Ensayo

Razones y sinrazones de la creencia religiosa

JUAN ANTONIO ESTRADA

19 septiembre, 2001 02:00

Trotta. Madrid, 2001. 221 págs.

Este valioso libro suma ocho estudios del autor unidos por un hilo conductor: el problema de la fe. Admite varias lecturas. La mía es ésta: vivimos en un mundo en cuyas cumbres culturales y en cuyo tono general predomina el agnosticismo, pero un agnosticismo de base cristiana. Estrada se remite a algunas cumbres explicativas de la descristianización. Se refiere concretamente a Marx, Nieztsche y Freud, cuyas críticas han ido, paso a paso, arrinconando el cristianismo como moral. Pero no -entiendo yo- porque ellos lo redujeran a moral, sino porque el cristianismo se había reducido a moral por sí mismo y eso lo hizo vulnerable. Así las cosas, la búsqueda de Dios se ha convertido en algo inmanente: en una realidad que sólo sabemos que existe en nosotros mismos, no -además- fuera de nosotros. Dios ha sido reducido a la inmanencia, y lo religioso corre peligro no ya de desaparecer sino de subsistir sin Dios.

Todo esto quiere decir que hay que reformular el cristianismo. Para Estrada -como para otros pensadores- el problema es mayor en un mundo como el nuestro, que ha pasado por la experiencia de Auschwitz e Hiroshima. Con estos dos acontecimientos, nos viene a decir, la idea del Dios providente ha hecho agua, requiere más explicaciones que las usuales. Y una de las explicaciones necesarias -me parece a mí- consiste en recordar que el cristianismo no suele "explicar" por qué ocurren las cosas, sino que las magnifica y, de esta forma, las reduce al estricto problema de creer o no creer. Hay dolor, en efecto, pero eso es lo que convierte en central la experiencia de Cristo como hombre que muere martirizado con saña. Si es cierta la pasión del Hijo de Dios, es razonable que exista el mal humano. Porque todo mal humano -incluso el de Auschwitz e Hiroshima- es menor que aquél, siendo enorme.