

Elegir como espacio de referencia la vida cotidiana de los habitantes de un país supone entrar en un universo lleno de sugerencias en el que se suceden e interaccionan multitud de comportamientos situados en distintos puntos del curso vital de las personas. Ello obliga a establecer una delimitación temática de la actividad cotidiana siempre problemática. La preferencia por este o aquel aspecto depende del plano de observación en el que se sitúa el autor. Amando de Miguel ha escogido, en cierto modo, lo español como hilo de referencia.

En esto sigue una línea de estudio iniciada ya en 1966 cuando publicó con Juan J. Linz un volumen dedicado a España y, por otro lado, en 1970 vio la luz Introducción a la sociología de la vida cotidiana. En definitiva se puede afirmar que en estos dos libros se cruza buena parte del interés intelectual de Amando de Miguel a lo largo de las tres últimas décadas: las ciencias sociales, y más en concreto la sociología, España y su circunstancia, y los entresijos de la vida de todos los días.