Image: El humor en la música

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Ensayo

El humor en la música

Benet Casablancas Domingo

4 julio, 2001 02:00

Edition Reichenberger, Kassel-Berlín, 2000. 403 páginas, 58 marcos

Xavier Göell, una de las personas que está contribuyendo con mayor voluntad e inteligencia a que la música de hoy, la gran música de creación del presente siglo llegue a donde tiene que llegar, me comentaba que quizás nunca ha habido una generación tan importante de músicos creadores en España como la que en estos momentos se halla en plena madurez. Uno de ellos es Benet Casablancas.

A su ya cuajada trayectoria, Benet Casablancas añadió hace poco una pieza excelente, llena de capacidad expresiva y de ironía, que llamó Nuevos epigramas. Pero no es de su trabajo de composición de lo que quiero hablar aquí sino de un gran libro con el que nos ha sorprendido sobre un tema importantísimo que requería, por fin, un tratamiento extenso y meditado.

Para mí ha sido un doble gozo la lectura de este libro. Siempre es gozoso que nos expliquen los mecanismos del goce en una de sus formas más prístinas (como es el humor). Tanto más en un terreno, el musical, que no es preferentemente lingöístico, ni tiene apoyatura de imagen visual. Pero para quienes adoramos el clasicismo vienés, y tenemos a Haydn como el gran genio y maestro que gestó el más importante movimiento musical de la tradición occidental (culminado por Mozart y por Beethoven), este libro es quizás el mayor homenaje que podía hacerse al gran Joseph. Y es que Haydn ha sido muchas veces obviado y minusvalorado justamente por las razones que Benet Casablanca esgrime para enaltecerlo hasta las mayores cimas de la creación: los recursos sofisticados y complejos a través de los cuales circula el humor en la música, promoviendo dislocaciones y contrastes, usando el recurso de la "broma musical" (como en la deliciosa composición de Mozart, muy bien analizada en este libro), e imitando en ocasiones las composiciones obtusas; o introduciendo quincalla musical (como ya recordaba hace años en mi lejano libro Drama e identidad, donde comparaba a Haydn con Hitchcock); pero siempre dislocando la continuidad del discurso; y consiguiendo materia musical de la mejor ley a partir de esos recursos paródicos, humorísticos e irónicos.

Y desde el clasicismo vienés hasta el gran Verdi de su obra testamentaria, quizás una de las mayores cimas operísticas de todos los tiempos, Falstaf, sin olvidar Los maestros cantores de Wagner, Benet va desgranando los recursos mediante los cuales se produce el humor en música, mediante formas como son la repetición obsesiva, la presentación de un discurso obtuso o lerdo (desde la mayor pericia musical), la cita que rebaja la pretensión o que perturba el énfasis, hasta culminar en la gran ironía trágica, tragicómica o dramática del romanticismo.

En cierto modo el texto recorre la historia de la música, desde Bach hasta Ligeti, desde Haydn y el gran Mozart (el de la Broma musical, de Cosí fan tutte y del Figaro), o el Beethoven de la octava sinfonía, hasta Shostakovich y Bela Bartok, u otros pioneros de la modernidad musical del siglo XX.

Y todo ello bien pertrechado por un importante bagaje teórico que nos permite acercarnos a los mecanismos humorísticos, y en donde Benet Casablanca va espigando, aquí y allá, los mejores acercamientos a toda la gama compleja de la escala humorística, con sus tonos y semitonos; desde la burda parodia y el sarcasmo satírico hasta la fina ironía, capaz de dialectizar afirmaciones y negaciones (o de convertir aquéllas en éstas, o viceversa); mostrándonos esos recursos en las formas propias y específicas de la música: lamentables y reincidentes tiradas de notas repetidas, o de juegos elementales recurrentes hasta el hastío, como los que con talento virtuoso exhibe Rossini en algunos pasajes de sus óperas, o los giros inesperados que interrumpen la atención y que provocan hilaridad, tan propios de todos los vieneses (sobre todo de Haydn), y que forman el magisterio general de recursos reincidentes en la gran tradición musical, que es en parte tradición chispeante de humor y de ironía de buena ley.

Se trata de una historia de la música occidental, que cubre sobre todo los tres últimos siglos, efectuada a través de este ángulo tan relevante, muchas veces omitido y silenciado, que es el humor. Y a través de una analítica precisa que sabe detenerse de pronto en pasajes memorables de Haydn, Mozart, Beethoven, Verdi, Wagner, Shostakovich o Ligeti.

El compositor Benet Casablancas se formó en Barcelona, junto a J. Soler y A. Ros-Marbà, y en Viena, becado por la Fundació Congrés de Cultura Catalana. Es licenciado en Filosofía y doctor en Musicología por la UAB. Asesor y colaborador de instituciones como la Fundación la Caixa, Gran Teatro del Liceo, ACA, Mies van del Rohe, JONDE, JOSC o The New Grove, sus obras han recibido numerosos premios, como el Ciutat de Barcelona (1992); Nacional del Disco (1988); Ferràn Sors (1984) o el Musician´s Accord de Nueva York (1986).